Tlalpujahua, Michoacán

De la necesidad de un migrante michoacano por sacar adelante a su familia a mediados del siglo pasado surgió el oficio de crear esferas navideñas artesanales. La actividad le da de comer a más de 2 mil familias en el Pueblo Mágico de Tlalpujahua, Michoacán.

A ocho años de que las ventas cayeron y tuvieron que bajar su elaboración, los productores de este artículo navideño se preparan para volver a exportar y competir en el mercado de Estados Unidos.

José Luis Muñoz Ruiz explica a EL UNIVERSAL que su papá Joaquín Muñoz fue el que trajo a México la primera técnica para elaborar la esfera artesanal y desde ahí su familia ha preservado la tradición.

Los nueve hermanos Muñoz Ruiz conservaron Adornos Navideños, empresa fundada en 1960 por su padre, y posteriormente crearon La Casa de Santa Claus, El Taller de Santa y más recientemente La Villa Navideña.
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En Tlalpujahua, cerca de 2 mil familias se sostienen del arte de elaborar esferas; se ocupan del soplado, la decoración y la comercialización. (Fotos: CHARBELL LUCIO)

Recordó que su papá empezó a tener el control del mercado de adornos de Navidad  durante muchos años y empezó a ser uno de los principales proveedores de este negocio en México.

“En los años 60 pasamos de una producción pequeña de mil, 2 mil, 3 mil  esferas el primer año y ya para 1970 estábamos rondando un millón, que se vendían en la Ciudad de México”, refiere José Luis.

El encargado de la empresa relata que a partir de 1976 se logró posicionar el negocio en la feria de las esferas de Navidad en Estados Unidos y comenzó un camino ascendente hasta llegar a su clímax en 2000, cuando se produjeron  más de 100 millones para el mercado de la Unión Americana y de México.

En ese año, asegura José Luis, Adornos Navideños controlaba 20% o 30% de esferas de Navidad a nivel mundial o que se vendían en EU, que era el principal consumidor.

“Las cadenas comerciales Walmart, K-mart, Sears y Woolworth, todas tenían esferas de Adornos Navideños”, recuerda.

Aunque, después de 2000 las condiciones económicas en el mundo cambiaron y provocaron que en México se perdieran dos o tres líneas de producción, entre ellas las esferas, lo que les obligó a los hermanos Muñoz Ruiz a cerrar Adornos Navideños y bajar su producción.

Ante la situación, la familia no claudicó y se enfocó en innovar, en ser más selectivos en el mercado y direccionar sus productos a Tlalpujahua y en la zona centro de México con diseños artesanales más detallados.

José Luis refiere que actualmente su producción por año es de 4 millones esferas, pero estas piezas son creadas bajo un concepto diferente dando preferencia al arte, la calidad y también al color.

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La empresa michoacana produce actualmente 4 millones de esferas. (Fotos: CHARBELL LUCIO)

A ocho años de dejar de exportar, los hijos de Joaquín Muñoz esperan regresar a competir en el mercado consumidor de adornos navideños más grande del mundo: el de Estados Unidos.

“Vamos a encontrar un nicho  muy importante de mercado porque somos capaces de diseñar cosas muy bonitas, con colores muy intensos que pueden transmitir el carácter y el sentimiento de una familia mexicana, de aquí de Tlalpujahua”, afirma con orgullo.

José Luis presume que los diseños únicos y la calidad de la esfera artesanal adornaron en 2016 los árboles de Navidad de El Vaticano y la Capilla Sixtina y años atrás decoraron lugares como la Casa Blanca, la otrora Residencia Oficial de Los Pinos y la Cámara de Senadores.

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