En el Centro de Mando hay un espectacular que recuerda que el 13 de julio es Día del Policía Federal. El anuncio da hacia Periférico Oriente, como para que los automovilistas que circulan por esa avenida de la alcaldía Iztapalapa tengan presente la fecha.

Es alusivo al 90 aniversario de la institución que se ha transformado desde su creación y durante varios gobiernos, y la cual se conmemoró el año pasado con bombo y platillo.

Hoy, 13 de julio, los festejos que cada año se realizaban ahí con la presencia del Presidente de la República se acabaron, debido a que la corporación está ahora en un proceso de desaparición para ser integrada a la Guardia Nacional.

En el recuerdo quedarán las extensas ceremonias en las que se reconocía a los elementos destacados y se homenajeaba a los caídos en cumplimiento del deber y que año con año se llevaban a cabo en Contel —como también se le conoce al cuartel— junto a actos de demostración policial en los que participaban elementos de las siete divisiones y la flota de helicópteros Black Hawk.

Apenas el año pasado, en su 90 aniversario, los mandos de la Policía Federal distinguieron al suboficial Cristóbal Bonilla Martín y al inspector Víctor Mireles Barrera, sobrevivientes del linchamiento en San Juan Ixtayopan, alcaldía Tláhuac, en 2004, durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno de la capital.

Un ambiente triste es el que se percibe ahora en el Centro de Mando, con agentes divididos entre los que piden ser indemnizados y los que buscan acomodo en una de las nueve opciones laborales que la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) les ofrece.

Las actividades aparentan ser normales en el cuartel principal; sin embargo, la sombra de la inconformidad y el malestar continúan presentes entre el personal de las diferentes divisiones que ahí conviven.

Mientras unos oficiales revisan las alternativas —entre ellas el Instituto Nacional de Migración (INM) y el Servicio de Protección Federal (SPF)—, otros están a la espera de ser desplegados o continúan su lucha para que el gobierno los indemnice, pues ya no quieren servirle.

Estos últimos son los más indignados, dolidos y molestos por los agravios que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha vertido contra la institución desde que asumió el cargo.

Por eso y no por otra razón, argumentan, es que ya no quieren permanecer, mucho menos enlistarse en la Guardia Nacional.

“Nos ha dicho que estamos podridos, que somos unos delincuentes, que somos corruptos. Si somos así, ¿entonces para qué nos quieren pasar a la Guardia Nacional?”, revira el oficial Villagrán, quien permanece en paro.

El agente Luis García le recrimina al Presidente que desde que asumió el cargo no ha visitado el Centro de Mando para conocer el sentir de los uniformados. “Calderón y Peña Nieto cada año venían aquí. López Obrador no lo ha hecho desde que llegó a la Presidencia”, asegura.

Entre los muros con los nombres de los policías caídos, señala que gran parte del paro de los policías federales se debe a los insultos de López Obrador y del comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, quien los llamó fifís.

Comenta que el gobierno federal les ofrece entre 3 mil 160 y 3 mil 190 pesos de liquidación por 10 años de antigüedad, dinero que no van a aceptar.

“Somos humanos. Queremos ser escuchados (...) Policía agachado jamás será escuchado”, expresa.

Saben que este sábado no habrá festejo y tampoco se pondrán el uniforme de gala para conmemorar el Día del Policía Federal, que se instituyó el día 13 de julio en homenaje a los 12 agentes de la División de Investigación que fueron ejecutados por la Familia Michoacana en el municipio de La Huacana, en la Tierra Caliente de la entidad.

Sin embargo, advierten que continuarán su lucha para obtener una indemnización digna y así garantizar el sustento de sus familias mientras encuentran otro empleo.

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