La Comisión Europea propuso este viernes la desaparición del cambio de hora en invierno y verano en la Unión Europea, tras una consulta en la que participaron millones de ciudadanos.

"Millones de personas respondieron y creen que en el futuro la regla debería ser todo el tiempo la hora de verano, y vamos a hacer eso", anunció el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, a la cadena televisiva alemana ZDF.

"Cuando se consulta a los ciudadanos sobre algo conviene hacer a continuación lo que desean", añadió.

La Comisión propondrá eliminar los dos cambios de hora que se hacen cada año, sin proponer concretamente que quede establecida la hora de verano, precisó luego un portavoz de la institución, Alexander Winterstein.

Corresponde a los Estados miembros optar por una hora u otra, explicó ese portavoz.

Un total de 4,6 millones de europeos respondieron en los 28 países miembros un cuestionario vía internet, entre el 4 de julio y el 16 de agosto, y el 84% se mostró a favor de la medida.
La decisión final deberán tomarla el Parlamento Europeo (que en el pasado ya se mostró favorable al cambio de hora) y los Estados miembros.

El cambio de la hora de verano a la de invierno, que se introdujo en Europa en principio para ahorrar energía, es una controversia permanente desde hace años. Sus detractores destacan sobre todo las perturbaciones fisiológicas que conlleva.

"El mensaje es muy claro" estimó por su parte la comisaria europea de Transportes, Violetta Bulc, en un comunicado.

"Estamos bastante de acuerdo con que no se cambie la hora, que no haya un cambio de hora, porque no observamos que haya tantas ventajas de este cambio horario (...) por lo tanto estamos de acuerdo con la línea europea, lo que está planteando Juncker", reaccionó en Madrid la portavoz del gobierno español, Isabel Celaa.

Desde hace años, varios países del norte de Europa, como Lituania, Finlandia, Polonia o Suecia reclaman el abandono de ese sistema.

"Numerosos estudios, aunque sin llegar a resultados definitivos, indicaron la existencia de efectos negativos en la salud de los seres humanos" a causa de esos dos cambios anuales, explicaron eurodiputados partidarios de la abolición en un comunicado.

Desde 1996, todos los europeos avanzan sus relojes una hora en el último domingo de marzo, y la retrasan una hora en el último domingo de octubre.

Los alemanes fueron los más interesados en responder al cuestionario; un total de 3,79% de su población respondió al cuestionario.

La canciller germana, Angela Merkel, declaró desde la capital de Nigeria, Abuja, donde se encuentra de visita, que el cambio de hora "será para mí una gran prioridad".

Detrás están los austriacos (2,94%) y los luxemburgueses (1,78%).

En Italia solo respondió el 0,04%, en España el 0,19%.

"No se trata de un referéndum" explicó Alexander Winterstein, quien explicó que también se había tomado en cuenta otros elementos como "estudios científicos".

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