Una semana después de los atentados del Domingo de Pascua, los católicos de Sri Lanka siguieron desde sus casas los servicios religiosos transmitidos por televisión, mientras las iglesias permanecían vacías después de que la Conferencia Episcopal de la isla decidiese suspender las misas hasta nuevo aviso.

El presidente Maithripala Sirisena y el primer ministro Ranil Wickremesinghe asistieron a una ceremonia privada, retransmitida por radio y televisión a la nación, y que estuvo dirigida por el cardenal Malcolm Ranjith, acompañado por otros curas.

No obstante, una vigilia fue ofrecida a las afueras de la iglesia de San Antonio, uno de los lugares atacados.

Ranjith recordó en el sermón a las víctimas y su sufrimiento por la “terrible tragedia” de los atentados cometidos por al menos nueve suicidas cargados de explosivos.

“Lo que ocurrió el domingo pasado es una inmensa tragedia, un insulto a la humanidad”, reiteró el arzobispo.

Ante el estado de emergencia que vive el país, Sirisena prohibió el uso de cualquier prenda que cubra el rostro y dificulte la identificación de un individuo, luego de que se comenzaran a realizar operativos para dar con más implicados de los atentados.

“El presidente ha prohibido todo tipo de coberturas faciales que obstaculicen la identificación, lo que representa una amenaza nacional y pública”, dijo la oficina del mandatario en una notificación “urgente” que entra en vigencia a partir de hoy.

El comunicado no hace excepción a objetos como la burka y el nicab, velos usados por algunas mujeres musulmanas.

La policía mantiene operativos durante el día en vecindarios con predominante población musulmana, y ya se han registrado confrontaciones con grupos armados y ha aprehendido a casi 150 personas.

Entre ellas se encuentra la esposa y la hija de Mohamed Zahran, el presunto organizador de los ataques. La niña Mohomad Zahran Rusaina, de cuatro años, y su madre Abdul Cader Fathima Sadia fueron rescatadas de las explosiones del distrito de Nintavur y hasta ayer lograron ser identificadas como sobrevivientes de una explosión registrada durante una redada en una casa de seguridad.

Las autoridades también informaron que tanto el padre de Zahran y dos de sus hermanos figuran entre los 15 muertos en una operación de las fuerzas de seguridad llevada a cabo el pasado viernes.

Los fallecidos fueron identificados como los hermanos Zainee y Rilwan Hashim y el padre Mohamed Hashim, quienes aparecieron en un video en el que llamaban a la “guerra total” contra “los infieles”, justo antes de suicidarse, según un oficial de la policía, citado por el rotativo de Sri Lanka The Daily Mirror.

En la última semana, la comunidad islámica han expresado su temor a las represalias en contra de la comunidad tras los ataques, y el ministro de Asuntos Religiosos Musulmanes, Abdul Haleem Mohamed Hashim, pidió el pasado jueves a estos no acudir a las plegarias colectivas del viernes.

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