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En punto de las 18:00 horas la puerta principal de Palacio Nacional se abrió y entró el Jetta blanco, con Andrés Manuel López Obrador a bordo. Lo escoltó la gritería de sus simpatizantes. Caminó hasta el portón de madera y alzó los brazos en todo lo alto.
Una imagen inédita. El presidente electo, sonriente, saludó a sus seguidores, que se concentraron en las inmediaciones del inmueble. Sin ser una multitud, festejaron como nunca ese breve instante, de sólo 10 segundos, que marcó el inicio de la transición de la administración del presidente Enrique Peña Nieto y el nuevo gobierno.
Llegó como presidente electo, distinto al 3 de julio, en su primer encuentro con el Presidente, en el que tenía aún el adjetivo de “virtual” mandatario federal electo.
En la calle de Chihuahua comenzó el movimiento. A las 17:35 horas, López Obrador subió a su Jetta y una nube de simpatizantes y representantes de los medios de comunicación se volcaron a la ventanilla de su auto para verlo salir de sus oficinas.
Unos minutos después de avanzar sobre la calle Chihuahua, poco antes de llegar a Niños Héroes, el tres veces candidato presidencial se dio cuenta de que no llevaba el cinturón de seguridad y se lo acomodó con discreción.
En la colonia Doctores, un par de mecánicos le gritó: “¡Con todo, Obrador!, ¡con todo! ¡La raza con usted!” y él les respondió apretando un puño derecho como boxeador a punto de subir al ring.
El vehículo fue custodiado por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y de Tránsito, que le abrieron paso con sus motocicletas. En 20 de Noviembre, el tabasqueño presenció un hecho casi imposible para cualquier capitalino que va a entrar al Centro Histórico de la Ciudad de México: todos los semáforos en verde.
Sus seguidores aguardaron por dos horas, hasta que a las 20:10 chiflaron pidiendo la presencia del presidente electo. Se encendieron las luces de Palacio Nacional al tiempo que caía la noche, lo que arrancó un grito de asombro, y en medio de la majestuosidad de la Ciudad de los Palacios, se escuchó a coro: “¡Presidente, presidente!”.