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El de 2 octubre de 1968 un mitin de estudiantes fue reprimido por el Ejército en la plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, luego de un par de meses de manifestaciones que se originaron tras una riña entre estudiantes en la que intervinieron los granaderos, el 22 de julio.
Según declaraciones de las autoridades de la época, entre 30 y 40 personas fueron asesinadas y mil 500 fueron detenidas. “Ojalá y la supiéramos”, dijo el entonces secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Marcelino García Barragán, en una declaración después de medianoche del 2 de octubre.
Ese 22 de julio de 1968, alumnos de la vocacional 5 se pelearon a golpes y piedras con los jóvenes de la prepatoria particular "Isaac Ochoterena" en La Ciudadela. Al otro día, los jóvenes de la prepa particular buscaron cobrar revancha a los del Instituto Politécnico Nacional (IPN), pero en la refriega intervino el cuerpo de granaderos, que golpearon a varios jóvenes.
Para los politécnicos ese hecho provocó indignación, por lo que convocaron a una marcha el 25 de julio, pero los acusaron de agitadores ante la cercanía de la fecha de inauguración de las Olimpiadas y la coincidencia de una marcha organizada por el Partido Comunista en conmemoración de la toma del Cuartel Moncada, el inicio de la Revolución Cubana.
Las manifestaciones continuaron, pero el 30 de julio un bazucazo en la enorme puerta de la entonces Preparatoria 1 de la UNAM en San Ildelfonso la dejó hecha pedazos, lo que desató la ira de los universitarios, porque además en esa ocasión el Ejército intervino, supuestamente a petición del regente Alfonso Corona del Rosal.
Ese 30 de julio, el Ejército entró en las Prepatorias 2 y 3 y en las vocacionales 2 y 5, sacaron a varios estudiantes y los detuvieron, lo que provocó que facultades de Ciudad Universitaria se sumaran a un paro, iniciado en las prepas y vocas.
Los soldados iban a bordo de tanques, incluso. Los estudiantes, por su parte, realizaban la "V" de "Venceremos" que utilizaron en la Revolución Cubana.
Al iniciar agosto, el 1, el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, convocó a una marcha para unir a universitarios y politécnicos en contra de las acciones policiacas y castrenses en contra de los estudiantes.
A partir de ese momento, el movimiento universitario definió su pliego petitorio y posteriormente, el 13 de septiembre se realizó la "marcha del silencio", una de las más concurridas y llamativas, pues los estudiantes se taparon la boca y llevaban velas sin hacer ruido.
La marcha fue una total afrenta al Presidente, Gustavo Díaz Ordaz, quien en su informe de gobierno hizo alusión al movimiento universitario con una frase que pasaría a la historia: "Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite y no podemos permitir ya que se siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico como a los ojos de todo mundo ha venido sucediendo".
El 19 de septiembre los soldados ingresaron a Ciudad Universitaria violando la autonomía universitaria. La Secretaría de Gobernación, a cargo de Luis Echeverría, aseguró que la acción se debía a que los estudiantes realizaban actividades que no eran académicas.
El 24 de septiembre el Ejército tomó el Casco de Santo Tomás y Zacatenco, las dos unidades más importantes del IPN.
El gobierno de Díaz Ordaz planeó un mitin en Tlatelolco para frenar al movimiento universitario ante la inauguración de las Olimpiadas.
El 2 de octubre, cerca de cinco mil personas se congregaron en la unidad habitacional para escuchar el mitin del Consejo Nacional de Huelga (CNH), que exigía entre otras cosas, la desaparición del cuerpo de granaderos y que se liberara a los estudiantes que habían sido detenidos en manifestaciones previas.
Algunos infiltrados al CNH, conformado por estudiantes del IPN y de la UNAM, lograron que el mitin se llevara a cabo en Tlatelolco, en donde se podían disponer de varios francotiradores desde los balcones y azoteas de los edificios.
En el plan del secretario García Barragán, los militares iban por los dirigentes estudiantiles, que se ubicaron en el balcón del tercer piso del edificio Chihuahua.
Batallones de Infantería, Paracaidistas, de Reconocimiento Blindado, tomaron posiciones en tres puntos de la Plaza de las Tres Culturas y dejaron que la gente desaloje el área por la parte trasera del edificio Chihuahua, mientras que las cabezas del CNH fueron detenidos. Infiltrados de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) los identificaron.
Un grupo paramilitar, perteneciente al Batallón Olimpia, que se compuso con más de mil 500 elementos estuvo presente, como ocurrió en la toma de Ciudad Universitaria y la del Casco de Santo Tomás.
En la plaza dispararon sin pausa. El fuego más intenso lo hicieron desde los edificios Chihuahua, 2 de abril, ISSSTE, Molino del Rey y Revolución de 1910. Ocuparon departamentos y azoteas de unos 12 edificios, con expertos tiradores dotados con armas de alto poder.
Varias imágenes de ese día se conocieron por la prensa internacional y nacional, en la que se observa a muchachos ensangrentados, golpeados y detenidos. De madres buscando a sus hijos, de soldados en los edificios.
Faltaban 10 días para la inauguración de los Juegos Olímpicos y desde el gobierno se orquestó ese 2 de octubre una matanza para parar al movimiento estudiantil de 1968.