El caso de una joven que se enfrenta a la posibilidad de ir a la cárcel por compartir memes en las redes sociales ha provocado un gran debate sobre el abuso de la ley y la censura en Rusia.
Maria Motuznaya, de 23 años, quien vive en la ciudad de Barnaul en Siberia, llamó la atención pública a fines de julio, cuando explicó en Twitter por qué está en la lista oficial de "extremistas y terroristas" de Rusia.
"Hola a todos, mi nombre es Masha, tengo 23 años y soy una extremista", escribió en ruso, presentando su historia.
En los 20 tweets que siguieron, María detalló cómo, en mayo, la policía la acusó de "insultar a la gente" publicando memes satíricos en su perfil en VKontakte o VK, la red social más grande de Rusia.
Después de una audiencia inicial, el caso regresará a la corte el 28 de agosto. María enfrenta hasta 6 años de prisión por cargos de incitación al odio y ofender los sentimientos de creyentes religiosos, ambos delitos en Rusia y en muchos otros países del mundo.
"Compartí varios memes y unas de las imágenes eran de temas religiosos, sobre la Iglesia ortodoxa rusa en particular", le contó a la BBC.
Uno de los memes ofensivos muestra a mujeres vestidas de monjas fumando cigarrillos y exhortándose mutuamente a hacerlo rápido "mientras Dios no está mirando".
Otra muestra a niños africanos con platos vacíos en sus manos, acompañados por la leyenda: "El humor negro es como la comida, no todos lo reciben bien".
"No eran genocidio ni nada así, simplemente algunas imágenes divertidas", explicó Maria.
Ella dice que los memes reflejan su yo más joven y que hoy en día no los publicaría, ya que su perspectiva y sentido del humor han cambiado.
"Tenía 20 años, era una persona completamente diferente", dijo.
Cuando Maria descubrió que estaba bajo investigación policial, su primera reacción fue de incredulidad.
"Honestamente, la primera vez, cuando me mostraron la orden [de búsqueda], me reí y pregunté: '¿Hablas en serio?'. Pensé que era una broma de algún tipo, que tal vez mis amigos estaban divirtiéndose a mi costa".
Cuando la llevaron para interrogarla, la policía le dijo que recibiría "servicio comunitario sin antecedentes penales" si firmaba una confesión completa. "Firmé todo, creí a nuestra gran policía", señaló, con una risita nerviosa.
"No puedo creer que lo que está sucediendo sea real. Todavía me parece que en cualquier momento me dirán que es una broma", agregó.
Pero no es una broma.
De hecho, dado que su historia acaparó titulares en Rusia, se descubrió que en la misma ciudad en la que vive Maria, al menos otras dos personas enfrentan ahora posibles condenas de prisión por cargos idénticos.
Los detalles de sus casos son tan similares a los de Maria que es difícil no tener una sensación de déjà vu: ambos usaron VKontakte, compartieron alrededor de una docena de memes y luego fueron acusados de extremismo.
Uno de ellos, Daniil Markin, de 19 años, ha estado bajo investigación por más de un año. Una de las imágenes que compartió comparaba al personaje de la serie de televisión de "Juego de Tronos" Jon Snow con Jesús.
"[Ha pasado] un año desde que empecé a tener miedo de quedarme dormido, pensando que vendrían a buscarme por la mañana", escribió en una larga publicación en VK.
"Rusia está lentamente, pero matándome, como un ciudadano indeseable", concluyó.
Las investigaciones sobre Daniil y Maria fueron motivadas por denuncias hechas a la policía por parte de las mismas dos mujeres, dos estudiantes. Desde entonces, las jóvenes, quienes dijeron que los acusados insultaron su creencia religiosa, cerraron sus cuentas de las redes sociales.
Andrei Shasherin, de 38 años, también fue acusado de extremismo por memes satíricos de sacerdotes y de Kirill, el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa.
