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Un tribunal indio condenó hoy a cadena perpetua al popular gurú Asaram Bapu por haber violado a una menor, en medio de fuertes medidas de seguridad en varios estados para evitar disturbios entre los seguidores del líder espiritual.
Uno de los abogados de la familia de la víctima, Manish Vyas, indicó a Efe que Asaram fue condenado por haber abusado sexualmente en 2013 de una joven de 16 años en uno de sus ashram o centros de meditación.
Además, otros dos acusados fueron condenados a 20 años de prisión mientras que otros dos fueron exculpados, dijo Vyas, antes de aclarar que todavía no ha recibido la sentencia completa.
Una portavoz de Asaram, Neelam Dubey, afirmó en rueda de prensa que la defensa del gurú recurrirá el veredicto en una instancia judicial superior.
El tribunal anunció su veredicto en la cárcel de Jodhpur, en Rajastán (noroeste) donde el gurú, de 77 años, permanece encarcelado desde 2013, y no en el juzgado de la ciudad.
Se hizo así a petición de la Policía local, por miedo a que los seguidores de Asaram provocasen disturbios similares a los de 2017, cuando casi 40 personas murieron tras una condena por violación al gurú Gurmeet Ram Rahim Singh.
El comisario de Policía de la ciudad, Ashok Rathore, afirmó a Efe que la situación en Jodhpur es "absolutamente pacífica" y precisó que las autoridades locales han limitado el derecho de reunión.
La Policía estaba en alerta ante la posible llegada a Jodhpur de miles de seguidores para defender al gurú, una situación que según Rathore no ha llegado a producirse.
El estado de Rajastán y los vecinos Gujarat y Haryana también desplegaron fuertes medidas de seguridad.
La agresión a la adolescente sucedió el 15 de agosto de 2013 en un ashram en las afueras de Jodhpur propiedad de Asaram, que tiene pendiente otro caso de violación a dos mujeres en el estado de Gujarat.
Nueve testigos del caso fueron agredidos y tres de ellos fueron asesinados durante la instrucción del caso.
La acusación de violación al líder espiritual llegó meses después de la brutal violación en grupo de una estudiante de fisioterapia de 23 años en un autobús de Nueva Delhi en diciembre de 2012.
La joven falleció trece días después de la agresión y el crimen generó un debate sin precedentes en el país sobre la situación de discriminación que vive la mujer que llevó a las autoridades a endurecer las penas contra los violadores.
El gurú realizó precisamente poco después de aquellos hechos unas declaraciones que suscitaron mucha polémica, al considerar que, aunque menor que los agresores, la víctima también tuvo culpa, ya que en vez de resistirse "debía haber rezado a Dios y pedido a los atacantes que la dejaran en paz".