Sin propuestas que aborden a profundidad el complejo entramado educativo del país, los candidatos presidenciales están utilizando la reforma educativa como una estrategia de campaña para buscar votos, sin que exista una respuesta concreta a los problemas que enfrenta el sector. En medio, coincidieron especialistas, quedan atrapados los maestros mexicanos, quienes han quedado dañados de manera permanente por la manera en que se ha implementado el cambio constitucional.

Catalina Inclán Espinosa, investigadora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (Iisue), consideró que los candidatos presidenciales han tenido que incorporar el tema de la reforma educativa puesto que estaba presente en la agenda nacional y no podían ser omisos ante el tema. Dijo que aunque se revisara, hay temas que dañaron al magisterio y no se pueden echar atrás, como el clasificar a los maestros entre idóneos y no idóneos, lo que se incorporó en la lógica de valoración interna de los maestros.

“Los maestros siempre han sido una fuerza política importante, por eso hay una relación o acomodo entre un partido y el sindicato [SNTE]. Hoy no sabemos si puedan hacer una diferencia, pero se entiende que estén en la agenda de las discusiones. Este gobierno se encargó, de 2013 a la fecha, de mantener el tema en la agenda pública de manera permanente y no se puede evadir”, dijo.

La reforma educativa fue diseñada desde el Pacto por México para limitar al máximo el uso político que pudiera dársele a un sector de la población organizado y numeroso: los maestros mexicanos, explicó el investigador Aldo Muñoz Armenta, académico de la Universidad Autónoma del Estado de México que se ha especializado en investigar al sindicalismo mexicano, en específico las relaciones del SNTE en el tema electoral.

El magisterio integra a 1.9 millones de docentes en casi 255 mil escuelas desde educación preescolar hasta posgrado, que incluye los de capacitación para el trabajo. De ellos, 1.6 millones de maestros han sido tocados por la reforma educativa: un millón 217 mil 191 en educación básica y 417 mil 745 en media superior.

Aunado a ello, los especialistas coincidieron en que los profesores mexicanos no son un gremio corporativo que actúe en masa.

Para Víctor Manuel Alarcón Olguín, politólogo investigador especializado en procesos electorales de la UAM Iztapalapa, en este momento de las campañas el papel del magisterio tiene un impacto mucho menor de lo que se había ofrecido en la elección de 2006, cuando la influencia del magisterio y la entonces presidenta del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, definió la elección a favor de Felipe Calderón.

En medio de la contienda electoral por la Presidencia de la República, los proyectos de los partidos políticos se han posicionado con respecto a la reforma educativa: el candidato de la coalición Todos por México (PRI-PVEM-NA), José Antonio Meade Kuribreña, ha dicho que si gana, su gobierno continuará con la reforma educativa; el candidato de Por México al Frente (PAN-PRD-MC), Ricardo Anaya Cortés, consideró que la implementación de la reforma educativa ha sido un “desastre”, que los maestros se sienten perseguidos y que sería un error histórico echarla atrás.

Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-PES), anunció que abrogará la legislación aprobada durante el actual gobierno e implementará una nueva “auténtica” que no afecte los derechos de los maestros.

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