El diputado federal electo por Morena y aspirante a la coordinación parlamentaria de ese partido, Pablo Gómez, asegura que en la 64 Legislatura las iniciativas de Andrés Manuel López Obrador que no les gusten lo dirán y las cambiarán, “negociaremos con el Ejecutivo”, dice.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el ex perredista adelanta que su bancada se abrirá a negociar con todas las fuerzas políticas porque reconoce que no cuentan con mayoría calificada para modificar la Constitución.

Advierte que los partidos de la coalición MorenaPT y PES se mantendrán como bloque, pero define que no van a despreciar ni a personas ni a propuestas.

Afirma que no habrá “mayoriteos”, pues “no sólo ganaremos el debate, sino también las votaciones”.

¿Qué expectativas tiene la bancada de la próxima Legislatura?

—La próxima Legislatura entra en un momento en el que el país espera cambios. Vamos a hacer una Legislatura donde no se va a despreciar a nadie, a ninguna propuesta, al final votaremos, pero no haremos el método de no ir al debate, de no escuchar los argumentos contrarios.

El hecho de que el próximo Presidente tenga mayoría en ambas cámaras no debe evitar el debate, sino obliga a esas mayorías a debatir todo.

¿Habrá mayoriteos de Morena?

—El mayoriteo es el método con el cual se pierde el debate y se gana la votación. Tenemos que establecer que si se va a ganar la votación es porque se va a ganar el debate.

¿La agenda?

—Vamos a sacar una serie de leyes que pongan punto final a ciertas discusiones. Por ejemplo, el fuero, la ley reglamentaria de los sueldos. La publicidad gubernamental, darle facultades a las comisiones investigadoras del Congreso y establecer en la Constitución la revocación del mandato.

¿Estas reformas las aprobarán con su mayoría?

—Las vamos a aprobar con la mayoría que requiere cada una de ellas de acuerdo con la Constitución, las que son constitucionales requieren dos tercios. La coalición no tiene los dos tercios; es decir, necesita negociar con otros. En cambio en las leyes ordinarias si no hubiera acuerdo, tendría que haber suficiente debate.

¿Con quién ve negociando a su bloque (Morena, PT y PES)?

—Puede ser cualquier partido. No vamos a llegar al Congreso con odios, ni malas mañas, ni discriminaciones, ni actitudes despectivas, arrogancias, eso no va, no son tiempos.

¿Cómo ve la disposición de las otras bancadas después de que les dieron una golpiza en las urnas?

—No creo que Andrés Manuel [López Obrador] y la coalición hayan aplastado a los demás partidos. Están ahí para seguir en la lucha política.

¿Qué le dice a quienes llaman a Morena el nuevo PRI?

—Nosotros no tenemos estructura corporativa ni al charrismo sindical. Los empresarios no están afiliados como virtual sector que todo lo exige y además rapidito y bien.

Se dijo que el Congreso en este sexenio fue una oficialía de partes, ¿con Andrés Manuel López Obrador no pasará lo mismo?

—La tradición priísta es que el Congreso es el lugar donde el Presidente envía sus iniciativas y las aprueban, pero eso dejó de ser así cuando el PRI perdió la mayoría en la Cámara de Diputados en el segundo trienio del régimen de [Ernesto] Zedillo.

En este último trienio, el PRI logró mayoría en la Cámara, pero no en el Senado y eso lo iban logrando haciendo alianzas.

Recuerdo que cuando el PRI no tenía mayoría recurría a la compra directa con dinero y no pagan mal.

¿Le ofrecieron alguna vez?

—No, pero sé cuánto le dieron a cada uno; por ejemplo, en el último presupuesto de la época de Zedillo, le daban de a millón el voto y en aquel entonces un millón era mucho, pero no lograron su objetivo, la oposición sacó el presupuesto que quiso.

¿Eso no ocurrirá con Morena?

—No solamente no necesitamos, sino que nosotros odiamos el método de comprar votos.

¿No habrá “levantadedos” de las iniciativas de Andrés Manuel?

—Las bancadas de las dos cámaras siempre expondrán los motivos por los cuales se pide el voto mayoritario.

¿Si hay alguna iniciativa que no les guste del Ejecutivo lo dirán?

—Lo diremos y lo cambiaremos, negociaremos con el Ejecutivo, como se hace en el mundo entero.

¿No habrá un cheque en blanco?

—El Ejecutivo es una potencia en materia de legislación en todas partes del mundo. La Constitución dice que el Ejecutivo tiene derecho de entrada [con la iniciativa] y de salida [con las observaciones], ahora ya también los ciudadanos se pueden organizar para presentar iniciativas. El Congreso debe negociar con el Ejecutivo.

¿Qué opina de la designación de Manuel Bartlett?

—Hace mucho tiempo que Bartlett está en los grupos de izquierda. Debemos tenerle confianza a López Obrador cuando plantea que Rocío Nahle conduzca la política energética.

¿Entonces hay que darle el beneficio de la duda?

—Sí, claro, estamos obligados, no nos vamos a anticipar.

¿Cómo ve al PRD?

—Pues últimamente ya no lo veo, es un partido que fracasó, se fue a la ruina, la dirección del partido lo llevó a la ruina. El PRD defenestró a la izquierda, la aventó por la ventana de su propia casa y se convirtió en una agencia de negocios.

¿Sí le interesa la coordinación?

—Podría ser yo coordinador, sin duda. Si lo decide una mayoría con mucho gusto. No he platicado con mis compañeros y en los próximos días tendremos oportunidad.

¿Qué le parece el tema de la descentralización de instituciones?

—Andrés Manuel va a tratar de hacerlo, pero quizá no le alcance el tiempo para consumar algo así, en el camino van a surgir muchos problemas de orden operativo. Algunas secretarías sí se pueden ir de la Ciudad de México, quizá otras no. La mudanza puede resultar un poco cara, por ejemplo, la Comisión Nacional del Agua tiene un gran edificio en Insurgentes, se lo quieren llevar a Tabasco, creo. Que mejor lo piensen, porque allá hay mucha agua, pero la Conagua no es sólo para resolver problemas de inundaciones, sino dónde no hay agua.

 

 

 

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