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La segunda caravana migrante partió este domingo de Sayula, Veracruz, rumbo al estadio Cuauhtémoc en Puebla, a 400 kilómetros de distancia, para ello, abordaron las cajas de tráileres vacíos que les ofrecieron “un aventón”.
Elementos de la Policía Federal resguardaron a los migrantes e incluso se encargaron de invitar a los conductores de los camiones de carga de ofrecer el viaje, tomaron fotos de las placas y estarán pendientes de cualquier incidente en el camino.
Además, el contingente está resguardado por representantes de Derechos Humanos, ambulancias y Protección Civil.
Tal como sus antecesores en el contingente viajan niños, mujeres hombres y ancianos apenas con una mochila en la que transportan sus pertenencias.
El hondureño Wilmer, de 28 años de edad, reconoce tener temor por el traslado, sabe que el trayecto puede durar hasta siete horas en un camión de carga en el que incluso podría faltar el oxígeno pese a viajar con una de las puertas abiertas.
En tanto la señora, Wilma, de 18 años de edad, que viaja en compañía de su esposo y su hijo se siente tranquila y feliz, afirma que en las rastras, es decir, las cajas de los camiones el traslado será más rápido y podrán llegar en menos días hasta su destino en Estados Unidos.
Con el traslado hasta Puebla, los migrantes cumplirán lo acordado la víspera en una asamblea de sólo llegar a ciudades grandes, a fin de facilitar la organización y evitar la dispersión.
Según el director de la organización Pueblo Sin Fronteras que ha acompañado la caravana desde su ingreso al país, por ahora la frontera con Estados Unidos permanece bloqueada y reforzada, y buscará ayuda de otros países como Canadá y España para ofrecer trabajo a los migrantes.
Además, negó que en el trayecto de la caravana hayan existido secuestro de migrantes, ya que de ser así habría familiares reclamando, pero hasta ahora no tiene reporte alguno y dijo que se puede tratar de rumores que pretenden desanimar a los centroamericanos.
Irineo espera que ya no ingresen más caravanas al país al considerar que el éxodo pone en un situación “muy oficial a México”.
En tanto, la tercer caravana migrante llegó esta madrugada al municipio de Rodríguez Clara, Veracruz; el contingente de casi dos mil personas es dirigido por el sacerdote y activista Alejandro Solalinde, quien buscará autobuses para que los migrantes sean trasladados “en un sólo viaje” para evitar lesiones y dispersión del grueso de la caravana.