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Frontera entre Sonora y Arizona.- Rogelio, untraficante de metanfetamina que es nuestro guía en esta zona desértica de la frontera entre Sonora y Arizona, levanta un poco de arena con la mano poniendo una rodilla sobre el piso y dice que de noche, una extensión que se encuentra uno o dos centímetros debajo de la arena se ilumina con sus focos de color ámbar y verde, para que aterrize y despegue la avioneta que transporta la droga.
El 95% de los vuelos ilícitos en Sonora se efectúan en esta zona con avionetas cargadas del enervante que llegan desde Sinaloa.
“Es territorio de pistas y la gente que ahorita puede estar regando una parcela en la noche trae un cuerno (un fusil automático AK-47, “cuerno de chivo”) y ya está esperando la carga. Cuando es tiempo bueno, hasta dos veces por semana, y en dos o tres puntos. Viene en bolsas de kilos y acá ya las separan en libras y van los pedidos a los puntos de Estados Unidos, pero se queda una gran cantidad, más que antes, detalla Rogelio.
Continúa: Hay veces en que las personas te dan hasta 7 mil dólares por un pájaro (avioneta o gaviota). Con una persona que mande y tres o cuatro que te ayuden logras la extracción del avión. Bajas y les guardas a los dueños y entregas y es el intercambio de dinero”.
El decomiso de metanfetaminas efectuado por las secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar) de 2008 a la fecha es de 206 mil 81 kilos. En 2008 se aseguraron 81.25 kilos, para 2009 pasó a 7 mil 505 kilos, un aumento exponencial. De ahí la cifra no ha bajado. El promedio en el periodo analizado es de 20 mil kilos en decomisos al año. El 2015 es el año con la mayor cantidad, casi 36 mil. De 2013 a 2017 se concentra 60%.
Los estados con la mayor cantidad de decomisos son: Sinaloa (47%), Jalisco (15%), Baja California (6.9%), Michoacán (6.7%), Sonora (6.1%) y Durango (5.7%). Estas entidades se hallan en la lista con la mayor cantidad de población adicta al cristal. Sólo Michoacán es la excepción, pero la metanfetamina está en el segundo puesto, ya que en 2012 representaba el 2.5% y ahora casi 25%.
Creció la producción
En EU, de acuerdo con la Administración Antidrogas (DEA) en su reporte Drugs of abuse (2017), desde la década de 1980 se registró un “tremendo incremento en la producción de sustancias controladas, particularmente metanfetamina”. También proliferaron los laboratorios clandestinos para su producción -que ahora se ha desplazado en gran parte a México- y la agencia descubrió que “empresas estadounidenses exportaban a los países productores de cocaína [Colombia, Perú y Bolivia] grandes cantidades de químicos, como acetona, metiletilcetona y permanganato de potasio”.
Explica que las anfetaminas son estimulantes que aceleran el ritmo del organismo. Muchas son recetadas legalmente para tratar el desorden de hiperactividad-déficit de atención; aparecieron en el mercado en los años 30, como el inhalante Benzedrina, para atender la congestión nasal. Más tarde ya se vendía en tableta contra la narcolepsia (un desorden del sueño) y la hiperactividad. Insiste: “Hoy, la producción de los laboratorios clandestinos se ha multiplicado y el abuso de la droga se ha incrementado dramáticamente”.
Para combatirlos, la DEA lanzó un amplio programa de control que empezó con la Ley de Tráfico y Desvío de Químicos (CDTA) de 1988. La CDTA reguló 12 precursores químicos, ocho químicos esenciales, máquinas para fabricar tabletas y encapsuladoras, al imponer nuevos requerimientos para las importaciones y exportaciones de esos productos. Asegura que ello dio como resultado una disminución del suministro ilegal de metanfetamina. El número de laboratorios clandestinos intervenidos en los primeros tres años después de la entrada en vigor de la legislación “revirtió la tendencia de las tres décadas previas y condujo a un declive”, sostiene.
Sin embargo, buena parte de la producción emigró al sur, hasta los estados mexicanos de Jalisco, Michoacán y Guerrero. Actualmente, la DEA supervisa 41 químicos que son empleados usualmente en la producción de estupefacientes. Mantener el éxito alcanzado en EU, dice, demanda “un esfuerzo continuo para frustrar la búsqueda incesante de los traficantes de nuevos métodos de desvío y de material para los precursores”.