Temperaturas heladas han golpeado a la ciudad mexicana de Ciudad Juárez desde el miércoles, lo que ha puesto en riesgo a cientos de migrantes que montaron precarios campamentos cerca de los puentes que conectan a la localidad con la frontera de Estados Unidos.
Alrededor de 550 personas que están esperando para solicitar asilo en EE.UU. están durmiendo en carpas en las calles cercanas a los puntos de cruce fronterizos, según información del gobierno local.
Casi la mitad de esos migrantes son niños menores de 12 años.
La mayoría son mexicanos que huyen de la pobreza y de los altos niveles de criminalidad.
Las temperaturas bajo cero han afectado la región esta semana y se extenderán durante el fin de semana, según las predicciones del tiempo.
Funcionarios del gobierno mexicano empezaron a trasladar a grupos que estaban viviendo en las calles a refugios como El Buen Samaritano.
Pero muchos de los migrantes prefirieron quedarse por temor a perder su turno en la fila de los que cruzan la frontera para pedir asilo.
La agencia de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense (CBP, por sus siglas en inglés) impuso estrictos límites en cuanto al número de personas al que permite solicitar asilo al día en los puertos de entrada fronterizos, en un proceso que en inglés recibe el nombre informal de metering.
Esto genera una acumulación de casos y un retraso en el lado mexicano de la frontera, donde la espera puede durar entre días y meses.
Una lista de espera del gobierno mexicano en Ciudad Juárez acumula unos 1.200 nombres en la actualidad.
Funcionarios dijeron que están buscando reunirse con su contraparte en EE.UU. para crear un sistema en el que aquellos que estén próximos a ser llamados en la lista sean localizados y llevados a la frontera sin tener que acampar cerca de los puentes.
El número de personas en los campamentos ha decrecido desde el pasado agosto de 3.500 a 550. Muchos de los que han abandonado la ciudad argumentaron sentir miedo de exponer a sus hijos a temperaturas invernales.