Una vez declarado presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador ofreció que su gobierno respetará la autonomía y la soberanía, y no someterá a otros poderes, por lo que se comprometió a que el Ejecutivo federal dejará de ser “el poder de los poderes” para que todos actúen sin presiones y en el ámbito de sus competencias.

Dijo que será perseverante como presidente y ninguna tentación le quitará la autenticidad o desviará su camino en la búsqueda de la fraternidad. Hará realidad todos los compromisos de campaña y no fallará a los ciudadanos, reiteró.

Tras recibir la constancia de mayoría se prevé que López Obrador acuda hoy a Palacio Nacional por la tarde, para reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto y abordar el tema de la transición.

Ante representantes del Poder Legislativo y Judicial, así como organismos electorales autónomos, López Obrador recibió la constancia que lo acredita como presidente electo para el sexenio 2018-2024 de manos de la presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la magistrada Janine Otálora Malassis, quien dijo que con ello contribuyen “a restablecer la quebrantada esperanza en la soberanía del pueblo”.

La magistrada destacó que pese al “contexto de violencia” que se vivió durante las elecciones y a la complejidad de ambos procesos simultáneos, “los hechos permiten constatar que se desarrolló con apego a la Constitución y a la ley”.

Hizo un reconocimiento al Instituto Nacional Electoral (INE) por organizar los comicios, a los electores por salir a votar “en orden, en paz y en plena libertad”, y a los actores políticos “que supieron con gran madurez aceptar la voluntad ciudadana”.

Con este hecho, el siguiente paso es que López Obrador rinda protesta como presidente Constitucional el próximo 1 de diciembre, ante el Congreso, en la Cámara de Diputados.

El ahora presidente electo dio su primer discurso en la Sala Superior del TEPJF donde enfatizó: “En el nuevo gobierno, el Presidente de la República no tendrá palomas mensajeras ni halcones amenazantes, ninguna autoridad encargada de impartir justicia será objeto de presiones ni de peticiones ilegítimas cuando estén trabajando en el análisis, elaboración o ejecución de sus dictámenes, y habrá absoluto respeto a sus veredictos.

“El Ejecutivo no será más el poder de los poderes ni buscará someter a otros poderes. Cada uno actuará en el ámbito de su competencia y la suma de los trabajos respetuosos e independientes fortalecerá la República y el Estado democrático de derecho transitará del ideal a la realidad”, afirmó el presidente electo.

Prometió que el próximo gobierno actuará con respeto a la soberanía de los otros poderes legalmente constituidos: “Ofrezco a ustedes, señoras y señores magistrados, así como al resto del Poder Judicial, a los legisladores, y a todos los integrantes de las entidades autónomas del Estado, que no habré de entrometerme de manera alguna en las resoluciones que únicamente a ustedes compete”, dijo.

Al pleno de la Sala Superior del tribunal electoral se dieron cita el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luis María Aguilar Morales, así como el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE) Lorenzo Córdova Vianello.

Sin la presencia de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, acompañado por sus hijos Andrés Manuel y Gonzalo, así como miembros de su próximo gabinete como Juan Ramón de la Fuente, quien será embajador de México ante la ONU, López Obrador arrancó su discurso recordando el aniversario del nacimiento de un “gran dirigente social”, Emiliano Zapata, y de su amigo entrañable, el periodista Jaime Avilés.

Adelantó que su administración iniciará con amplias bases de legitimidad y para eso pidió respaldo para los cambios.

Solicitó “asimilar correctamente los sentimientos expresados por el pueblo al emitir el sufragio y ser ejecutores escrupulosos y fieles de ese mandato”.

En 12 minutos indicó que entre las muchas lecciones del pasado 1 de julio, es que los ciudadanos votaron para que exista en México un verdadero Estado de derecho: “El pueblo quiere legalidad, no la simulación que en la aplicación de la ley ha persistido desde el Porfiriato”, expuso.

“Los mexicanos votaron también para que se ponga fin a las imposiciones y los fraudes electorales. Quieren castigo por igual para políticos corruptos que para delincuentes comunes o de cuello blanco. En mi interpretación, la mayoría de los ciudadanos mexicanos están hartos de la prepotencia, el influyentismo, la deshonestidad y la ineficiencia, y desean con toda el alma poner fin a la corrupción y a la impunidad”, expresó.

Consideró que otro de los mandatos de la mayoría de los mexicanos es evitar la violencia y reformular la política de seguridad, que —dijo— hoy se centra casi exclusivamente en el uso de la fuerza, “a fin de construir la reconciliación nacional en el bienestar y en la justicia”. Pidió que nadie esté por encima de la ley.

El TEPJF concluyó ayer que López Obrador ganó con 53.20% de los votos y por primera vez en la historia sin que se anulara una casilla. Tuvo 30 millones 113 mil 483 votos, según concluyó ayer el tribunal, al cerrar la calificación y cómputo final y definitivo de la elección presidencial.

Acudieron los presidentes del PRI, Claudia Ruiz Massieu; del PRD, Manuel Granados, y de NA, Luis Castro, así como los presidentes del Senado, Ernesto Cordero, y de la Cámara de Diputados, Edgar Romo.

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