La policía acusó a Andrei de "desacreditar al liderazgo de la Iglesia ortodoxa rusa".
En una entrevista con el canal de televisión independiente Dozhd, Andrei contó: "No quería ir a la cárcel, sentía miedo, como creo que cualquiera sentiría después de una conversación de dos horas con esos tipos. Firmé una confesión y una suerte de declaración".
Andrei también fue incluido en la lista de extremistas del gobierno ruso. Esta designación impone severas restricciones a la hora, por ejemplo, de usar una cuenta bancaria. Solo puede retirar un máximo de 10.000 rublos (alrededor de US$150) al mes.
Sarcásticamente, hay medios rusos que usan el apodo "la capital del extremismo del país" al referirse a la ciudad de Barnaul, de la que es Maria y otros acusados.
Pero, más en serio, algunos comentaristas advierten que los casos de Maria, Daniil y Andrei son una muestra de una tendencia nacional.
En los últimos años, cada vez más rusos han sido procesados por su actividad en las redes sociales, según las estadísticas publicadas por el grupo internacional de derechos humanos Ágora.
Según sus datos, en 2017 se presentaron 411 casos criminales contra usuarios de internet en Rusia. El año anterior habían sido 298.
En la mayoría de los casos, los usuarios fueron acusados de extremismo, una ofensa que puede incluir:
Pavel Chikov, el director de Ágora, señala que debido a que la definición oficial de "extremismo" es tan amplia, la policía puede discrepar con prácticamente cualquier cosa.
Puede ir desde la redacción "políticamente incorrecta" de un mensaje en las redes, hasta contenido en línea que presuntamente humilla a ciertos grupos religiosos, étnicos o funcionarios del gobierno, e incluso a la propia policía.
De hecho, en los últimos años, los agentes de la ley rusos han hallado violaciones de las llamadas leyes "extremistas" en todo tipo de contenido en línea: desde memes, reenvíos y fotografías históricas hasta imágenes compuestas, comentarios e incluso "me gusta" a una publicación en particular.
Ilya Varlamov, uno de los principales blogueros de Rusia, concuerda y considero que esto permite a las autoridades tener una "interpretación muy libre" de lo que infringe la ley, de modo que cobija gran parte de lo que cualquiera podría hacer al comunicarse con los demás.
Según los activistas en defensa de los derechos humanos, la mayoría de los casos de "extremismo" en línea se basan en la actividad de los usuarios en VK, y alegan que la red social coopera activamente con la policía rusa y los servicios de seguridad.
Chikov lo describe como un "problema sistémico" y agrega que VKontakte "siempre responde a las" investigaciones policiales "sin una orden judicial".
VKontakte dice que está obligado por ley a entregar información a la policía.
"Verificamos cuidadosamente si cada solicitud está elaborada correctamente", le dijo la compañía a la BBC. Agregó que las solicitudes que "no cumplen con la ley quedan sin respuesta".
VKontakte dijo que hará cambios en su política y permitirá que las personas hagan sus páginas "totalmente privadas". La red social también dijo a la BBC que en el futuro haría públicas las estadísticas sobre solicitudes de cumplimiento de la ley.
En respuesta a las críticas, el gigante ruso de internet Mail.ru Group, propietario de VKontakte, solicitó la amnistía para los condenados por compartir o dar a "me gusta" a los mensajes en línea.
"Las acciones de las autoridades policiales a menudo no se corresponden con una amenaza potencial y su reacción a los comentarios o memes es innecesariamente dura", dijo en un comunicado.
María es escéptica sobre sus posibilidades de absolución: "En principio, aquí en Rusia, el porcentaje de absoluciones es del 0,2%. Dudo que tenga tanta suerte de estar entre ellas".
Si llegara a ser absuelta, planea abandonar el país.
"Trataré de irme porque no hay forma de que vaya a vuelva a tener una vida normal aquí".
Recuerda que puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.