El municipio donde se fabrica por tradición la prenda representativa de México es el más reciente Pueblo Mágico de San Luis Potosí.
A tan solo media hora de la capital potosina, entre hilos y colores se teje la historia de Santa María del Río, un lugar para transportarse al pasado, ya que las caminatas cortas son el acceso para explorar la vieja arquitectura, plagada en sus monumentales haciendas.
Foto: Cortesía
La riqueza más grande que guarda es el rebozo de seda, el cual ha sido tejido por sus habitantes por años.
Fue en septiembre de 2019 cuando se inauguró el Museo Casa del Rebozo, lugar que además de ser un espacio físico para la conservación y divulgación de las colecciones, se concibe como una plataforma que fomenta procesos creativos dignos para los artesanos locales, vinculados a la existencia y co-habitancia con la escuela-taller presente en la localidad desde 1953.
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En la cabecera municipal destaca la sobria iglesia dedicada a La Asunción y el Claustro-convento de San Francisco, frente a la plaza. Otro de sus elementos pintorescos son los puentes que cruzan el río, seco casi todo el año, así como El Arquillo, un antiguo y pequeño acueducto.
Los domingos es el día con mayor afluencia en las calles, la plaza y el kiosco se llenan de paseantes que acuden al mercado dominical; en cualquier tienda y negocio del lugar se puede encontrar el elemento culinario de la región: las campechanas y cochinitos, los cuales son buscados por los visitantes.
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Otras artesanías comunes en la ciudad son los muebles de madera y tejidos, las cajas taraceadas de madera de cedro, instrumentos musicales de cuerda, de madera burda y objetos de ixtle.
Foto: Cortesía
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Incluso, turistas también pueden aprovechar la visita para recorrer algunas haciendas como La Villela, El Fuerte, La Labor y Badillo, entre otras, mismas que actualmente se encuentran en ruinas.
etp