Un grupo de aproximadamente 50 integrantes de la Caravana de Migrantes, pertenecientes a la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesti e Intersexual (LGBTTTI) han recibido muy poca ayuda humanitaria.
A un costado de la caseta de cobro 045 de la autopista Córdoba-Orizaba en el municipio de Fortín, se refugian gay’s, lesbianas, transexuales y transgénero, quienes por varios días no han probado alimento, solo agua.
Las historias se repiten en personas de Honduras, Guatemala y El Salvador; huyen de la violencia y discriminación que sufren en sus países solo por “ser diferentes”, aunque en México han encontrado respeto.
Loli es de El Salvador y sueña con llegar a Norteamérica. Cuenta que salió de su país aterrada porque casi pierde la vida después de un ataque perpetrado solo por ser gay.
“Llevo cicatrices en mi cuerpo que han marcado mi vida, he sufrido agresiones fuertes como quererme asesinar. Una amiga trans la mataron, la tiraron de un puente y no quiero vivir el mismo destino”, señala.
Con todo el dolor dice que abandonó su hogar, a sus padres y hermanos con el único objetivo: ser una persona libre sin discriminación y que no la vean como una persona despreciable.
“Nos han tirado agua y refresco en la cara, pero nos estamos aguantando porque sabemos que cuando lleguemos a Estados Unidos las cosas cambiarán”, subrayó.
Este mismo lunes emprenderán su viaje con dirección hacia Puebla, pero primero almorzaran una torta y agua que un grupo de ciudadanos les llevó.
La integrante del Colectivo Diversidad sin Frontera de México, Nakai R. Flote, asegura que los chicos LGBTTTI no sólo huyen en éxodo de la violencia de sus mismos ciudadanos sino también de la represión que sufren por parte de las políticas del estado.
Ella, una chica trans originaria del estado de Chihuahua, se unió al grupo de la Caravana Migrante para apoyarlos y buscar que la organización en Estados Unidos pueda conseguirles el asilo político.
“Es una comunidad que viene huyendo dadas las políticas que existen en sus gobiernos, de las represiones que la gente de su país. En México hay matrimonio igualitario en ciertos estados, ese es un privilegio que no tienen en otros países de Centroamérica. Aquí estamos apoyándolos jurídicamente y apoyarlas en el camino para llegar a la frontera”, agregó.
Con escaso apoyo de autoridades y sociedad civil mexicanos, el grupo emprenderá en pocas horas la caminata hacia la Ciudad de Puebla y de ahí a la CDMX