La senadora Jesusa Rodríguez (Morena) afirma que el país se encuentra en el momento más difícil del cambio, que es de régimen, no de sexenio, y esta transformación no se lleva a cabo en unos meses, después de 80 años, en que los últimos 30 han sido de descomposición y autoritarismo brutal del PRI y PAN.

Directora de teatro, activista en los días del desafuero y en las tres campañas presidenciales de Andrés Manuel López Obrador, suplente de la senadora con licencia Olga Sánchez Cordero, en las últimas semanas Jesusa Rodríguez ha atrapado la atención social con algunos videos cortos que ya son de dominio público por los temas que aborda como el de los tacos de carnitas, la marihuana y el clitoris, los derechos de los animales.

En entrevista en el Senado, en el espacio de Pasos Perdidos, contiguo al salón de sesiones que se encuentra en debates, la legisladora de Morena dice que PRI y PAN no han "internalizado su derrota y el mensaje que la población les ha mandado", y les falta ser oposición constructiva.

Comenta que al Senado "le falta alegría, porque sí hay pasión, pero es pasión trágica, cuando puede ser una pasión alegre".  Muy pocos senadores tienen sentido del humor, y "ayuda más que el puro coraje, enojo y violencia".

Comenta que en 2005, Elena Poniatovska la llevó con Andrés Manuel López Obrador y la escritora le hizo ver que apoyar al entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal era "para siempre".  

Recuerda las fiestas de su familia a las que iban Agustín Lara y otros artistas; su infancia en la familia de ocho hijos, en la cual, "yo soy la octava maravilla del mundo"; sus juegos infantiles y su timidez; tiene la impronta de su madre como una mujer muy divertida, "y llevo su nombre y por eso soy tan feliz", y habla de su padre, un eminente cirujano de tórax, y que ella tiene padecimientos respiratorios. "En casa del herrero... ¿verdad?"

¿Usted no es una política convencional, no es una política ordinaria, formula planteamientos distintos?

- La política es un arte, también lo es la ciencia, pero los que nos hemos dedicado a eso que llamamos el arte tenemos la obligación de expandir el límite de las normas sociales y morales, y por su puesto los límites del conocimiento que no avanza, digamos por cuestiones de conservadurismo o de colonización mental.
Margarite Yourcenar decía que ese es el objetivo y misión del arte, expandir los límites de la conciencia humana. Es algo inherente al trabajo que yo he hecho toda mi vida.

¿Toda su vida?

- Desde que soy niña me han dicho que soy transgresora, pero nunca ha sido mi intención. Es más una cuestión de hablar con franqueza y que choca con una sociedad construida con mucha simulación. Ha hecho mucho daño a este país la hipocresía. 
La crítica me gusta, porque me señala lo que yo no veo de mí misma, y tal vez en tiendo que por eso mi forma de ser es un poco chocante.

¿Su mensaje tiende a demoler la naturaleza mental, la estructura dominante?

- No siempre. Yo sólo estoy en contra de lo que creo que está mal. Me pasé 40 años haciendo farsa mexicana para criticar a los políticos, porque lo estaban haciendo mal. Si lo estuvieran haciendo bien, yo me dedico a leer a Sor Juana o a Shakespeare.
Desde que nací vengo avergonzándome de los presidentes de México, desde Díaz Ordaz en adelante. Ahora estoy del otro lado. Y si no lo hago buen que la nación me lo demande.

¿Por ejemplo?

- La ley de la Cannabis, o la hacemos bien o esta sociedad nos lo va a demandar a fondo. Tenemos que lograr que la Cannabis sea un negocio que le ayude a México, que el dinero que se gane de ese gran negocio redunde en beneficio de los más necesitados.
Me toca a mí incidir en las leyes ¿Cómo quiero incidir?  Ponerle arte, creatividad y poesía, porque se nos olvida que las leyes tienen mucho de poesía.

¿Dónde está la poesía en las leyes?

- En la belleza de la ley. La poesía tiene como esencia lo bello. Esto lo aprendí de Edgar Allan Poe, ¿Qué tiene una ley? El gran escultor belga Jacques Moeschal, que fue el gran ideólogo de la Ruta de la Amistad, me enseño todos sus planos resultado de muchos cálculos y pruebas, y me dijo: "Si no es bello, no sirve".

