Médicos Sin Fronteras (MSF), una organización internacional con presencia en seis estados de la República, brindó consultas psicológicas en México a tres mil 695 migrantes entre enero de 2018 y septiembre de 2019, e identificó que siete de cada diez presentaban daños a su salud mental por la violencia a la que se enfrentan en la ruta migratoria.
Según el informe “Sin Salida”, presentado esta mañana por MSF, el 72.8 por ciento de los migrantes presentaron daños a su salud mental luego de ser víctimas de amenazas, reclutamiento forzado (por parte de bandas delictivas), tráfico de personas, discriminación, el asesinato o desaparición de un familiar, o presenciaron acto de violencia.
Mientras que otro 24.7 por ciento padeció estos problemas al enfrentar agresiones, violencia sexual y tortura.
Aunque la organización internacional dijo que no pretende asegurar que todos los migrantes atraviesan esta situación, sí expresó que las cifras “permiten visualizar una fotografía veraz de la realidad a la que se enfrentan cientos de miles de personas cada año”.
De todas las personas que presentaban daños a su salud mental, 42 por ciento tenían síntomas de ansiedad; 35 por ciento de depresión; 10 por ciento postraumáticos, y el resto presentó otras sintomatologías.
“Los golpes, las heridas producidas con diferentes tipos de armas, el secuestro y la violencia sexual tienen un considerable impacto tanto en la salud física como mental de las personas afectadas, que no está siendo abordado en toda su dimensión por las autoridades e instituciones de salud en México. Las secuelas en caso de violencia extrema pueden tratarse, aunque en ocasiones no lleguen a cicatrizar”, señaló el estudio de la ONG.
En el documento de MSF también se lee que los migrantes enfrentan otras complicaciones en su salud al tratar de llegar a Estados Unidos, por ejemplo, infecciones respiratorias, afecciones cutáneas y problemas osteomusculares agudos.
De igual forma se sabe que menos del 40 por ciento de los pacientes de MSF, y que principalmente provenían de Honduras, Guatemala y El Salvador, fueron atendidos por el sector salud de nuestro país.
“La población solicitante de asilo y migrante centroamericana se encuentra sin salida, atrapada por una combinación de barreras que suponen un riesgo para la salud tanto física como mental. Los gobiernos regionales han fracasado a la hora de asegurar un marco legal efectivo y aplicar políticas que garanticen la asistencia y protección de estas personas”, mencionó el informe.
Enfrenta violencia más del 50% de migrantes
Para realizar su estudio, MSF también encuestó a 480 migrantes e identificó que el 57.3 por ciento de los extranjeros estuvieron expuestos a algún tipo de violencia a lo largo de la ruta migratoria.
Durante su paso por México, el 39.2 por ciento de los migrantes sufrió un incidente de asalto con violencia y el 27.3 por ciento amenazas o extorsión. Sobre estos datos, MSF informó “se sabe que los números son mucho más altos que los oficiales, ya que muchas víctimas no denuncian por miedo a represalias o dada la existente corrupción y desconfianza en el sistema”.
Aseguró que en el norte de México el secuestro por dinero ha ido al alza en los últimos años, además de que el delito es acompañado por violencia física y sexual: “La modalidad de ‘secuestro exprés’ es utilizada contra aquellos que viajan con dinero en efectivo o tienen contactos en Estados Unidos.
Las víctimas se ven forzadas a entregar lo que llevan encima o transferir sumas de a veces unos 2 mil o 3 mil dólares estadounidenses en un corto período de tiempo”.
Asimismo, la ONG detalló otros usos que las bandas delictivas le dan a los migrantes: “Algunos de nuestros pacientes reportaron haber sido secuestrados durante un largo período para trabajos forzados, explotación sexual o reclutamiento por bandas criminales, esto último utilizando a personas de la misma nacionalidad que las víctimas, para así favorecer la identificación y extorsión”.