La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ- CDMX), en coordinación con la Fiscalía General de la República (FGR), investiga a por lo menos ocho grupos señalados como los organizadores principales de las marchas, protestas, desmanes y daños que se han ocasionado durante los últimos días en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La información alertó a las autoridades locales y federales, pues no descartan que en los siguientes días el movimiento —que inició hace cuatro meses en una lucha contra la violencia de género y que ha provocado paros de diferente duración en 23 escuelas y facultades— se torne más violento.

Con base en información reunida desde el año pasado, los grupos más agresivos y que por la fuerza han tomado diversos planteles y dañado la Torre de Rectoría de Ciudad Universitaria fueron identificados como Biblioteca Social Reconstruir, Colectivo Anarquista (Escuela Nacional de Antropología e Historia), Centro Cultural Ocupado El Engrane, Okupa Ché, Cooperativa Café Victoria, Comparsa Chanti Ollin, Colectivo Reta, así como el Colectivo Coordinador Estudiantil Anarquista.

Se estima que las organizaciones están compuestas hasta por mil integrantes, y algunos incluso han recibido “adiestramiento” de corte “anarquista” de universidades de Sudamérica, pues entre los líderes del movimiento se ha identificado a cuatro chilenos —dos mujeres y dos hombres— y a cuatro argentinos —también dos mujeres y dos hombres—, quienes son protegidos por los mismos estudiantes dentro de Ciudad Universitaria.

Un seguimiento que han realizado las autoridades de investigación, locales y federales, permitió identificar a los líderes sudamericanos: tienen su residencia en el Auditorio Justo Sierra de la Facultad de Filosofía y Letras, espacio cultural tomado por grupos disidentes que lo nombraron Che Guevara.

De acuerdo con los reportes de investigación, en ese auditorio organizan reuniones y juntas para establecer las jornadas de actividades de protesta; se cuenta con fotografías de los participantes, pero no han sido detenidos, ya que no les han imputado ningún delito, esto debido a que no participan de manera activa en los actos violentos.

Además, cada que salen de Ciudad Universitaria son resguardados por medio centenar de estudiantes y seguidores, lo que ha complicado la implementación de un operativo en su contra, pues es conocido que siempre portan drogas y armas para evitar que sean agredidos por grupos rivales que también se disputan el control de los estudiantes a fin de realizar protestas.

Estas organizaciones empezaron a estar en la mira de las autoridades luego de los desmanes que se registraron durante la marcha #NoMeCuidanMeViolan.

Se sabe que entre el ala más radical de estos grupos se encuentran exmilitares, narcomenudistas, ciudadanos extranjeros, ladrones y hasta exprofesores de Ciudad Universitaria.

Estas personas son consideradas infiltradas en las marchas, agitadores violentos y hasta delincuentes de alto peligro cuando hay manifestaciones, incluyendo las que se repiten cada año, como las del 2 de octubre y 1 de mayo.

De igual manera, estos grupos han establecidos nexos con otras organizaciones, como Antorcha Campesina, el SME, grupos porriles, el Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra, Federación Libertaria de México, Individualistas Tendiendo a lo Salvaje, Círculo Eco-Extremista de Terrorismo y Sabotaje y Regeneración Radio.

Asimismo, mantienen comunicación e intercambio de apoyos con colectivos de Chile, Grecia, Francia, España, Cuba, Inglaterra, Canadá e Italia, los cuales van más allá del simple mensaje de solidaridad —publicado en sus portales—, se detalla en los informes del gobierno capitalino. Tras los actos vandálicos cometidos en la Torre de Rectoría el martes pasado, el rector de la UNAM, Enrique Graue, acusó que existen intereses ajenos que tienen el objetivo de desestabilizar la institución.

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