El acuerdo llega en momentos en que Trump se ha mostrado indignado por la presencia de miles de migrantes centroamericanos que, huyendo de la pobreza y violencia de sus países, marcharon hacia el lado mexicano de la frontera con la esperanza de ingresar a Estados Unidos.
Trump, que ha congregado a miles de soldados en la frontera con México, ha amenazado con cerrarla por completo si la situación empeoraba.
"Por ahora, hemos llegado a un acuerdo sobre esta política", afirmó Olga Sánchez Cordero.
Sánchez Cordero, quien fue citada en un artículo del periódico, evocó una "solución de corto plazo", pero "la solución a medio y largo plazo es que las personas dejen de migrar", agregó.
"México tiene los brazos abiertos y todo lo necesario, pero imagínate, caravana tras caravana tras caravana, sería un problema para nosotros también", señaló.
De confirmarse el acuerdo con México, significaría una victoria para el presidente de Estados Unidos, que hizo de la firmeza contra los migrantes una de sus prioridades.
Según The Washington Post, no se ha firmado ningún acuerdo formal, pero las autoridades estadounidenses ven el acuerdo como un potencial avance para desalentar la migración.
Los oficiales de asilo de Estados Unidos comenzarán a implementar los nuevos procedimientos en las próximos días y semanas, según funcionarios de Seguridad Nacional citados por el diario.
Los solicitantes de asilo recibirán una evaluación inicial para determinar si enfrentan un peligro inminente al permanecer en México, donde la violencia es generalizada.
Bajo el nuevo sistema, los funcionarios estadounidenses serán capaces de procesar al menos el doble de las solicitudes de asilo porque no estarán limitadas por el espacio de detención en los puertos de entrada a Estados Unidos, aseguró la publicación.
Una de las reglas del acuerdo es que los solicitantes a los que se les deniegue la petición no podrán regresar a México, sino que permanecerán bajo la custodia de Estados Unidos, añadió la información del Post.
El acuerdo se concretó la semana pasada en Houston durante una reunión entre Marcelo Ebrard, el futuro ministro de Relaciones Exteriores de México, y funcionarios estadounidenses, incluida la secretario de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, detalló el Post.