Lo mismo diría yo de las leyes, si no es bella, con todo lo que implica la belleza, se cae. Si no tiene poesía, no sirve".

¿Ordinariamente lo que se dice es: Consenso, pero en esta casa se esfuma?

- Tenemos un reto difícil, porque a fin de cuentas los partidos políticos de oposición son los que construyeron el desastre, son los que fueron cómplices.  Entonces, la propuesta de consenso va unida a la propuesta que hace le presidente Andrés Manuel, de armonía y de comunidad, de hacer comunidad, de hacer colectividad para poder rescatar al país.
Aunque vivan en México, los que construyeron el desastre, con más razón ellos tienen que entender que ahora hay que sumarse, que tenemos que ser todos juntos los que resolvamos este problema. Por ejemplo: yo me siento parte de la corrupción, porque la permití, si no pude hacer nada para detenerla, por lo tanto soy parte. Quienes fueron cómplices, colaboradores, colaboracionistas, yo los llamaría a todos rescatar México.

¿El Senado como espacio de consensos?

--El Senado tiene que formular acuerdos y consenso, porque estamos ante un momento de enorme desesperación, de que las cosas no cambian en tres meses, ni en seis, y menos viniendo de 80 años de degradación, con 30 años de verdadera descomposición. Comencemos una nueva etapa positiva.

Este es el momento más difícil porque estamos haciendo un cambio de régimen, no de sexenio que era la simulación del cambio. Ahora sí lo hay. Un cambio es una crisis. No va a ser fácil, pero si tenemos que ser todos.

¿A Morena le falta capacidad para la transición en el Senado? ¿Con su mayoría simple no avasalla?

- No creo. Justamente es una mentalidad distinta. El PRI era una aplanadora, con un juego de autoritarismo brutal. El PAN, lo mismo siempre se comportaron avasallando, era su principio. Y ahora todavía mantienen esa actitud, no han internalizado su derrota y el mensaje que la población les ha mandado. 
Digo yo, ¿por qué no construir una oposición complementaria? Es lo que el país necesita, no necesita que nosotros los avasallemos o que nos estemos peleando unos con otros. Eso nos lo dijeron nuestros abuelos, la dualidad, los opuestos complementarios. Sí, que opinen diferente, venga, la diversidad es lo que más queremos. Pero que sea constructiva, no destructiva. Ya se le tiene que quitar de la mente a la oposición la idea de que puede destruir, ya tenemos que construir entre todos.

¿Es problema de ambos?

-Una oposición complementaria es problema tanto de la minoría como de la mayoría, pero la oposición trae inercias muy nefastas de cómo trabajaron toda su vida y ya estaría bueno que piensen en que se pueden hacer las cosas de una manera nueva y diferente.

¿El Senado es un circo de varias pistas? 

- Es una forma chistosa de decirlo. Cuando pensamos en el circo, pensamos en la diversión superficial o en un entretenimiento sin sustento y sin contenido. Llamarle circo va en ese sentido, pero como a mí me gusta el humor y que no hay que ser solemnes, sí me parece interesante pensar en un circo de tres o cinco pistas y que tenga lo que le falta al Senado del circo: gran diversión. 
Esto tendría que ser un enorme placer, estamos trabajando para mejorar las condiciones de nuestro pueblo y tendría que hacerse con alegría. Yo creo que lo que le falta al ejercicio parlamentario es alegría porque sí hay pasión pero es una pasión trágica, cuando puede ser una pasión alegre.

¿El circo decanta en carpa?

- Estaría buena. Desde mi punto de vista cuando se le pone humor al Senado, también se le pone belleza. Cuando se le quita esa gravedad, también se le otorga ligereza a las leyes. No digo yo que se convierta en un stand up comedy, que es como de los gringos, ni tampoco en la carpa mexicana, que es un teatro muy respetable. 
La carpa mexicana es la gran aportación de México al mundo al nivel de género teatral y es realmente uno de los géneros que más reflejan el espíritu humorístico de México. El humor de nuestro país dio por resultado la carpa, es un teatro extraordinario, a mí me parece algo fabuloso y nace de nuestros arquetipos populares. 
Pero esto no es una carpa, ni un stand up, ni un circo, esto es el lugar en donde se formulan los mejores intentos de convivencia social.

