En México, uno de cada 10 enfermos de influenza muere. De acuerdo con la Secretaría de Salud (Ssa), durante la temporada invernal 2018-2019 se reportaron 7 mil 210 contagios y 838 fallecimientos por el virus: 93% de los casos se asociaron a la falta de vacunación.

Especialistas consultados afirmaron que la falta de la vacuna no es el único problema que se ha presentado en el país, sino que la sociedad aún cree que la enfermedad es un invento del gobierno o que se trata de un resfriado común, por lo que se retrasa el diagnóstico y la atención oportuna.

El 19 de diciembre de 2013, Marco Cancino llegó a casa y encontró a Pablo, su hermano menor, recostado de lado, casi no podía respirar y estaba morado e hinchado. Con ayuda de su familia lo trasladó a un hospital, donde lo internaron de urgencia. El joven tenía complicaciones por influenza.

“La gente piensa que este padecimiento es un mito, que no le va a pasar, que es un resfriado cualquiera. No entendemos los alcances de la enfermedad hasta que los vemos de cerca. La última vez que vi a Pablo consciente, le dije: ‘Tú puedes, todo va a salir bien’, pero no fue así”, comparte Marco a EL UNIVERSAL.

Como consecuencia de una influenza no atendida, Pablo desarrolló neumonía. Durante 33 días estuvo en coma inducido hasta que su organismo dejó de responder a los tratamientos.

“Es probable que la cantidad de hemorragia haya sido tan grande que le provocó muerte cerebral. Mi hermano se había ido y no fue por un simple resfriado. Casualmente, ese año no se vacunó”, lamenta Marco.

En la última temporada invernal, 75% de las personas que murieron por el virus tenían al menos dos padecimientos al mismo tiempo, como diabeteshipertensión arterial y obesidad.

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El hermano de Marco Cancino murió por el virus, por eso llama a la gente a vacunarse para evitar contagios. Foto: JUAN BOITES. EL UNIVERSAL

Confusión inoportuna

José Arturo Martínez Orozco, coordinador de Infectología y Microbiología Clínica del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), señala que los mexicanos suelen confundir un resfriado común con influenza, hecho que retrasa la atención médica. A eso se suma la falta de interés por vacunarse, ya sea por los mitos alrededor de la dosis o porque la gente no considera que se trate de una enfermedad grave.

“Uno de los problemas más comunes en el país es que se confunde a la influenza con un resfriado común y corriente, aunque son enfermedades respiratorias, las provocan virus distintos: en la influenza, los síntomas son más fuertes, pero la gente no asocia una gripe con la muerte.

“Otra problemática es que al no creer en el grado de mortalidad, la gente no se vacuna y a esto se adhieren creencias de que la dosis provoca la enfermedad”, explica.

A 10 años de la pandemia de 2009, detalla, aún hay pacientes del INER que cuestionan si la influenza realmente existe, situación que “nos estresa mucho como médicos. Todavía se tiene la creencia de que es un invento del gobierno”.

David Alejandro Cabrera Gaytán, director del área de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedades Respiratorias del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), indica que la influenza es una infección respiratoria viral que si no es atendida, puede provocar la muerte. Los síntomas de esta afección que contrastan a los de un simple resfriado son la fiebre superior a los 38 grados, dolor de cabeza intenso y tos.

Menciona que un resfriado común es provocado por rinovirus, enterovirus y otros cinco patógenos que causan flujo nasal, malestar general, cuerpo cortado y dolor de cabeza, pero entre cinco y siete días, éstos desaparecen; sin embargo, los virus de la influenza, sean tipo A o B, son más agresivos y si no se atienden pueden progresar hasta una neumonía, hospitalización, terapia intensiva y la muerte.

Resistencia a inyección

La Dirección General de Epidemiología detalla en su informe semanal, que en lo que va de esta temporada invernal se han registrado 268 contagios de influenza y siete muertes, en su mayoría por la cepa AH1N1, asociadas a una ausencia de vacunación en 86% de los casos.

