El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) ordenó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) buscar, y si es el caso, entregar el contrato firmado entre el gobierno federal y la empresa Boeing por el resguardo del avión presidencial TP-01 “José María Morelos y Pavón”.

En sesión del pleno del Inai, el comisionado Joel Salas Suárez detalló que una particular solicitó esta información a la SHCP, dependencia que afirmó que no era su competencia; en tanto que en otra solicitud, con el mismo requerimiento, la Sedena argumentó que no encontró evidencia documental de lo solicitado.

El comisionado recordó que durante el pasado proceso electoral, la frase “Ese avión no lo tiene ni Obama”, hecha por el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, fue una consigna muy conocida por los mexicanos, y “sirvió al entonces candidato presidencial para ejemplificar y sintetizar una de sus propuestas más reconocidas: la austeridad republicana”.

“En aquel momento, su propuesta consistía en terminar con el despilfarro y el inicio de una administración con un principio de austeridad como eje rector. En el contexto de las campañas el avión presidencial fue caracterizado por el ahora titular del Ejecutivo como un símbolo del gasto desmedido de la pasada administración”, apuntó el comisionado.

Salas Suárez refirió que de acuerdo con datos de Sedena, el costo de adquisición de la nave fue de 218 millones de dólares y su mantenimiento fue de 45 millones de pesos anuales en promedio

Salas Suárez consideró que conocer el convenio con la empresa Boeing para resguardar el avión presidencial dará certeza a la población de las condiciones y costos acordados previos a su venta debido a que los mexicanos tienen derecho a saber con claridad a que se destinan los recursos públicos,

“Las solicitudes de información que dieron pie a los recursos de revisión que ahora comentamos, muestra que la población usa el derecho de acceso a la información para comprobar cómo se ejercen los datos de autoridades que hace el nuevo gobierno federal con sus promesas de campaña.

“En este sentido, los ciudadanos entienden que el tema del avión es más que una decisión gubernamental común; es una medida con significativa y alto valor simbólico. Los ciudadanos quieren un gobierno que actúe de manera austera y que sus resultados reflejen el principio de ahorro y austeridad. No bastan los discursos, sólo la transparencia permitirá a las autoridades demostrar que realmente se cumple con estos principios”, dijo.

Desde el pasado 3 de diciembre, el avión que transportó al ex presidente Enrique Peña Nieto por casi tres años se encuentra en San Bernardino, California, para ser exhibido en busca de compradores y así iniciar el proceso de su venta. Se trata de un Boeing 787 Dreamliner nombrado “José María Morelos y Pavón”, al ser adquirido por el gobierno en noviembre de 2012.

Con 57 metros de longitud y 17 de altura, el avión ofrece una capacidad para 80 pasajeros y contaba con alrededor de 600 mil kilómetros de vuelo en 214 operaciones.

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