El jueves 6 de marzo, en la comunidad de Mecatlán, perteneciente al municipio de Tamazunchale, San Luis Potosí, se registró un lamentable hecho que pone en evidencia de nueva cuenta la falta de conciencia ambiental en la región.
En este lugar, fue encontrada una serpiente de tamaño considerable, pero en lugar de alertar a las autoridades locales para su captura y reubicación, los habitantes decidieron darle muerte a machetazos.
Este acto de violencia hacia una especie silvestre pone en peligro no solo la fauna local, sino también el equilibrio del ecosistema que posee una gran biodiversidad.
Las autoridades y organismos ecológicos señalan que estos actos son ilegales y que quienes los practican están incurriendo en un delito federal, ya que existen normas que protegen a las especies como las serpientes.
La denuncia ha sido canalizada a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), instancia encargada de velar por la conservación de los recursos naturales en México.
La organización Eco Huellas mencionó que es urgente que se brinde capacitación y sensibilización a las autoridades de las comunidades para evitar que situaciones como esta sigan ocurriendo, pues señalan que actos como este no sólo afectan el equilibrio ecológico, sino que también demuestran una grave falta de conocimiento sobre la importancia de las especies en su hábitat natural.
Por otro lado, en la región de la Huasteca potosina, uno de los ecosistemas más ricos y biodiversos de México, se ha desatado una actividad ilegal que pone en riesgo a una de las especies más emblemáticas del país: la víbora de cascabel.
A través de redes sociales, especialmente en plataformas como Facebook, circulan anuncios de venta clandestina de estas serpientes, ofreciendo ejemplares vivos a precios que van desde los 500 pesos.
La víbora de cascabel es capturada principalmente para su uso en la medicina tradicional, en rituales de brujería, como alimento e incluso como mascotas. Sin embargo, esta práctica de caza desmedida está llevando a un peligroso declive en las poblaciones de serpientes en la Huasteca, una región fundamental para la biodiversidad del país.
Lo más alarmante es que muchos de los ejemplares ofrecidos en venta son serpientes adultas, lo que hace que su precio sea aún más alto y que su extracción de la naturaleza impida su reproducción en libertad.
La organización Selva Teneek ha expresado su preocupación por el impacto negativo de esta caza desmedida sobre las especies de serpientes, alertando sobre la pérdida de biodiversidad que podría seguirse si no se toman medidas urgentes.
Aunque existen sanciones penales para quienes capturan, comercializan o matan animales silvestres, la regulación en redes sociales y la persecución de estos delitos aún es limitada, lo que hace que este negocio ilegal siga operando con impunidad.