Con 17 años de edad, Esmeralda decidió invertir el dinero que le dan de la beca Benito Juárez para abrir su propio negocio de raspados.
La joven contó que sueña con ser médica y que actualmente está por terminar la preparatoria, por lo que decidió “asegurarse un futuro”.
Foto: Cortesía
Ella, originaria del municipio potosino de Tamazunchale, dijo que sus ganas de salir adelante la impulsaron a emprender, pues la carrera universitaria que quiere estudiar es cara. "Estoy ahorrando para mi futuro".
En el puesto de Esmeralda, ubicado en la carretera Tamazunchale-Huejutla, a un costado de una purificadora, en Chapulhuacanito, se preparan seis sabores de raspado: mango, tamarindo, sandía, piña y fresa.
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Con autorización de sus padres, la menor mencionó a EL UNIVERSAL que la primera vez que invirtió el apoyo que recibe fue para vender chicharrones preparados y papas en el centro de su pueblo, después ahorró las ganancias obtenidas y así pudo costear su actual negocio.
La joven dijo que gastó alrededor de 10 mil pesos para empezar con los raspados y que, por las elecciones, le dieron un adelanto de la beca, estímulo que volverá a recibir hasta agosto.
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Al preguntársele si la venta de raspados es temporal, mientras termina su carrera universitaria, Esmeralda contestó que no, pues piensa dejarle el negocio a sus padres. “Cuando termine la escuela quiero tener una especialidad y seguirme superando”, declaró a El Gran Diario de México.
López Martínez, quien dijo tener hasta 70 clientes en un día, señaló que las mujeres potosinas son capaces de emprender, ya sea con poquito o mucho dinero.
etp