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El uniforme verde olivo siempre estuvo presente en la casa del cabo Moctezuma, así que para su familia su integración a las fuerzas armadas fue sólo cuestión de tiempo, con 21 años acuesta, el joven zapoteca originario de la Séptima Sección de Juchitán, Oaxaca, pasó de un simple soldado a un “héroe”, título que dice no merecer.
Martín Moctezuma Luis Hernández, es bilingüe, con el zapoteco como lengua madre creció en la medianía.
Su padre fue soldado raso por nueve años hasta que dio de baja. Él es padre de una niña de tres años, para mejorar su condición de vida y la de su nueva familia se dio de alta en marzo del 2017 en Jojutla, Morelos, siete meses antes del sismo del 7 de septiembre que colapsó la vivienda de su madre en Juchitán.
Con poca experiencia en el servicio militar, Moctezuma fue integrado al equipo del Plan D-N-III del Ejército Mexicano durante las labores de rescate en el centro de Jojutla el 19 de septiembre, fue ahí, donde su vida cambió, ese día no pudo rescatar con vida a un bebé con su madre de los escombros de su vivienda.
Él quebrándose en llanto y sostenido por voluntarios en medio de la tragedia fue captado en una fotografía que inmediatamente se hizo viral y lo catalogó como un héroe. Cuando se le pregunta por el calificativo, sólo niega con la cabeza y repite una y otra vez que no lo es, que no se siente uno.
No olvida
Ese día no se le borra de la mente, las manos del bebé tampoco desaparecen, la sangre menos. Pudo ser su hija y esposa, su madre, pudo ser alguien que ama. Su reacción la considera natural ante la fragilidad de su estado anímico, dos semanas antes había recibido la llamada de su madre anunciando que el terremoto de 8.2 grados los dejó sin casa.
“Fueron días difíciles, yo no estaba bien. En Juchitán estaba mi familia, mi esposa y mi hija sufriendo por los daños del terremoto del 7 de septiembre. Estaban asustadas por tantos sismos. Yo no podía ir a verlas, a protegerlas, a consolarlas. Mi deber era cumplir con la patria, ayudar, pero al ver al bebé no pude más. Fue una sensación terrible que me hizo llorar”, comenta con el rigor de un soldado entrenado.
Después vino el reconocimiento del propio Ejército por su valentía ese día, meses después se le premió con su integración en el 98 Batallón de Infantería de Ciudad Ixtepec, a media hora de Juchitán, su tierra, de su familia.
Acercarlo a su familia es el mejor premio que dice haber recibido “lo mejor es tener al soldado cerca de su familia.”. Además el gobierno federal reconstruyó la casa de su madre.
El regreso
Al llegar a la base militar en el Istmo de Tehuantepec, Moctezuma se dio cuenta que su otra familia, el Ejército, había perdido su emblemático cuartel en Ciudad Ixtepec por el terremoto del 7-S, que los más de 300 militares vivían en tiendas de campañas en los campos de 13 Regimiento de Caballería, mientras su edificio se reconstruye.
El soldado y sus compañeros, acostumbrados a las incomodidades, cuando no están en operativos de vigilancia o de rescate, se reparten en las 45 tiendas de campañas, y así estarán hasta el 30 de octubre, cuando se concluya la construcción del nuevo cuartel.
Moctezuma espera su próxima misión de rescate con el Plan DN-III, aspira a ingresar a la academia miliar, tener un grado, ser un jefe dentro de las fuerzas armadas, seguir siendo útil al país.
“Sueño con escalar en grados, volver a rescatar personas, ser un buen soldado”