Cuenta la leyenda que la flor de cempasúchil fue creada por el Dios del Sol, Tonatiuh, cuando Xóchitl perdió a su amado Huitzin, quien murió en una batalla.
La mujer le rogó al dios que la uniera nuevamente con su enamorado, por lo que Tonatiuh la convirtió en una flor de pétalos amarillos que permaneció cerrada hasta que Huitzin, ahora transformado en colibrí, regresó y se posó sobre ésta, causando que se abriera.
Foto: Xochiquetzal Rangel. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
La tradición mexicana considera que el aroma de la cempasúchil guía a las almas de los difuntos a la ofrenda preparada por los vivos durante el Día de Muertos, tal como Huitzin fue guiado a Xóchitl.
Productores de Soledad de Graciano Sánchez, como Fernando Luna, pese a la pandemia por Covid-19 no dejan morir estas tradiciones con la plantación anual de la flor, para que las familias potosinas puedan conmemorar a sus fieles difuntos el 1 y 2 de noviembre.
En entrevista con EL UNIVERSAL San Luis Potosí, Luna, quien se ha dedicado desde su infancia a la agricultura, refirió que el proceso de cultivo es relativamente fácil, pues la semilla de la flor se planta desde el 16 de julio en un “almacijo” y una vez que ésta crece, entre el 20 y 24 de agosto se trasplanta a la tierra en donde crecerá durante otro mes.
Foto: Xochiquetzal Rangel. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
“No se necesita nada, nada más que tenerla limpia, porque el quihuite no la deja crecer; se debe cultivar con tractor o escardilla, no le inviertes mucho”, puntualizó.
Una vez que la flor crece, debe ser cortada entre el 25 y 30 de octubre para empezar a venderla, ya que una vez que se acaban las festividades del Día de Muertos ya no se compra.
Productores, con la esperanza puesta en la venta de la flor de muerto
Para Fernando y su familia, este año hay esperanza en la venta de la flor, pues derivado del semáforo verde en el estado prevén que las ventas aumenten en comparación con las del año pasado, cuando los panteones permanecieron cerrados y tuvieron que rematar la cempasúchil.
Foto: Xochiquetzal Rangel. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
Debido a la esperanza de que este año fuera mejor, aún con el riesgo de no vender la flor de muerto a un precio justo, como sucedió en 2020, Fernando Luna plantó una hectárea completa de cempasúchil, mientras que el año pasado únicamente sembró un tercio de la hectárea de su parcela.
Acorde con lo señalado por el director de Fomento Agropecuario de Soledad, Antonio Castro, en 2020, con el cierre de panteones por la epidemia, las ventas de la flor se redujeron hasta 30%, lo que afectó a cerca de 40 familias que se dedican en el municipio a la siembra de la flor de muerto.
Fernando Luna comentó que la pandemia, además de afectar a los productores, impactó directamente a la tradición del cultivo de cempasúchil, pues dijo que en la zona del Morro, en Soledad, los agricultores están optando por vender sus parcelas, espacios donde se han estado construyendo fraccionamientos, por lo que este año no todos los que se dedicaban al cultivo de la flor la sembraron.
Pese a que teme que en un futuro se venda la parcela en donde cultiva la flor de muerto y algunos otros productos como verduras, Fernando dijo que hará lo posible para que la tradición no se pierda, al menos en su familia, esto para que las y los potosinos puedan seguir contando con la tradicional cempasúchil y que los fallecidos, guiados por el aroma que ésta desprende, los visiten.
Foto: Xochiquetzal Rangel. EL UNIVERSAL San Luis Potosí
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