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Un tribunal federal ordenó a las autoridades de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que analicen el daño que sufrió Carlos Santamaría, el niño genio de 12 años que logró ingresar a la licenciatura, por el acoso del que fue víctima por parte de uno de sus maestros.
Por unanimidad, los magistrados del Séptimo Tribunal Colegiado en materia Administrativa en la Ciudad de México concedieron un amparo al menor de edad quien, representado por su padre Fabián Santamaría, denunció haber sido víctima de acoso por parte de un profesor de la UNAM, quien lo ha difamado y amenazado con demostrar que “no es justo merecedor de ser alumno de la institución”.
El Colegiado ordenó que una vez que se analice el impacto psico-social ocasionado al menor por el acoso que sufrió, la UNAM deberá determinar cómo reparará el daño y las autoridades de la máxima casa de estudios deben tomar medidas de protección a favor de Carlos.
En su sentencia, el Tribunal Colegiado determinó que aunque la UNAM brinda educación pública universitaria, por lo que su comunidad está integrada comúnmente por mayores de edad, como institución pública no está exenta de tomar medidas contra el acoso escolar, especialmente en individuos vulnerables.
“En las situaciones de acoso escolar, conviene recordar que los padres delegan el cuidado de sus hijos a profesores y directivos, confiados en que en dichos centros recibirán los cuidados, atención y educación que requieren, lo que justifica que dichas instituciones se deban ajustar a las normas y a los reglamentos aplicables, poniendo particular énfasis en la seguridad, la protección y la atención a los niños”, indica el resolutivo.
“Si bien la autoridad demandada, brinda educación pública universitaria, por lo que la comunidad a la que va dirigida la educación que presta comúnmente está integrada por mayores de edad, como institución pública educativa no está exenta de tomar medidas contra el acoso escolar, poniendo énfasis en individuos especialmente vulnerables”.
El padre de Carlos denunció ante la directora de la Facultad de Ciencias de la UNAM, Catalina Stern, donde el menor cursa la carrera de Física Biomédica, que uno de sus profesores lo ha acosado y solicitó la adopción de medidas de protección a favor de su hijo.
La directora Stern informó a un juez de amparo que investigó los hechos denunciados, sancionó al profesor y lo exhortó para que evite cualquier tipo de diálogo en medio impreso o electrónico que pudiera afectar el desarrollo académico de Carlos.
Además, indicó que informó a las coordinaciones generales de los departamentos de física, biología y matemáticas que también deben adoptar estas medidas de protección.
“Es insuficiente que se exhorte al agresor y que el exhorto se haga extensivo a las coordinaciones generales de los departamentos de esa facultad, sino que para contrarrestar el ambiente de agresión, habrán de tomarse otras medidas tendientes a capacitar a los profesores y concientizar a los alumnos sobre el tema de acoso escolar.
“Aunado a lo anterior, al haberse determinado que el menor sufrió acoso, es imperativo que se evalúe las repercusiones en su entorno psico-social, pues solo a partir de ese análisis será posible llegar a una reparación del daño, que puede implicar desde terapias psicológicas hasta la disculpa pública cuando se ha afectado la reputación”, resolvió el Colegiado.