Kim Jong-un, líder de Corea del Norte, y Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur, se dieron la mano hoy en la línea de la frontera entre ambos países, dentro de la Zona Desmilitarizada, dando inicio a una cumbre histórica.
"Estoy feliz de conocerlo", dijo el presidente surcoreano Moon Jae-in al recibir a su homólogo Kim Jong Un, que este viernes se convirtió en el primer gobernante de su país en pisar territorio surcoreano desde la guerra (1950-53).
Durante el saludo, Moon también piso brevemente el territorio norcoreano.
Esta reunión es la tercera cumbre intercoreana, después de los dos encuentros que se celebraron en Pyongyang en 2000 y en 2007, y marca un punto de inflexión tras un acercamiento diplomático que siguió a un periodo de alta tensión en la península.
Kim cruzó a pie la frontera con un semblante sonriente y fue recibido por una guardia de honor y junto al presidente surcoreano recorrió a pie la distancia hasta la Casa de la Paz en Panmunjom, donde se firmó el armisticio de 1953. Ahí, el líder norcoreano escribió en el libro de visitas: "Una nueva historia comienza ahora. el punto de partida de la historia y una era de paz".
Después de esta cumbre, Kim se reunirá también con el presidente estadounidense, Donald Trump.
El tema del arsenal nuclear de Corea del Norte estará en el centro de la agenda después de que el país lograra un rápido avance de su tecnología bajo el mandato de Kim, que heredó el poder tras la muerte de su padre en 2011.
El año pasado realizó su sexta prueba nuclear, la más potente hasta la fecha, y lanzó misiles que son capaces de alcanzar el territorio estadounidense, lo que acrecentó la tensión entre Kim y Trump, que intercambiaron amenazas e insultos.
Los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang, en el Sur, marcaron el inicio de una distensión palpable en este encuentro.
El sábado Kim anunció una moratoria en los ensayos nucleares y los lanzamientos de misiles balísticos de largo alcance, afirmando que se cumplieron los objetivos.
PAZ Y DESNUCLEARIZACIÓN
Sin embargo el jueves, el jefe de la presidencia surcoreana, Im Jong-seok, advirtió que el panorama que espera a los dos líderes no es fácil.
"Alcanzar un acuerdo de desnuclearización en un momento en que los programas nucleares y de misiles intercontinentales (ICBM) de Corea del Norte están tan avanzados va a ser fundamentalmente diferente de la naturaleza de los acuerdos alcanzados en la década de 1990 y a principios de 2000.
"Esto es lo que hace esta cumbre más difícil", explicó el funcionario.
Pyongyang pide garantías, que no han sido especificadas, a cambo de deshacerse de su arsenal.
En el pasado, el apoyo de Corea del Norte a una desnuclearización de la Península Coreana ha sido una expresión para referirse a la salida de las tropas estadounidenses estacionadas en Corea del Sur y al fin del paraguas nuclear que Washington presta a su aliado.
"Ahora los grandes temas son la paz y la desnuclearización", explicó a la AFP el profesor John Delury, de la Universidad de John Delury.
Las dos coreas "pueden hacer mucho más para la paz que para la desnuclearización", dijo, pero el comunicado conjunto emitido tras la cumbre va a dar la oportunidad de "analizar cada palabra, leer entre líneas y mirar qué cosas no están".