El presidente Andrés Manuel López Obrador aclaró que la reunión con Jared Kushner, yerno de Donald Trump, presidente de Estados Unidos y asesor de la Casa Blanca, no fue en lo oscurito, aunque no se registró en la agenda oficial del martes, ni mucho menos se haya informado que sería en la casa del vicepresidente de Televisa, Bernardo Gómez.

“No fue en lo oscurito, fue público, creo que se les informó, ¿no?. Bueno cuando terminó el encuentro. También imagínense, se informa antes y no se podía haber llevado a cabo”, sostuvo.

En conferencia de prensa, el Jefe del Ejecutivo Federal fue cuestionado sobre por qué realizar una reunión de ese nivel en la casa de un particular. 

El presidente aclaró que no fue una reunión “del todo formal”, tampoco –dijo- “fue un encuentro acartonado, sino que “fue una plática y una conversación abierta” en la que cenaron alrededor de las 8 de la noche del martes y concluyó casi dos horas después.

Y añadió que se tomó la decisión en conjunto de todas las partes realizar el encuentro en la casa del directivo de Televisa. 

“Se vieron las opciones y ofrecieron que podía ser ahí y yo dije que sí, acepté. Así fue tan-tan”, expresó.

Pero negó que vaya a pagar el favor a Bernardo Gómez, quien también forma parte de su consejo asesor empresarial. 

“A lo mejor sí, y yo recibo todos los favores. Todo el que quiera ayudar, este, es bienvenido, es bien recibido, todas sus buenas intenciones. No, no, no, si no es toma y daca la política, la política tiene que ver con principios, tiene que ver con ideales, y también no todo el que ayuda lo hace siempre por un interés.

Ante esto, rechazó que haya un conflicto de interés “porque fue un encuentro amistoso”.

“Se dieron las circunstancias, a lo mejor en otra ocasión me voy a reunir con alguien en casa de un periodista, amigo, o en casa de un campesino o casa de un maestro, así se dieron las cosas. Hay también la coincidencia que se tiene amistad entre las partes, entonces fue en ese ambiente de amistad. Nos sentimos cómodos”, aseguró.

López Obrador aclaró que fue así el encuentro porque es respetuoso de la investidura presidencial. “Si fuese a hacer algo indigno, entonces no podría yo reunirme en ningún lado, ni con nadie, pero yo tengo mi autoridad moral para asistir a cualquier encuentro”, dijo.

El presidente afirmó que con el gobierno de Estados Unidos se mantiene una relación de amistad y por razones de geopolítica, explicó, su gobierno debe mantener un cuidado mayor de nuestra relación con la administración estadounidense.

“México, con todo respeto no es Brasil, no es Italia. Italia es Roma, y Roma fue durante mucho tiempo la cuna de la civilización occidental como Grecia, Atenas, muy importante esas naciones, importantísimas".

Y agregó: “Tenemos 3 mil 580 kilómetros de frontera con Estados Unidos, viven 24 millones de mexicanos en Estados Unidos, tenemos estrechas relaciones económicas, comerciales, compartimos historias de confrontación, también momentos de solidaridad”, argumentó.

El presidente sostuvo que si hay celos y sentimientos, los entiende, pero les mandó abrazos.

“Ya no tanto celos y no tantos sentimientos, me llevo muy bien con todos y tenemos que reconciliarnos. Es una etapa nueva, la cuarta transformación también implica la reconciliación nacional e histórica”, externó.

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