¿Con sentido del humor de otra forma sería la fiesta en el Senado?

- Para mí que sería de otra manera. Cuando hay algunos senadores aquí que tienen sentido del humor, muy pocos, yo lo festejo mucho,  porque todo aquel ambiente ríspido, agresivo, muy machista se rompe y comienzan a jugar otros elementos que le van a ayudar mucho más a nuestro pueblo que el puro coraje, el enojo y la violencia. El sentido del humor me parece que es parte de la vida, y quizás el ingrediente más importante.

¿Cómo ve la comunicación cotidiana del presidente Andrés Manuel López Obrador, que confronta a veces?

- Me encanta. Por primera vez tenemos un Presidente frente a su pueblo. Los presidentes anteriores se escondían, nunca los veíamos. Salían acartonados un día a la televisión, cuando ya había una crisis tremenda, a medio tratar de alivianar la cosa. 
No sabíamos qué pensaban, no sabíamos quiénes eran, no sabíamos cómo opinaban y yo creo que en este caso tenemos a un Presidente que no tiene nada qué ocultar por eso sale todos los días y es una oportunidad fabulosa de poder saber quién está gobernando.

¿En la relación Ejecutivo-Legislativo?

- Es muy respetuoso. Antes no era así, aquí llegaban cheques, sobres, ya nos han contado, por cada reforma constitucional, 500 mil pesos al senador. Eso ya no es, ya no existe, ya no hay de que el presidente dice: esto se hace y aquí todos obedecen, sobre de por medio. 
Ahora hay un respeto. Yo puedo decir lo que pienso sin menor problema, impulsar las iniciativas que impulso sin que el Presidente me diga sí o no. Eso me parece democracia, es un avance importante para el país.

Desde muy niña el teatro, lo mío

¿Nos ofrece algunas pinceladas autobiográficas?

- Yo no tengo recuerdos intrauterinos, ni de los primeros años. Me acuerdo de mi casa en Coyoacán, la casa de mis abuelos donde vivíamos. Nosotros somos ocho hermanos y hermanas. Yo soy la Octava Maravilla del Mundo.

Recuerdo mis hermanos mayores como una marabunta que llegaba a comer de la escuela. Como somos una gran familia hay que ponerse las pilas porque si no no comes.  
Me tocaba (de comer) por ser la más pequeña y, por suerte, siempre he tenido poco apetito.  No soy una persona que se pone de mal humor cuando no come. Tengo mucha resistencia para ello. Puedo pasar días sin comer y no me preocupa. Desde niña era así.

Mi mamá que era una mujer muy divertida y que llevo su nombre, por eso soy tan feliz. Ella era doña Jesusa, y yo me llamo Jesusa. Ella batallaba conmigo para darme de comer. Hasta la fecha soy una persona que no requiere con avidez de la comida.

Viví una infancia particular de una familia de tantos hermanos y hermanas. Aprendí mucho de mis hermanas y mis hermanos. Fui viendo como hacían sus carreras, son siete carreras diferentes.

Yo me decidí por el teatro. Desde muy niña yo hacía teatro. Era lo mío, porque soy muy tímida y las tímidas siento que tenemos, necesitamos de herramientas para vérnoslas con el mundo y desde muy temprana edad para mí fue el teatro.

Lo hacía para mis primos, con mis primos, mis tíos, mis papás. Poníamos un boleto de 50 centavos y donde se pudiera, en la cama, en el patio, donde fuera había que hacer teatro.

Recuerdo que desde muy niña yo era directora de teatro. Me gustaba organizar todo. No solo teatro. Una vez organicé unas olimpiadas y como las organizaba, quien organiza tiene que hacer todo.

Me tocó hacer desde las medallas con corcholatas, pintarlas de dorado, plateado, de cobre. Hacer todo. Hasta hacer los deportes que íbamos a  jugar. Levantamiento de Pesas. Había que poner un palo con llantas y ponerle ladrillos.

