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El fiscal especial Robert Mueller, que investigó la llamada "trama rusa" y su relación con la campaña electoral de Donald Trump, insistió este miércoles en que la acusación formal contra el mandatario "no era un opción" dada la normativa del Departamento de Justicia.
"Acusar al presidente de un delito no fue una opción que pudiésemos considerar", indicó Mueller en una declaración en el Departamento de Justicia, en la que anunció que renunciaba a su puesto una vez terminada la investigación.
No obstante, agregó: "Si hubiésemos tenido confianza en que el presidente claramente no cometió un delito, lo habríamos dicho".