“Contamos con tu apoyo, gobernador; ya habrá tiempo de corresponder”. Este es el mensaje que Luis Videgaray, secretario de Hacienda y luego de Relaciones Exteriores en el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, enviaba a los gobernadores priistas de los estados para realizar el “pase de charola” para la campaña política del entonces candidato del PRI.

Roberto Rock, columnista de EL UNIVERSAL, narra en el segundo capítulo de su reciente libro La historia detrás del desastre el factor que heredó Peña Nieto desde su campaña: la corrupción.

Rock describe así los "pases de charola" luego de un repunte de Andrés Manuel López Obrador en las encuestas:

"No obstante, hacia mayo las cosas dieron un vuelco. Videgaray reunió a un grupo de gobernadores y dirigentes sindicales para explicarles que López Obrador había repuntado notablemente en las encuestas, por lo que les pidió 'un último esfuerzo' en apoyos económicos. Hizo circular entre los asistentes tarjetas en blanco y sobres. Los instruyó a escribir el monto de la aportación que harían, y guardar la tarjeta con la cifra en un sobre, que debían entregar en ese mismo momento directamente al candidato. Un testigo consultado aseguró haber alcanzado a ver que un dirigente sindical escribió una cantidad de varios cientos de millones de pesos."

Rock expone que los gobernadores priístas estaban obligados a aportar dinero para que el candidato presidencial lograra el triunfo, esto con el argumento que con anterioridad Peña Nieto o personajes afines los habían apoyado en sus campañas.

Sin embargo, el periodista expone que Videgaray no fue el único que intervino en la solicitud del dinero, pues Osorio Chong se encargó de organizar “el pase de charola” y su operadora financiera, Nuvia Mayorga, lo recolectó.

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