Con lo que hubiera organizamos unas olimpiadas y fue divertidísimo. Ese es el tipo de infancia que recuerdo, con muchos juegos y también con todas las complicaciones de una gran familia.

Todo mundo habla de la familia como; "Ay, qué bonita", pero no para mí. La familia es una estructura compleja, con muchas dificultades.

Esto era muy genial, mi mamá organizó un periódico mural. Éramos tantos que siempre estaba preocupada por que a alguien le pasara algo y decía déjenme aquí dicho dónde fueron, qué van a hacer, dónde están, a qué hora regresan.

Aquello se volvió una tradición en mi familia, el periódico mural que hasta la fecha lo conserva uno de mis hermanos y nos hace participar.

Era una familia de clase media normal. Mi padre un gran cirujano del tórax, pionero de la cirugía del tórax en México, y mi mamá, pues según Agustín Lara, una de sus tres mejores amigas.

Mi mamá era muy bohemia, le gustaba, tocaba muy bien el piano, se sabía todas las canciones de Agustín Lara, pero aparte compuso las contra canciones de Agustín Lara que son divertidísimas. Si Agustín hacía Cabellera Negra y Cabellera Blanca, mi mamá hacia El Bisoñé; que si Agustín hacía Tus Pupilas y Tus Pestañas, mi mamá hacia Las Cejas. Y así.  Y Agustín era muy su amigo.

Las fiestas en mi casa eran fantásticas, porque venían a cantar las Hermanas Águila, yo creo que el mejor dueto que ha dado este continente.

Venía a tocar la guitarra Claudio Estrada, venía a estrenar canciones Elena Valdelamar a mi casa, y el propio Agustín Lara venía a las fiestas. Mi papá era su médico. Eran unas fiestas increíbles.

Recuerdo así mi infancia, pero sobre todo siempre fui más retraída más tímida.  Me subía en un árbol muy bello que era una higuera y ahí resolvía yo mi timidez.

Con Andrés Manuel para siempre

¿Usted ha participado con el Presidente de la República en tres campañas y fue maestra de ceremonias de los eventos?

- Mi primera etapa en el teatro fue la infancia, la segunda fue mi juventud y madurez trabajando ya 43 años en el teatro, he dirigido ópera, he hecho teatro, he actuado, he escrito muchos espectáculos para farsa política. Es mi profesión haber dedicado 43 años un poco más al ejercicio de este arte integral.

En 2005, cuando el desafuero, Elena Poniatowska me dijo: "Hay que apoyar a Andrés Manuel, porque esta es una gran injusticia". Para entonces yo tenía muchos años trabajando el teatro político y sabía que era el momento de la desobediencia civil pacífica, que entonces no se conocía en México. El deber de la desobediencia civil.

Justamente había trabajado esos últimos años textos sobre Mandela, sobre Luther King, sobre Gandhi y, por supuesto, La Desobediencia Civil, de Henry David Thoreau, que me parece un texto fundamental y que de hecho fue libro de cabecera de Gandhi.

Venía con un trabajo de desobediencia civil y de pronto, cuando Elena me dijo: "vamos a apoyar a Andrés Manuel", yo respondí: "Claro, es el momento, es nuestro deber, el deber de la desobediencia civil, como lo marca David Thoreau".

Fui a hablar con Andrés me llevó Elena, hablamos y quedamos en que lo íbamos a apoyar hasta donde llegara.

Elena para mí siempre ha sido un faro y Elena, al salir de ahí me dijo: "¿Si te das cuenta de lo que estás haciendo? Meterse en esto --me dijo-- es para siempre, no son luchas para un ratito".  Y le contesté: "Sí. Es para siempre".  Y entonces heme aquí.

Esa tercera etapa que comenzó en 2005, siento que fue de un teatro diferente, masivo. Aprendí a dirigir un escenario donde se llegó a tener hasta dos millones de espectadores, y para mí era un trabajo apasionante poder ayudar a una transformación de México, en la que creo.

