Más Información
Claudia Sheinbaum entra al top 100 de “Titanes”; Revista Time la suma a los líderes más influyentes en tema ambiental mundial
Moody’s cambia la perspectiva de México de estable a negativa; reforma judicial pone en riesgo solidez fiscal, afirma
Austeridad republicana no va a servir para la seguridad, dice Ken Salazar; hay un problema muy grande
Xalapa.— La masacre de 13 personas en el municipio de Minatitlán la noche del viernes, donde un comando irrumpió en una fiesta privada, encendió la molestia ciudadana por la imparable violencia que sufren desde hace más de una década.
El asesinato a sangre fría de siete mujeres, cinco hombres y un bebé de un año generó una gran consternación y desató una guerra en redes socialesentre funcionarios del gabinete del morenista Cuitláhuac García Jiménez y gente allegada al exgobernador Miguel Ángel Yunes, entre ellos el fiscal General del estado, Jorge Winckler Ortiz.
Sobrevivientes del ataque narraron la saña de los sicarios, que obligaron a sobrevivientes a ver cómo masacraban a sus amigos y colocaban sus armas en la cabeza de mujeres.
Y en un municipio tan pequeño, donde las actividades se realizan en torno a la Refinería Lázaro Cárdenas, el dolor y la consternación no paraba, sobre todo porque a quien se le preguntara conocía a alguna de las víctimas del ataque ocurrido la noche del viernes en la palapa El Potro de la colonia Obrero.
“Falleció el hijo del vecino de enfrente de mi suegra, el familiar de la prima de Marcos, la mamá del trabajador de Marcos… todo ocurrió a un lado de la casa de mi ahijada”, contaba una mujer.
“A las viejitas que estábamos bailando nos apuntaron. Sí, mataron a varias viejitas (...) yo lo que hice fue aventarme debajo de la mesa”, contó una mujer a periodistas de la zona.
Unas 30 personas festejaban los 52 años de una de sus compañeras, la mayoría ataviadas con vestimentas originarias de Oaxaca —pues en Minatitlán hay una comunidad teca— cuando un grupo de pistoleros ingresaron a la palapa buscando a una persona.
El otro ataque. El gobernador de Veracruz advirtió que no habrá impunidad, a pesar de la política de indolencia y brazos caídos de la Fiscalía General del Estado.
Destacó que las instituciones del gobierno estatal, en coordinación con las fuerzas de seguridad federal —Defensa Nacional (Sedena), Marina-Armada de México (Semar), Policía Federal (PF) y Fiscalía General de la República (FGR)— se mantienen ocupadas en atender los hechos ocurridos en Minatitlán.
“Acabo de concluir una reunión de emergencia para atender los lamentables y condenables hechos en el sur. En el grupo de seguridad se activó un operativo para dar con los responsables. No habrá impunidad, a pesar de las eternas investigaciones de la Fiscalía General del Estado. Seguiremos con más detenciones”, manifestó el mandatario.
Las primeras investigaciones apuntan a una posible venganza entre grupos criminales (Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Zetas). Fuentes cercanas a las indagatorias señalan que una de las líneas es por una posible venganza en contra del dueño de la Palapa: “Iban por él y las personas ahí presentes intervinieron, desatándose esa tragedia”, apuntan.
Por la noche, 20 horas después del hecho, en un comunicado, la fiscalía, el organismo autónomo a cargo de Jorge Winckler Ortiz, informó que se abrió una investigación y afirmó “su compromiso de brindar una procuración de justicia expedita”. Destacó que se recabaron 18 entrevistas y se realizaron tres inspecciones oculares.
En tanto, las redes sociales fueron un hervidero de recriminaciones entre los seguidores de Yunes y Wincker (incluidos líderes, diputados, periodistas), y funcionarios y simpatizantes de Cuitláhuac García.
La promesa del gobierno de Morena fue no permitir que el caso quede impune y castigar a los responsables; ello, horas antes de la visita a Veracruz de Andrés Manuel López Obrador, quien este domingo conmemora la invasión estadounidense al puerto de Veracruz, el 21 de abril de 1914, y el lunes analizará temas de seguridad y pacificación.