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Michoacán.- Este martes aumentó el número de unidades del servicio de transporte público que tuvieron que parar labores por falta de gasolina en Michoacán. Ayer EL UNIVERSAL dio a conocer que se trataba del 30 por ciento y hoy subió a 40 por ciento.
El presidente de la Comisión Reguladora del Transporte, José Trinidad Martínez Pasalagua, informó que debido al desabasto de gasolina, en la entidad han dejado de prestar el servicio poco más del 40 por ciento de las 6 mil unidades que hay en el estado.
Lo anterior, de acuerdo a las cifras de Martínez Pasalagua, representa un aproximado de 2 mil 400 unidades que tuvieron que salir de circulación por la falta de combustible.
El dirigente transportista, señaló que el 60 por ciento de la población utiliza el servicio público como medio de transporte, por lo que esta referencia es solo un ejemplo de afectación que ha dejado la falta de gasolina.
Automovilistas duermen desde ayer en gasolineras; Pemex no tiene para cuando surtir
En tanto, las gasolineras de la entidad se encuentran repletas, pero no de combustible, pues centenas de automovilistas las han abarrotado con largas filas y han permanecido en las estaciones de servicio y sus inmediaciones, desde ayer lunes, con la esperanza de tener unas gotas que les permitan circular en sus vehículos.
La escasez de gasolina inició desde el pasado 21 de diciembre y se agudizó en vísperas del año nuevo, en donde permanecen cerradas 9 de cada 10 estaciones, de las 320 que hay en Michoacán.
Las largas filas, las cambiantes temperaturas, la desesperación, sicosis e incertidumbre, ya han generado riñas entre particulares, por lo que la Policía Michoacán ha implementado operativos de vigilancia para evitar que crezca la violencia.
“¡Estamos hasta la madre!... véndanme aunque sea un pinche litro para llegar a mi casa nada más, expresó don Juan Bustos, un señor de avanzada edad que cumplió ya dos días de guardia en una estación de servicio ubicada al poniente de la ciudad de Morelia.
Detrás de él, se acerca una señora con la que ya han hecho amistad y le ofrece un taco. “Vaya si quiere a comer algo; yo lo invito, porque ni ha comido ni dormido nada”, se asoma el noble gesto de la buena mujer.
Otros más, se turnan para dormir en el piso, porque ya no pudieron mover sus vehículos y ahora tienen que formar unos garrafones y esperar a que otra de las estaciones de esa zona de la capital michoacana les dé la buena nueva de que ya hay gasolina.