Con lo que yo había aprendido en 40 años de teatro, que era cómo se maneja un escenario, cómo se diseña un escenario para que la personalidad política de Andrés Manuel tuviera el lugar que merecía y la gente que venía de todo el país a verlo lo pudiera ver. Había que diseñar un escenario que permitiera darle el lugar predominante a la figura de este movimiento.

Ahora para mí comienza esta cuarta etapa, que justamente es una cuarta transformación, de lo que siempre he hecho, que es el teatro y que es el teatro del Senado.

Aunque es otro tipo de teatro, (el Senado) es un teatro.  Hay que entenderlo como un escenario, una tribuna donde se difunden ideas y leyes a todo el país y tiene otra dimensión, y no deja de tener las mismas reglas. Yo también estoy en mi mi 4T, mi Cuarto Teatro-

¿De esa etapa con el Presidente como político en actos masivos, cómo fue su esfuerzo, la entrega, el desgaste, el sacrifico?

- Es que no lo es cuando se trabaja con una convicción. Debo decir que mi trabajo nunca fue remunerado. Ahora lo está siendo y la verdad no es para mí el estímulo que me tiene aquí, en absoluto. Yo trabajé voluntariamente estos años con el Movimiento de Regeneración Nacional por convicción, y por necesidad, por indignación. Ya no podía respirar en mi propio país.

Es el país que más amo, donde nací; es la cultura que me gusta, es la tierra que me gusta, es donde me gusta estar.  Ya no podía más con la realidad política en México. Me parecía que estábamos viviendo algo indigno de un pueblo tan extraordinario como es este.

Nunca me cansé porque no te cansas. Sí, tuve momentos de retos físicos muy fuertes. Probablemente yo no soy una mujer fuerte  físicamente, soy débil respiratoriamente, teniendo un papá neumólogo, en casa del herrero...¿verdad?

Entonces tengo enfermedades fuertes respiratorias y a pesar de eso era tanto más la pasión porque este país llegara a una transformación, que no te cansas. Ahora comienza otra etapa y hay que volver realidad esa transformación.

¿Usted está haciendo planteamientos diferentes?

- Yo he luchado toda la vida contra la simulación y la hipocresía y creo que a México se la inyectado esa educación y que no la queremos más,  porque ha hecho mucho daño a este país la hipocresía.

Y eso viene también en las religiones organizadas, viene también en una educación barnizada de moral, pero que en realidad es moralina sin sustento.  Siempre me he revelado contra la hipocresía y la simulación y creo que eso es lo que golpea mucho de mis declaraciones.

No estamos acostumbrados a hablar con franqueza, ni siquiera en las relaciones humanas cotidianas. Le damos una vuelta y le pones una máscara. En México lo tomamos como si fuera una buena educación.

Llegas, te pintaste le pelo, y te queda horrible y yo te voy a decir: "Qué bien te quedó tu cabello", ¿verdad? Y si le dices a alguien: "Te quedó horrible", se ofende.

El verdadero amor y el afecto es de alguien que te dice tus defectos, lo que no te queda bien, lo que no está bien.  Por eso, la crítica me gusta, porque me señala lo que yo no veo de mí misma. Por lo tanto, tal vez entiendo que por eso, mi forma de ser es un poco chocante, porque no nos gusta.

Eso es lo que yo soy y voy a enfrentar mis responsabilidades sobre mis pensamientos, porque para eso estoy en esta tierra, para ser fiel a lo que creo y lo que pienso.

¿Ya estamos en el Cuarto Teatro, en el que es usted la suplente de Olga Sánchez Cordero, qué significado tiene?  

- Tiene un significado porque ella es muy respetable, es muy respetada, es ahora la Secretaria de Gobernación y, además, yo heredo algunas de sus comisiones. Estoy en la Comisión de Gobernación, en Estudios Legislativos Segunda, y en la Medalla Belisario Domínguez, que adoro porque la libertad de expresión para mí es el punto de partida de mi trabajo desde siempre.

Entonces, claro, recibo yo de ella esta encomienda y para mí tiene un peso específico, tengo que estar a la altura. Fuera de cualquier senador, en el caso de ella me la deja alta la expectativa, y yo tengo que poner todo lo que aprendí como artista.

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