Tapachula.— “Hijo, aquí estoy buscándote con la Caravana de Madres, vengo con la esperanza de encontrarte”, es el mensaje que María Félix Alonzo envía a su hijo José Gregorio Molina Alonzo, quien hace 20 años emigró de Honduras a Estados Unidos por la falta de dinero y ya no supo nada de él.
María recuerda con tristeza que el domingo 13 de marzo de 1999, José Gregorio —quien entonces tenía 15 años de edad—, llegó a su casa en la colonia Pespire, en Choluteca, acompañado de un amigo para decirle que se iba en busca del sueño americano.
El joven le dijo que una vez que llegara a Estados Unidos y consiguiera trabajo le mandaría dinero para arreglar su vivienda.
María recuerda que su hijo llamó de San Luis Potosí al teléfono de una conocida para pedirle sus papeles oficiales, pero no recibió el recado hasta meses después.
“Ya no volvió a llamar y desde entonces ya no supe nada de él; ahora que lo ando buscando, a todo mundo le veo parecido con él, creo que es por la angustia que tengo”, refiere la mujer.
Ayer, las madres provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua salieron por segunda ocasión en busca de sus hijos en las colonias Monte Mayor, Las Torrecillas y Vida Mejor, en el municipio de Huixtla, ubicado a 45 kilómetros de Tapachula.
Con las fotografías de sus seres queridos colgadas en el pecho y la espalda, y las de hijos de otras madres que no pudieron viajar con la caravana, las mujeres recorren las calles con la esperanza de que alguien les proporcione alguna información de sus familiares, a quienes les perdieron la pista.
En el segundo día de búsqueda, el coordinador del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), Rubén Figueroa, quien acompaña al grupo, reconoció que aún no han logrado obtener pistas del paradero de alguno de los hijos de las madres centroamericanas.
Largo camino
El pasado sábado inició la caravana formada por casi medio centenar de madres de migrantes centroamericanos desaparecidos, y espera recorrer unos 5 mil kilómetros en 13 estados en busca de sus familiares ausentes.
Esta es la decimoquinta edición de la llamada Caravana de Madres Centroamericanas, organizada por el Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), en la que participan 45 mujeres y cinco varones, familiares de personas que migraron irregularmente y cuyo paradero se desconoce.
El grupo avanzará por algunas de las ciudades con mayor movilidad de centroamericanos en su ruta a Estados Unidos, por lo que se prevé que continúen por la llamada ruta del Golfo de México, hasta llegar a Monterrey (norte), donde se tiene previsto uno de cuatro encuentros entre madres e hijos.
“Los migrantes desaparecidos en México son muchísimos. Hay cálculos de entre 70 mil y 120 mil desaparecidos; muchos están en fosas comunes, otros en fosas clandestinas, otros en las morgues”, afirmó para la agencia AFP Martha Sánchez, dirigente del MMM.
“Otros andan escondidos en algún lugar de México haciendo sus vidas más o menos normales, trabajando, pero que no han podido volver a tener comunicación con sus familiares”, agregó la activista.