Washington.- Actos de corrupción, lavado, vínculos con Hezbolá… Son algunos “secretos” del presidente venezolano Nicolás Maduro que destapó el exjefe de inteligencia del país sudamericano, Christopher Figuera, quien se encuentra en Estados Unidos, tras haber huido de Colombia.

“Me di cuenta de que Maduro es el jefe de una empresa criminal, con su propia familia involucrada”, dijo Figuera en una larga entrevista con el diario The Washington Post, publicada ayer.

Figuera, quien llegó el lunes a Washington, se declaró “orgulloso” de haberse sumado al fallido alzamiento militar del pasado 30 de abril contra Maduro, de quien dijo, es factible que caiga. “Por ahora el régimen se nos ha adelantado, pero eso puede cambiar rápidamente”, señaló.

Figuera fue cesado como director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) en medio de la fracasada intentona golpista que encabezó el líder opositor Juan Guaidó, a quien medio centenar de países reconocen como presidente interino.

Antes de llegar a Estados Unidos, Figuera, quien fuera jefe de seguridad del fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez, estuvo escondido dos meses en la capital colombiana.

En los seis meses que estuvo al frente de la Sebin se dio cuenta de muchas irregularidades del gobierno. Entre los “secretos” que destapó en 12 horas de entrevista, destacan negocios ilícitos de oro con participación de un asistente de Nicolás Maduro Guerra, hijo del mandatario.

Denunció casos de lavado de dinero vinculados al exvicepresidente Tareck El Aissami, actual ministro de industrias, y acusado en Estados Unidos de narcotráfico.

Dijo además que células de Hezbolá operan en varios puntos de Venezuela, que Maduro da cobijo a la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y reveló una fuerte influencia cubana en el palacio presidencial en Caracas, con llamadas constantes a Maduro del expresidente de Cuba Raúl Castro.

¿Qué pasó el 30 de abril?

En la entrevista, Figuera contó a detalle cómo se dio la “Operación Libertad” con la que la oposición venezolana pretendía derrocar a Maduro gracias al apoyo de altos cargos, incluyendo el propio jefe de la Sebin y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, quien de acuerdo con Figuera al final se echó para atrás.

Según la versión de FigueraCésar Omaña, un empresario nacido en Venezuela que vive en Miami y tiene amistades en el chavismo y la oposición, lo contactó el 28 de marzo en la sede del Sebin en Caracas con la intención de reclutarlo. “Era el tercer hombre más poderoso del país... Podría haberme arrestado y ya", contó Omaña al Post.

Pero no fue así. “Yo le dije que estaba listo para ver salir a Maduro”, recordó Figuera, quien dijo que intentó convencer al mandatario para que convocara a unas nuevas elecciones presidenciales, pero que éste le contestó que era un “cobarde”.

“Ese fue el punto de quiebre. Tenía que actuar”, subrayó Figuera. En los días siguientes empezó a reunirse con el destacado opositor Leopoldo López, entonces bajo arresto domiciliario en custodia del Sebin, quien le puso al tanto de un plan que un grupo de empresarios venezolanos, entre ellos Raúl Gorrín, habían comenzado a urdir en febrero para desahuciar a Maduro de Miraflores.

La fecha elegida era el 1 de mayo y la idea era que el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Maikel Moreno, emitiera una sentencia que reconociera la legitimidad democrática de la Asamblea Nacional --controlada por la oposición--, Padrino diera validez al fallo del TSJ y las fuerzas venezolanas lo ejecutaran cesando a Maduro y colocando a Guaidó como mandatario interino.

Figuera insistió en que tanto Padrino como Moreno apoyaban la rebelión y dijo que se reunió con ellos en casa del presidente del TSJ. Sin embargo, en los últimos días de abril comenzaron a ponerse “nerviosos”. Moreno incluso sugirió que él debería ser el “presidente encargado”, no Guaidó.

La “Operación Libertad”, explicó Figuera, se adelantó al 30 de abril porque descubrió que los llamados colectivos -grupos de civiles armados afines al gobierno- preparaban un ataque “sanguinario” contra las movilizaciones opositoras del Día del Trabajo.

Se suponía que tanto Moreno como Padrino estaban dispuestos a jugar su papel el 30 de abril, pero no lo hicieron. Estados Unidos sostiene que agentes cubanos y rusos alertaron a Maduro sobre el complot en su contra, obligando a recular al ministro de Defensa y al jefe del Supremo, que posteriormente ratificaron su lealtad al gobierno.

Iniciada ya la intentona golpista, Figuera comenzó a moverse por Caracas para ganar apoyos. Su teléfono no dejaba de sonar. “Maduro estaba muy nervioso. Me preguntaba una y otra vez '¿qué es lo que está pasando'?”, indicói. En una de esas llamadas le pidió que fuera al Helicoide, prisión central del Sebin.

La huida

Figuera estaba dispuesto a entregarse, según su versión, pero su mujer, a quien supuestos agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) habían contactado meses antes para proporcionar un canal de comunicación seguro al matrimonio que facilitará la “Operación Libertad”, le dijo que cruzará la frontera a Colombia.

El exjefe del Sebin, cuerpo de seguridad al que se acusa de graves violaciones de los derechos humanos, se declara chavista convencido y defiende lo que hizo en pro de la Revolución Bolivariana, aunque reconoce que hay cosas de las que no se siente orgulloso. “Tengo una gran deuda con la gente que sigue en la cárcel (...) Hay mucha gente ahí que es inocente y yo tengo una deuda con ellos”, confesó.

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