El próximo Presidente, que será electo en los comicios del 1 julio, enfrentará tres grandes problemas que aquejan a los jóvenes mexicanos: acceso a la educación superior de calidad, que las carreras que estudien tengan relevancia en el mercado laboral y que consigan empleos bien pagados y de calidad cuando terminen la escuela, dijo el director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Mario Alberto Rodríguez Casas.

“Los jóvenes quieren educación, empleo, justicia y transparencia”, dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.

A menos de dos meses de haber sido nombrado el titular de esta casa de estudios pide a los candidatos y partidos políticos que devuelvan la confianza a los ciudadanos que voten por ellos, “que los compromisos que establecieron los cumplan una vez que llegaron. [Ni] mi voto, ni el voto de nadie es un voto en blanco, es de compromiso”.

Desde su oficina en la Unidad Profesional Adolfo López Mateos, conocida como Zacatenco, el director del Politécnico recuerda a los ciudadanos que es su obligación asistir a las urnas y les pide que no se queden sólo ahí, sino que vigilen el actuar y cumplimiento de los funcionarios públicos. “Tenemos la responsabilidad de seleccionar a los mejores candidatos y, por lo tanto, al mejor gobierno”.

En esa medida habrá “menos problemas de los que están por ahí surgiendo”, dijo, en referencia a los escándalos de corrupción que han enfrentado todos los partidos, aunque, señaló, no corresponden a “toda la clase política, no son todas las instituciones”.

Rodríguez Casas se refirió al caso del joven Marco Antonio Sánchez Flores, puesto que, aunque no pertenece al Politécnico, tiene la edad de miles de los estudiantes de esa institución y de millones de jóvenes mexicanos. Señaló que es un caso que debe ser condenable, independientemente de quién lo haya perpetrado. Pidió a los jóvenes que tomen precauciones ante eventos que, como éste, no pueden controlar.

“Hemos visto las fotografías en los medios y por supuesto que es lamentable y lo condenamos, lo haya perpetrado quien lo haya perpetrado. Independientemente de eso, son hechos que deben ser condenables, pero que los jóvenes y todos debemos tomar nuestras precauciones, porque estamos en una ciudad con muchísimos habitantes”.

¿Cuáles serán los desafíos más importantes que tendrá que enfrentar el país?

—El Politécnico está trabajando en generar una agenda que queremos presentarle a los candidatos para plantearle una visión de México para los próximos años en el aspecto educativo, tecnológico, en educación, en posgrado. Qué oportunidades tenemos en el aspecto energético, de sustentabilidad, de infraestructura, en salud. Quisiera verlo desde la óptica institucional, de cómo quiere el Politécnico al México del próximo sexenio o de los próximos años, te diría que la planeación no debe hacerse sólo a seis años, sino de largo alcance. No podemos trabajar en este país con proyectos de mira corta, tenemos que ver hacia dónde queremos el país en todo aquello que nos impacta a los mexicanos.

¿Qué retos enfrentará el próximo Presidente de México?

—Tenemos una demanda creciente de estudiantes de educación media superior y superior, tenemos que brindarles educación de calidad. La reforma educativa está avanzando y dentro de un tiempo muy corto le va a impactar al nivel medio superior, tenemos que trabajar para esta nueva generación de jóvenes que va a llegar exigiendo educación diferente a la que estamos ofreciendo.

Necesitamos crear más fuentes de trabajo, a estos jóvenes que estamos recibiendo en educación superior los vamos a insertar en el mercado laboral y debemos estar preparados para darles la oportunidad de tener trabajo y evitar que puedan tomar rumbos diferentes a los que el país requiere.

Tenemos que trabajar de manera coordinada con el sector empresarial, pero también es responsabilidad de las instituciones de educación superior tener carreras pertinentes, que los sectores social y productivo estén demandando, porque en esa medida, los jóvenes se van a poder incorporar a este sector.

Las universidades les estamos prometiendo a los jóvenes que si egresan, van a conseguir trabajo. Esto no depende de las universidades directamente, pero sí hay una corresponsabilidad de formar profesionistas en carreras pertinentes, que estén siendo demandadas por los sectores social y productivo.

¿Cómo llega el país al final de este sexenio? ¿Cuál es su balance?

—Yo veo un balance positivo en lo económico, veo, sobre todo, un México con esperanzas, dispuesto a trabajar, trabajando a diario por hacer un país más grande. Lo veo con una gran cantidad de oportunidades de mejora por la reforma educativa, la energética, lo veo con un sector productivo comprometido con el país. Así me gusta ver a mi país, con mucho optimismo.

¿En otros aspectos qué retos encontraría en el país?

—Tenemos problemas de sustentabilidad, de cambio climático y con energías renovables. Ese es otro de los retos, por eso coincidía mucho con las reformas que se han estado promoviendo y no lo quiero decir, desde ningún punto de vista, de algún partido político.

Tenemos problemas de salud que en este momento son emergentes, pero que van a ser problemas de muchos millones de mexicanos, como la obesidad; que cada vez hay muchos más adultos mayores y no estamos preparados, ni en lo sicológico ni en lo familiar, y tenemos un gran reto en el sector salud para dar atención a esta gran cantidad de adultos mayores, con un sistema específico, porque no es la misma atención que se le tiene que dar a un adulto o a un niño.

En materia de los retos del país, ¿qué papel juega la corrupción?

