El Operativo Conjunto Michoacán marcó el inicio de la llamada Guerra contra el Narcotráfico que emprendió el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa contra los grupos criminales del país.

Días después de tomar posesión, el 10 de diciembre 2006, Calderón Hinojosa ordenó el despliegue del Ejército en la Tierra Caliente michoacana, azotada en ese entonces por el cártel de la Familia Michoacana que en 2006 ya mostraba su nivel de violencia contra sus víctimas.

Ejemplo de ello fueron las cinco cabezas humanas arrojadas a un centro nocturno de Uruapan, Michoacán, en septiembre de 2006, por un grupo armado; fueron los primeros decapitados que se empezaban a ver en la entidad producto de la disputa territorial entre bandas rivales.

En enero de 2007, el exmandatario michoacano acudió a la 43 Zona Militar ubicada en Apatzingán, el principal municipio de la Tierra Caliente de Michoacán, vestido con chamarra y gorra verde olivo, en franco reto al crimen organizado.

Compartió “el rancho” con la tropa, como él lo dijo, y pidió a los soldados seguir en la batalla contra los criminales; para ese entonces ya se habían implementado operativos conjuntos en estados como Baja California y Chihuahua, como parte de su lucha anticrimen.

A decir del exmandatario michoacano, en entrevista con Radio Fórmula, fue el entonces gobernador de Michoacán, el experredista Lázaro Cárdenas Batel, hoy jefe de asesores del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien le pidió ayuda en la etapa de transición.

“El gobernador Lázaro Cárdenas, muy valientemente él había pedido ayuda a Vicente Fox, Fox nunca lo ayudó, pero Lázaro tenía una problema muy grave porque había esta captura del estado de Michoacán, entonces era la Familia Michoacana la que estaba teniendo el control de Tierra Caliente y otras partes.

“Me pide ayuda, estábamos en transición, y lo que me ha acaba de convencer es que un día gente que estaba presa de la Familia Michoacana en el penal de Mil Cumbres, en Morelia, secuestra a los propios abogados de oficio de ellos mismos, a sus propios defensores, que eran estudiantes de Derecho de la Universidad Michoacana, los secuestran y degüellan dentro del penal.

“El gobierno federal y del estado nada pudo hacer y eso me hace decir: ‘hay que apoyar a Michoacán’. Lo estudiamos mucho en transición y lo decidimos en el gobierno.

“Pero, no es un tema de coyuntura de quién pidió primero o quién no, lo que estábamos viendo, él lo vio y yo lo vi, es este proceso de captura del Estado por parte del crimen organizado”, declaró al programa Ciro Gómez Leyva "Por la Mañana" en julio pasado.

En un encuentro con militares, en Nuevo León, celebrado en mayo de 2012, Felipe Calderón aseguró que de no haber sido por la intervención del Ejército en el combate frontal al crimen organizado, “quién sabe que hubiera sido de México y los mexicanos”.

“De no haber actuado a tiempo quién sabe qué grado de dificultad o complejidad les hubiera tocado enfrentar en el futuro y quizá hubiera sido demasiado tarde”, afirmó.

Y enfatizó: “De no ser ahora por el Ejército mexicano, por su valiosa, vigorosa y patriótica presencia, por la defensa de las instituciones, por la defensa de las familias por enfrentar a los criminales, con determinación aun arriesgando la propia vida, de no haber sido por esta acción patriótica quién sabe que hubiera sido de México y de los mexicanos”.

Este viernes el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó a Felipe Calderón de declararle la guerra al narcotráfico y de pegarle un “garrotazo a lo tonto al avispero y nos metió en todo esto que estamos padeciendo todavía”.

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