La Policía neerlandesa detuvo hoy en diferentes ciudades del país a siete hombres de entre 21 y 34 añoscomo sospechosos de planear un "gran ataque terrorista" en Holanda.
La Policía explicó en un comunicado conjunto con la Fiscalía General que varios equipos de lucha antiterrorista detuvieron en la tarde de hoy a cuatro personas en las localidades de Arnhem y Huissen, en el este del país, y a otras tres en Rotterdam y Vlaardingen, en el sur.
El supuesto cabecilla del grupo es un hombre de 34 años de origen iraquí, que ya fue condenado en 2017 por intentar viajar a Siria para sumarse a la lucha yihadista en territorios del grupo terrorista Estado Islámico.
Dos de los otros detenidos también tienen antecedentes penales y judiciales por haber intentado sumarse "al campo de batalla" en Oriente Medio.
Los siete sospechosos tenían en su posesión al menos cinco armas de fuego pequeñas y se encontraban ya en una etapa "avanzada" de preparación del ataque.
Las autoridades antiterroristas iniciaron en abril de este año una investigación criminal sobre el presunto jefe del grupo, después de recibir una alerta por parte de los servicios de inteligencia (AVID).
Según la nota, el objetivo del cabecilla de la célula era cometer un atentado durante "un gran evento" en Holanda, aunque aún se desconoce el lugar exacto, y "se suponía que el plan era también un ataque con bombas y fusiles automáticos Kaláshnikov", en otro lugar.
Para el "gran atentado", los sospechosos han estado buscando esos fusiles de asalto AK47, armas pequeñas, granadas de mano, explosivos y material para preparar un coche bomba.
En un mensaje de Twitter, la oficina del Coordinador Nacional de Contraterrorismo y Seguridad (NCTV) confirmó que el nivel de alerta en el país se mantiene en 4 sobre el máximo de 5, y que por ahora no hay intención de elevarlo al punto más alto.
Aun así, explicó que la "probabilidad de un ataque" en Holanda es "real" y que esta red yihadista que operaba en el país podría también tener intenciones de "llevar a cabo ataques en Europa".
Unos 400 agentes fueron desplegados en las ciudades donde se produjeron los arrestos porque también se registraron varias casas como parte del operativo para la recogida de material para la investigación.
El fiscal holandés Jirko Patist aseguró que se está tratando este caso como "un grupo terrorista", mientras que el ministro de Justicia, Ferdinand Grapperhaus, celebró que, a pesar de que se trate de un acontecimiento "violento", es "afortunadamente una buena noticia" el que la Policía haya frustrado el atentado.
Los arrestados pasarán mañana a disposición judicial en Rotterdam.