Chihuahua.— “El pequeño coronado nos enseña cómo caminar mirando con el corazón, encaminados desde nuestros pueblos originarios de Chihuahua. Una historia tan pequeña pero tan grande”, narra el poeta y músico, Martín Chávez, Makawi, en la presentación del clásico literario El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, traducido al rarámuri, lengua indígena de uno de los pueblos originarios del estado.

Detalla que la traducción se apega a las tradiciones de los pueblos originarios, por lo que se tuvieron que superar algunos retos para su realización, pues “en rarámuri no siempre se tiene una palabra que logre reflejar lo mismo que en el español”.

Esta segunda edición del texto en versión rarámuri cuenta con ilustraciones del artista chihuahuense Gustavo Márquez, con personajes ataviados con vestimenta típica y paisajes propios de la región serrana de la entidad.

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Makawi busca que la obra sea una herramienta para la conservación de las lenguas indígenas.

Martín Chávez dedicó la edición de Taá Mo’koólame (El pequeño coronado, según la traducción literal) al poeta Enrique Servín, fallecido recientemente en la ciudad de Chihuahua y quien fue ampliamente reconocido por su trabajo constante para la conservación y propagación de las lenguas originarias de la entidad y de México.

Martín Makawi realizó la presentación del libro ataviado con la indumentaria típica de la etnia tarahumara y durante la cual conversó con los asistentes, especialmente niños, con quienes compartió no sólo el contenido del libro, sino también la importancia de conservar las lenguas originarias, especialmente a través de la lectura y los libros.

“Es muy importante conservar las lenguas originarias para que el pueblo entienda nuestra tradición, y gracias a mi hermano Enrique Servín, que en paz descanse, se ha logrado, pero es un trabajo que se queda en el corazón, en cada uno de nosotros”, expresó Makawi para reconocer a quien, originalmente, presentaría dicha edición.

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La traducción del clásico de la literatura se apega a las tradiciones de los pueblos originarios.

“Gracias al maestro Servín, que nos hizo despertar para tener lectura y escritura rarámuri, y documentar lo que se dice en nuestra propia comunidad, ya tenemos varias traducciones de nuestra historia de Carlos Montemayor y Víctor Hugo Rascón Banda para que todos aprendamos”, explicó.

Y es que Enrique Servín dedicó su vida a la defensa de las lenguas originarias y, desde la jefatura del Departamento de Culturas Étnicas y Diversidad de la Secretaría de Cultura, impulsó acciones como los Nidos de Lenguas para conservar y revalorizar los cuatro idiomas indígenas ancestrales de Chihuahua: rarámuri (tarahumara), ódami (tepehuán), o’oba (pima) y warijó (guaijíos), de los cuales quedan poco más de 100 mil habitantes mayores de cinco años en Chihuahua.

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El Principito es considerado el segundo libro más traducido en la historia: existen ediciones en al menos 300 lenguas distintas.

El público asistente pudo disfrutar de la edición de Taá Mo’koólame, en la cual resaltan las ilustraciones realizadas por el artista chihuahuense Gustavo Márquez, mismas que reflejan los pasajes de El Principito con personajes que visten trajes típicos y se encuentran en lugares característicos de la Sierra Tarahumara de Chihuahua.

Makawi finalizó la presentación de la obra explicando que El Principito es una historia pequeña en tamaño pero enorme en su valor literario, por lo cual reconoció la importancia de que el texto llegue a todas las comunidades y familias de Chihuahua, y que se convierta en una herramienta para la conservación de las lenguas indígenas.

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Los personajes son presentados con vestimenta típica y paisajes propios de la región serrana de la entidad.

Por su parte, la secretaria de Cultura del estado, Concepción Landa García Téllez, informó que hasta el momento se han editado 31 libros monolingües de diversas temáticas, entre las que destacan fotonovelas, cómics, dos ediciones de El Principito al rarámuri y otra al ódami.

De igual manera, explicó, atendiendo a la población que no sabe leer ni escribir, se han diseñado audiolibros en los que se documenta la tradición oral a través de discursos de gobernadores indígenas, pláticas, narraciones etiológicas y mitos.

El Principito es considerado el segundo libro más traducido en la historia, ya que existen ediciones en al menos 300 lenguas distintas.

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