—Es un término que permea en todas las sociedades y en todos los niveles, no es algo que sea propio de ninguna instancia en este país. En diferentes medidas, todos contribuimos a participar en esa práctica tan indeseable. El reto fundamental es crearnos una conciencia de que en la medida en que no caigamos en prácticas como esas, podremos contribuir a que crezca nuestro país.

Si los recursos los direccionamos, no los desviamos, se pueden aplicar, pero la corrupción no son solamente recursos y muchas veces con nuestra práctica diaria contribuimos a ese flagelo de todas las sociedades, que no es privativo de México. Es una responsabilidad de todos y cometemos el error de querer que alguien la resuelva con una varita mágica.

¿Considera que los escándalos de corrupción de los ex gobernadores y los partidos se convertirán en un lastre en las campañas?

—En las campañas intervienen muchísimos factores. Deberíamos privilegiar las propuestas, no tanto aspectos colaterales. Pedimos propuestas de cómo transformar a este país y no descalificaciones. Me gustaría ver propuestas en el tema del empleo, de educación, qué vamos a hacer en el sector energético y no tanto las descalificaciones entre partidos, porque nos confunden.

¿Qué le diría a la sociedad para que se acerque a votar?

—Que voten. Es nuestra obligación hacerlo. Votemos de manera razonada, analicemos las propuestas, a los candidatos. Nadie más que nosotros va a definir el rumbo de este país. Y si no votamos, vamos a dejar que otros definan por nosotros. Tenemos que ser muy cuidadosos para evitar que haya prácticas que no desea este país y en las propuestas que nos hacen los candidatos.

¿Por qué deberíamos seguir confiando en las instituciones, los partidos y la clase política?

—Debemos confiar en nuestras instituciones, lo que tenemos que hacer es garantizar, denunciar y manifestarnos para que las instituciones cumplan con lo que tienen que cumplir. El problema no es tanto de una institución o un partido, a veces son las personas, pero muchas veces son personas a quienes nosotros elegimos.

Necesitamos una actitud de vigilancia constante para que cumplan los compromisos que establecieron. [Ni] mi voto ni el de nadie es en blanco: es de compromiso y si voto por cualquiera de los candidatos, aunque sea uno entre millones, yo estoy confiando en él y tiene que responderme a mí. Me tiene que devolver la confianza que le estoy dando, pero también yo tengo que vigilar.

¿Los mexicanos tienen el gobierno que se merecen?

—No sé si decirlo así, porque pudiera darse la impresión que, de antemano, estoy diciendo que tenemos un gobierno que no funciona o un mal gobierno. No lo pienso así. Más bien, tenemos la responsabilidad de seleccionar a los mejores candidatos y, por lo tanto, al mejor gobierno.

¿Qué le diría a los jóvenes que van a votar por primera vez en esta elección?

—Que tienen que votar, que es su obligación, pero también que reflexionen, revisen las propuestas y seleccionen al que consideren que es el mejor. Ahí es importante que los candidatos usen lenguajes y propuestas que les lleguen a los jóvenes. Ellos quieren posiciones nuevas, frescas, que reflejen lo que buscan: educación, empleo, estabilidad en este país; quieren un buen gobierno, transparencia, justicia. Eso es lo que los jóvenes están buscando y están esperando que cualquiera de los candidatos se los proponga, pero a manera de compromiso, no de discurso.

¿Qué le pediría al próximo Presidente del país?

—Que haga a México más grande, que nos dé estabilidad, seguridad, educación. No estoy hablando de una persona, sino de todo un Estado y un sistema, que nos de salud a los mexicanos.

¿Transparencia, honestidad?

—Eso no se lo tendría que pedir, lo tendría que dar. Es la obligación, hay una serie de elementos que no hay necesidad de pedírselos, que nos los tiene que dar forzosamente. Que sea un gobierno honesto, yo no se lo tengo que pedir, se lo tengo que exigir y me lo tiene que dar sin que se lo exija. Un gobierno que no es honesto, no es gobierno.

El caso del joven Marco Antonio Sánchez, quien no es de esta institución pero tiene la edad de muchos de sus más de 400 mil estudiantes, ¿qué reflexión le generó?

—No solamente la edad de los politécnicos, sino a millones de jóvenes mexicanos que no están sólo en el Politécnico, en la UAM o en la UNAM. Hay que esperar a que se hagan los estudios correspondientes y nos muestren cuáles realmente fueron los hechos. La información en los medios muchas veces es contradictoria, tenemos que esperar a que terminen las investigaciones.

¿Qué recomendaría a los jóvenes?

—Lo que les he dicho a los politécnicos, como en cualquier sociedad con riesgos de asaltantes, de secuestros, con todas las problemáticas que se gestan en las grandes urbes como la nuestra, yo lo que les diría es que hay que andar siempre con mucho cuidado y tomar nuestras precauciones.

Igual, el día que llegue un sismo, hay que tener las precauciones para poder actuar. Estoy hablando de un evento que no controlamos, como tampoco podemos controlar un evento como el que aparentemente le ocurrió al joven. Hemos visto las fotografías en los medios y por supuesto que es lamentable y lo condenamos, lo haya perpetrado quien lo haya perpetrado. Independientemente de eso, son hechos que deben ser condenables, pero que los jóvenes y todos debemos tomar nuestras precauciones, porque estamos en una ciudad con muchísimos habitantes. Yo les recomiendo prever ese tipo de eventos que pueden suceder, si uno sabe que un sitio es riesgoso, no debe uno transitar por ahí, ni propiciar ese tipo de situaciones.

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