Sin dinero para regresar y ante una escalada inminente en los precios de la comida y víveres, Marisol Chávez García, de 23 años, respiró aliviada cuando se enteró de que el gobierno mexicano la sacaría de Tianjin, China, en medio de la crisis por el nuevo coronavirus que se desató en ese país: “Me siento muy feliz y tranquila, de poder estar segura”, expresó.

Marisol forma parte del grupo de 18 estudiantes mexicanos que el pasado fin de semana regresó al país luego de que los gobiernos federal y de Guanajuato los evacuaron de China en medio de la contingencia por el coronavirus. Dio la entrevista vía telefónica y desde su habitación en casa de sus papás, donde se encuentra en cuarentena como una de las medidas de vigilancia epidemiológica implementadas por el gobierno mexicano.

“En China hay mucho movimiento de personas y todo pasa muy rápido. La gente viaja de una ciudad a otra y nosotros estábamos preocupados de que si salíamos a la calle nos podíamos contagiar. Las tiendas comenzaron a cerrar también por el Año Nuevo chino y se hacía más difícil conseguir alimentos, empezó a haber desabasto en los supermercados”, relató la estudiante.
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Marisol Chávez García relató que en enero surgieron los avisos sobre el coronavirus; la Universidad de Tianjin pidió a los alumnos cuidados hasta que llegó el momento en que los estudiantes no podían salir de sus dormitorios. FOTOS: ESPECIAL

Fue a mediados de enero cuando las tiendas comenzaron a cerrar y en la calle surgieron los primeros rumores de desabasto, acompañados de una escalada en los precios de los víveres. En las tiendas que permanecían abiertas, los comerciantes subieron al doble el costo de alimentos como fruta y verdura.

Para una alumna que tiene una beca de 100% y depende de este apoyo, el incremento en los precios podría representar que llegara un día en que no le alcanzara para comer, o que no pudiera comprar cubrebocas o gel antibacterial en medio de la crisis por coronavirus.

“Nosotros tomamos algunas precauciones para hacer la despensa con tiempo, porque sabíamos que las tiendas cerraban en el Año Nuevo chino, pero cuando empezamos a ver que los precios se elevaban nos preocupó mucho que dejaran de surtir, que se acabara la comida. Dependo totalmente de mi beca, llegué a pensar: ‘¿Qué voy a hacer en el momento en que tenga que comprar al precio que sea?’. No podíamos quedarnos sin comer ni provisiones, o al menos sin cubrebocas o gel antibacterial. Nos preocupaba quedarnos sin dinero ni provisiones”, dijo.
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La estudiante de Guanajuato relató que a mediados de enero las tiendas comenzaron a cerrar y en la calle surgieron los rumores de desabasto.

La joven relató que a inicio de enero, cuando comenzaron a surgir los primeros avisos sobre el coronavirus, la Universidad de Tianjin pidió a sus alumnos que tuvieran cuidado y estuvieran alertas. Conforme pasaban los días las medidas de seguridad e higiene se fueron incrementando hasta que llegó el momento en que los estudiantes no podían salir de sus dormitorios.

A quienes vivían en el campus se les revisaba la temperatura y se les aplicaban cuestionarios varias veces al día en busca de síntomas de enfermedad como fiebre o tos. La guanajuatense reflexiona sobre la movilidad de las personas en China, lo que facilita que el virus se expanda.

Sin embargo, conforme avanzaba la crisis y los alumnos de la universidad regresaban a sus países de origen, los jóvenes mexicanos se encontraron sin dinero para regresar, a la vez que esperaban que la situación mejorara en China.

“Nuestros amigos comenzaron a regresar a sus países de origen porque sus familias estaban preocupadas. Los mexicanos no teníamos planes de regresar porque tampoco teníamos dinero para hacerlo”, narró Chávez García.

Desde niña, Marisol había querido estudiar una carrera que le permitiera mejorar sus perspectivas de vida y conocer el mundo, por lo que al terminar la licenciatura comenzó a buscar opciones para especializarse. Así fue como encontró que el gobierno de Guanajuato ofrecía becas al 100% para estudiar en China. Emocionada, eligió la maestría en Ingeniería en Mecatrónica, aplicó y obtuvo el apoyo.

La estudiante logró obtener su beca y se mudó al país asiático en septiembre de 2019. A partir de entonces todo ha sido trabajo y esfuerzo. Durante los casi cinco meses que vivió allá su rutina consistió en clases durante ocho horas al día, hacer tarea y preparar las prácticas del día siguiente. Ahora espera que la crisis por el coronavirus termine para retomar sus actividades académicas.

“La Universidad de Tianjin es una de las mejores instituciones de China, cuando menos en la especialización en Mecatrónica. Para mí esta oportunidad es muy importante, viajar y conocer otra cultura. El sistema educativo es muy difícil, pero yo lo deseaba muchísimo, tiene un valor curricular altísimo, además de que hablar inglés y chino ya representa un valor curricular muy alto”, subrayó Marisol.

De regreso a México pide a las personas que han criticado el regreso de los estudiantes mexicanos, que tenga más empatía y se informen a través de canales oficiales antes de acusarlos de traer el virus a México.

“Estaría perfecto que todos nos enteráramos y buscáramos información oficial, estamos sanos, nosotros somos los primeros en decir que si estamos enfermos no me voy a arriesgar a llegar a mi país a contagiar a mi familia y amigos. Busquen la información correcta por favor”, demandó la guanajuatense Chávez García.

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