Han tocado en escenarios como el Teatro de la República y representado a Querétaro en Alemania, Austria, Suiza, Estados Unidos, Grecia y Argentina, pero la tarde del pasado sábado, Osvaldo Ramírez y Javier Adalid Schmid salieron a las calles del Centro Histórico para compartir la bella música del salterio y así invitar al concierto que tendrán el próximo 14 de julio en el Museo Regional, evento que servirá para costear su gira por Alemania el próximo año.
Así estuvieron en la calle por unos minutos, sorprendiendo con su juventud y el gran dominio que tienen de este antiquísimo instrumento, hasta que un grupo de inspectores municipales les pidió retirarse porque no tenían permiso.
“No estamos pidiendo dinero, no estamos vendiendo nada. ¿Dígame por qué me tengo que retirar?”, le cuestionó Javier, músico de apenas 21 años, a uno de los inspectores. Fueron varios minutos en el que más de cinco personas interceptaron a los jóvenes salteristas, explicando que el permiso en sí es un consentimiento verbal. Y cuando la gente empezó a decirle a los inspectores que dejarán tocar a los jóvenes, uno de ellos les dijo: “¿Ya ves?, ¡sólo están alborotando a la gente!”.
“Nosotros apelamos a que el arte tenga que ser libre, si estuviéramos haciendo alguna actividad comercial o lucrativa, voy de acuerdo, como hacen con las personas que no tienen licencia, pero únicamente el sacar un instrumento musical, como pasa en Europa o en Estados Unidos donde la gente sale a la calle a tocar su guitarra en la vía pública y se pone a cantar, aquí en Querétaro necesitamos pedir un permiso, que no es un permiso sino un consentimiento, que lo da el director de inspección”, explicó Javier a EL UNIVERSAL Querétaro.
El permiso o consentimiento, comentó Osvaldo, lo han tratado de solicitar desde hace más de un año, pero los han mandado de dependencia en dependencia sin tener una respuesta favorable.
“Lamentablemente es la situación de la cultura en Querétaro por eso queremos invitar a la gente a que se sume al proyecto, que vaya a las actividades culturales, que no nada más vea a Café Tacvba o a Paquita la del Barrio cuando la traen aquí, hay buenos músicos, buenos artistas, jóvenes haciendo arte y proyectos sin fines de lucro, que tratamos de promover y por más que uno quiera se van a poner obstáculos pero nosotros no nos desanimamos, al contrario, continuamos trabajando”, agregó Javier Adalid Schmid, quien comenzó a estudiar música desde los siete años.
Invitan al próximo concierto.
Música de Bach, Telemann, Haendel y Vivaldi se escuchará en el concierto con salterio y clavecín Los Portentos del Barroco, el 14 de julio a las 12:00 horas en el Museo Regional de Querétaro. Osvaldo y Javier compartirán escenario con su maestro Héctor Larios, quien junto con Alejandra Barrientos han impulsado a través de conciertos y festivales la música de salterio a nivel nacional.
“Este concierto lo decidimos hacer porque son dos salterios y un clavecín, y nunca habíamos hecho algo así, con este grado, porque son obras que no son sencillas, es todo un reto y queremos dar muestra de que ser jóvenes no es sinónimo de hacer las cosas mal, sino que hay muy buena calidad, será un gran concierto”, dijo Osvaldo, quien tiene 20 años de edad y desde hace siete años se enamoró de la música del salterio.
Actualmente, Osvaldo estudia música en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), y está interesado en la música como herramienta de cambio social.
“Para mí la música lo es todo y quiero servir al público mexicano a través del salterio; yo creo que si todos los mexicanos pudieran tener el acceso a la cultura a través de la música, lo podríamos usar como una herramienta para desarrollar muchas habilidades y un conocimiento muy diferente”, agregó.
A los siete años de edad, Javier Adalid Schmid comenzó a estudiar salterio, y fue el gran ganador del Primer Concurso Nacional de Salterio, que tuvo como sede el emblemático Teatro del República.
También estudia ingeniería en software sin dejar de lado la música. “Creo esas dos áreas me gustaron, la tecnología y la música, y finalmente decidí irme por el lado tecnológico, pero siempre combinando todas estas oportunidades que me brinda la música en esa área. A mis 21 años puedo decir que conozco mucho, todo por la música, y me ayudado tanto en mi vida personal como en otros aspectos, en cualquier actividad me ha abierto las puertas”, detalló Schmid.
Osvaldo y Javier forman parte de la Orquesta Infanto- Juvenil de Salterios Makochi Dulcemelos. Makochi es una palabra en náhuatl que significa “mis niños”. Los jóvenes han recorrido gran parte de México y han participado en festivales como el Hackbrett-Tag en Austria, Festival Internacional de Orquestas Infanto Juveniles en Iguazú, Argentina; y el Congreso Mundial de Educación Musical en Tesalónica, Grecia.
Su decisión de salir a la calle a promover su próximo concierto, comentó Javier, es para tener un contacto directo con la gente, que en la mayoría de los casos desconoce la existencia del salterio, instrumento que es considerado el abuelo del piano.
“No lo habíamos hecho pero decidimos emprenderlo porque la música, como es un arte, tiene que ser social y la cultura es para todos, (…) queríamos aprovechar y venir al centro para dar a conocer la música que se puede hacer con el instrumento y el próximo concierto que vamos a tener, la idea fue de Osvaldo y un servidor, que hemos tratado de acercarnos a la gente para promocionar el salterio, nuestra música y también nuestro trabajo”.
El concierto del 14 de julio es una de varias actividades que tienen programadas para recaudar fondos para su próxima gira al extranjero. También trabajan, juntos con sus maestros, en un disco y un catálogo sobre la importancia de la educación musical a través del salterio.