Ante este panorama, Felipe Aguilar Ituarte, pediatra e infectólogo de la compañía Sanofi Pasteur en México, llama a la población a aplicarse la vacuna contra el virus, porque, afirma, es la mejor medida de prevención contra complicaciones que incluyen la hospitalización y muerte.

“No es posible que después de 2009 exista esta resistencia a creer en la existencia de la influenza, o en que la vacuna no sirve de nada y que, por el contrario, nos enfermará”, señala.

Marco Cancino recordó que en su familia creen en los beneficios de la vacuna y que, por mala suerte y debido a un viaje que Pablo realizó, el joven no se aplicó la dosis aquel 2013, lo que provocó su muerte. Por ello insiste en la necesidad de acudir a un centro de salud y solicitar la aplicación de la inmunización.

“Es increíble que las personas transmitan conceptos erróneos sobre la vacuna, no hemos entendido los alcances de este virus. Mi hermano no se vacunó, porque salió de viaje y a su regreso ya estaba contagiado, pero también hubo un mal diagnóstico y eso abonó a las complicaciones.

“Él hubiera no existe para mi familia, por eso le pido a toda la sociedad que se aleje de los mitos y de los miedos, y que lo hagan cada año”, precisa.

El experto Aguilar Ituarte indica que el virus de la influenza es altamente cambiante, por lo que la vacuna se actualiza cada año y la población debe aplicarla cada temporada para ser inmunes.

“Otro mito alrededor de la vacuna es que se cree que si en 2018 me la puse, para 2019 ya no es necesario, esto no es verdad, porque la inmunidad no es de por vida. El virus se adapta a diferentes entornos y eso lo hace fuerte. Por esa razón, cada año se eligen las cepas predominantes y se produce una vacuna enfocada a prevenir su contagio.

“Los mexicanos le tienen miedo a la vacuna porque piensan que se van a enfermar, pero no es así. En todo caso, si adquieren el virus después de vacunarse, es porque éste ya estaba en su organismo, pero aun así habrá menos probabilidades de desarrollar complicaciones”, remarca.

José Arturo Martínez Orozco, encargado del diagnóstico de influenza en el INER, destaca que este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la alerta de que en un futuro la influenza sería la siguiente gran pandemia que cause millones de muertes.

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Inmunización, sólo a grupos de riesgo

El pasado 16 de octubre, en Palacio Nacional, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, anunció el inicio de la Campaña Nacional de Vacunación Antiinfluenza y enfatizó en que ésta se enfocará en niños de seis meses a menores de cinco años, personas de 60 o más años, pacientes que viven con virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), síndrome de inmunodeficiencia adquirida (Sida), diabetessobrepesoobesidad cáncer, así como mujeres embarazadas.

Al detallar que se aplicarán 32 millones 400 mil dosis, el funcionario llamó a las personas que no se encuentren en alguno de estos grupos de población a no aplicarse la vacuna. Por este motivo, a diferencia de otros años, este invierno no se aplicarán vacunas en estaciones del Metro y Metrobús.

Miriam Veras Godoy, directora general del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia (Censia), comenta que la adquisición de las vacunas tuvo una inversión de mil 800 millones de pesos y su aplicación es gratuita. A la fecha, ya se entregó el biológico a todas las entidades federativas.

También el IMSS comenzó la campaña de vacunación el pasado 14 de octubre, la cual concluirá el 31 de marzo de 2020. El organismo a cargo de Zoé Robledo aplicará 10 millones 802 mil 118 dosis que contienen las cepas de influenza estacional H1N1, AH3 y tipo B, tanto en Unidades de Medicina Familiar (UMF) como en hospitales de segundo nivel de atención.

Para atender los casos de influenza, el sector Salud informó que cuenta con una reserva estratégica de oseltamivir, tratamiento antiviral indicado para estos contagios.

Además, las autoridades sanitarias pidieron tomar medidas de prevención, como lavar constantemente las manos, cubrir el rostro con el ángulo del codo al toser o estornudar, incrementar el consumo de frutas y verduras, abrigarse ante cambios de temperatura, ingerir bebidas abundantes y evitar la automedicación.

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