A las 10:30 de la mañana el Presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó, por segunda ocasión, el acto conmemorativo por el día de la Marcha de la Lealtad que cumple su 107 aniversario. La sede como ya es tradción será el Castillo de Chapultepec. Sin embargo, ¿qué se celebra exactamente y porqué ahí?.

Para el mandatario la efeméride tiene gran reelevancia, pues es bien sabido que profesa una gran admiración a Francisco I. Madero. Incluso ha manifestado, en giras al interior del país y en sus conferencias matutinas, ser maderista ya que comulga con el principio ideológico "sufragio efectivo, no reeleción".

De acuerdo con los archivos históricos de gobernación, se conoce como "Marcha de la Lealtad" al episodio ocurrido el nueve de febrero de 1913, cuando los cadetes del Colegio Militar escoltaron al Presidente Francisco I. Madero por temor a ser atacado por civiles y militares en contra de su gobierno en un golpe de estado que popularmente se conoce como “Decena Trágica”. Esto durante su trayecto rumbo a Palacio Nacional, el cual había sido tomado en medio de un “cuartelazo” iniciado la madrugada del mismo día.

Madero ordenó que los alumnos se prepararan para salir en uniforme de gala. El presidente explicó a los cadetes la situación en que se encontraba la capital y el riesgo de ser atacados.

Aproximadamente 350 alumnos, de entre 16 y 28 años de edad, partieron esa mañana de Chapultepec para acompañar al Presidente como una muestra incontestable de la lealtad del Colegio Militar en defensa de las Instituciones.

El 10 de febrero, por la noche, el Presidente ordenó que los alumnos regresaran a su escuela, ellos siguieron las normas protocolarías continuaron su regreso y realizaron servicios tácticos de seguridad para vigilar el Castillo de Chapultepec, que era la residencia presidencial.

Un fragmento del mensaje que dio Madero a los cadetes se puede encontrar en la página de internet de la Defensa Nacional: “…Jóvenes cadetes: unos cuantos malos mexicanos, militares y civiles se han sublevado esta madrugada contra mi gobierno. En estos momentos la situación ha sido dominada por el pundonoroso General Lauro Villar, Comandante de Guarnición y el Palacio Nacional, está en poder de las tropas leales, ustedes herederos de las puras y nobles tradiciones de lealtad a las instituciones legalmente constituidas, van a escoltarme, en columna de honor, hasta el Palacio Nacional, para demostrar al pueblo capitalino, que hemos triunfado derrotando a los infidentes y desleales…”.

No obstante, días después, el 17 de febrero, Madero y el Vicepresidente José María Pino Suárez fueron hechos prisioneros y mientras permanecieron en Palacio Nacional fueron obligados a presentar sus renuncias ante un Congreso reunido en sesión extraordinaria. Nombraron presidente a Victoriano Huerta.

Cinco días más tarde, Francisco I. Madero sería asesinado por órdenes de Huerta para dar legitimidad a su gobierno.

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