El gobierno español abrió ayer la puerta a reformar el Código Penal, tras la indignación popular generada por la sentencia que condena por abuso sexual, y no por violación, a cinco hombres que agredieron en grupo a una joven durante los Sanfermines de 2016.
“Hay algunos que dicen que no hay que legislar en caliente. Yo lo que creo es que hay que revisar nuestra legislación”, dijo el ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien consideró “conveniente promover una revisión, una reforma, una reflexión” sobre el Código Penal español.
Catalá abrió ya las consultas correspondientes para analizar si corresponde actualizar la tipificación de delitos sexuales, que data de 1995. Así lo confirmó el portavoz del gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, quien abogó por realizar cualquier cambio “reposadamente” y “con el consenso” de todos los grupos políticos.
Las principales formaciones políticas de izquierdas —Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemo— apoyaron la iniciativa de revisar el Código Penal y coincidieron en hacerlo “desde la calma y sin dejarse llevar por la agitación social”.
El paso llega un día después de que cinco acusados de violar en grupo a una joven de 18 años durante los populares encierros taurinos de Sanfermines en 2016 mientras filmaban los hechos fueran condenados el jueves a penas de nueve años de prisión como culpables de abusos.
Los jueces absolvieron a los cinco, conocidos como La Manada por el nombre de su grupo en WhatsApp, del cargo más grave de violación, por el que la fiscalía pedía penas de hasta 22 años, al no ver “intimidación ni violencia”, condiciones que supone este delito en el Código Penal español.
Desde que el jueves se hizo pública la sentencia, las multitudinarias manifestaciones de rechazo no han cesado en todo el país, mientras que en la plataforma Change.org una petición para inhabilitar a los magistrados que dictaron el fallo recabó casi un millón de firmas en 24 horas.
“En un país en el que tenemos un problema de violencia machista tan grave, no podemos permitirnos jueces y magistrados que consideren que para que exista agresión sexual no basta con que cinco hombres agredan a una joven indefensa y en estado de embriaguez”, indica la petición.
Especialmente polémico resultó el voto discrepante de uno de los jueces, quien abogó por la absolución de los cinco jóvenes y describió lo ocurrido como actos sexuales realizados “en un ambiente de jolgorio y regocijo de todos ellos”.
La fiscalía de Navarra anunció ayer que recurrirá la sentencia ya que mantiene su consideración de que los hechos denunciados por la joven son constitutivos de un delito de agresión sexual, de violación.
El abogado de cuatro de los acusados, Agustín Becerra, criticó la implicación de los políticos, a los que denominó “surferos”, en un asunto judicial y les pidió que abandonen “titulares grandilocuentes” destinados a ganar “tres o cuatro votos”.
El caso ganó repercusión internacional y sumó el apoyo del movimiento “Me Too” contra los abusos en Hollywood. “Estar inmóvil con los ojos cerrados no equivale a consenso. Eso no es abuso, es violación”, tuiteó la actriz Jessica Chastain. También Rose McGowan, cuyos testimonios contribuyeron a destapar los presuntos abusos del productor Harvey Weinstein, compartió en Twitter la noticia con la etiqueta “Yo sí te creo”.
A través de Facebook, las hermanas Carmelitas Descalzas de Hondarribia, en el norte español, publicaron un mensaje solidarizándose con la víctima de la violación. Tras decir que viven el clausura, sin ir a fiestas o ingerir alcohol, por decisión propia, añadieron que “defenderemos con todos los medios a nuestro alcance el derecho de todas las mujeres a hacer libremente lo contrario sin que sean juzgadas, violadas, amedrentadas, asesinadas por ello”.