Desde hace dos meses, la entrada principal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha sido tomada por un grupo de personas, liderado por un miembro activo de Morena, que exige la renuncia de los hombres y mujeres que integran el máximo tribunal.

Aguardan día y noche. “No nos moveremos”, advierten.

A lo largo de 60 días, litigantes, personajes políticos y sociales, funcionarios y ministros de la Suprema Corte han sido obligados por este grupo, no mayor a 35 personas, a entrar al edificio de Pino Suárez número 2, ubicado en el Centro Histórico de la capital, por la puerta trasera.

Armando Monter es el líder. Es un activista hidalguense, de mediana estatura y barba descuidada, que siempre usa una boina negra con pines de México, el Che Guevara, y de Emiliano Zapata; en sus manifestaciones va con el puño izquierdo en alto.

Monter presume en redes sociales fotografías con el presidente Andrés Manuel López Obrador; con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; con la dirigente nacional de Morena, Yeidckol Polevnsky, y con el presidente del Senado, Martí Batres.

También muestra imágenes de él con la ex senadora Layda Sansores; con el líder de autodefensas José Manuel Mireles; el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, y con el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.

De no obtener una respuesta favorable a sus demandas, dice Monter en entrevista con EL UNIVERSAL, no levantarán el plantón: “Simpatizo con Andrés Manuel aunque también soy militante de Morena, estoy afiliado y concuerdo con los ideales”, subrayó el líder del bloqueo, quien también es administrador de la página de Facebook Mexicanos al grito de guerra en México y USA. Esta cuenta, en su apartado de información, tiene una fotografía en la que se muestran personas con pancartas de Morena.

“Ya no queremos que estos ministros sean puestos por dedazo presidencial. Queremos que los ministros, magistrados, jueces, apliquen como cualquier persona y que se lleve a las urnas, que el pueblo decida. De esta forma, si nos equivocamos, pues ya nos equivocamos todos”.

Los manifestantes demandan la reducción salarial de los ministros, su elección democrática, la publicación de sus declaraciones patrimoniales, que rindan cuentas sobre las sentencias que emiten y sus renuncias.

Exigen el descongelamiento de la ley de remuneraciones y el establecimiento de un órgano colegiado de juristas y académicos para supervisar el proceder de los ministros.

Monter, vocero único de este grupo, refirió que el colectivo ha buscado reunirse con Olga Sánchez Cordero. Cuando se le pregunta si habían tenido algún acercamiento con el Presidente, expone que el mandatario envió a un emisario para preguntar cuáles son sus demandas.

El activista —que dice ser traductor inglés-español y diseñador gráfico— detalla que en el plantón se reúnen 35 personas que botean y recolectan firmas. Quienes se quedan a acampar afuera de la Corte se organizan para bañarse en casas aledañas y baños públicos en la colonia Guerrero “porque salen más baratos”.

Monter difundió un video, el 27 de septiembre de 2018, a través de redes sociales, en el que convocaba a “encadenar” la SCJN el 2 de enero, día en que tomó posesión Arturo Saldívar como presidente del Tribunal.

En un recorrido realizado por el campamento, se constató que Monter se identifica como coordinador federal de las autodefensas de México y activista. Los manifestantes mantienen dos mesas de recolección de firmas en las que también reciben donativos en efectivo y en especie.

Según el activista, la protesta ya cuenta con un millón 600 mil 500 firmas que, explicó, serán entregadas al Poder Legislativo junto con su pliego petitorio. El campamento se encuentra enmarcado por una valla metálica color verde que impide el acceso al supremo tribunal por la puerta principal. La jardinera rectangular que está enfrente de las puertas doradas, acompañada a los lados por dos esbeltas jacarandas de poco púrpura debido al invierno, es aprovechada, también, como barrera.

Dentro del perímetro hay seis tiendas de campaña, dentro hay bultos de cobijas y almohadas. Dos carpas estructurales, una blanca y una negra, están ubicadas del lado derecho del campamento. En el interior de éstas —que no son usadas para pernoctar— hay sillas, una parrilla y un tablón con comida.

Entre las jacarandas está amarrado un mecate del que cuelgan, a modo de tendedero, pancartas en las que se leen mensajes como: “SCJN Prostituta”  y “El pueblo la clausura por corrupción y desacato a leyes”.

Al centro de estos carteles hay una figura colgada (asemeja a una persona ahorcada), con vestimenta de ministro y cabeza de puerco, que tiene cruzada sobre su cuerpo la leyenda: “Ya cayó el primero”.

En las paredes de la sede de la Corte hay cartulinas con mensajes como: “Si pudimos cambiar a todo el Congreso, ¿a poco no podemos quitar a 11 parásitos de la Suprema Corte?”, y otros en los que se insta a los ministros a ejercer en el sector privado ya que el público “no les conviene”.

Y, como foco central del plantón, una bandera de México, caída y sostenida de su esquina superior izquierda, se halla atravesada en las puertas de la Corte. Otro ministro espantapájaros, con un birrete estampado con la palabra “ratas” y billetes falsos engrapados en su oscura vestimenta, adorna la entrada principal de la Suprema Corte, acompañado de un letrero que en rojo y capitales dice: “CLAUSURADO”. Amenazan que no se irán.

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