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Madrid.- La propaganda en español del terrorismo islámico ha subido de tono y está aumentando exponencialmente, puesto que busca expandirse también hacia países hispanohablantes. Tan sólo en el primer semestre de 2019 los yihadistas lanzaron casi 3 millones de mensajes intimidatorios a través de internet y redes sociales como Telegram, cuando en todo 2018 fueron 4 millones 746 mil 511 mensajes, indica el Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo.
Reporta que “el idioma más utilizado es el árabe, muy por delante del inglés, situándose el castellano en la posición número 13”.
Agrega que “Daesh [el Estado Islámico] es el principal actor en la escena yihadista, tanto en internet como en las redes sociales”.
Mauricio Meschoulam, experto en terrorismo, dice que si bien las condiciones son muy distintas en México a las de Europa, el país no puede desestimar el riesgo que representan estos mensajes.
Detalla que la audiencia objetivo son europeos y del norte de África, por ejemplo, “en Marruecos y musulmanes en España”.
El especialista recuerda que, por ejemplo, los atacantes en Barcelona fueron marroquíes. Señala que en México la “violencia se manifiesta con otras caras. Aquí los riesgos terminan en violencia criminal, no terrorista ni yihadista”. Detalla que en México no “existe una comunidad musulmana, como en Europa”.
Recalca: “El extremismo violento acaba en crimen organizado”; sin embargo, reafirma: “No estamos exentos de nada (...) Basta uno que se cuele o dos musulmanes para que llegara a ocurrir una situación en EU o algún centro estadounidense”.
Por otro lado, de acuerdo con el observatorio, el principal objetivo mediático de los yihadistas es la coalición internacional que batalló contra ellos en Irak, Afganistán y Siria, pero hay países que sufren especialmente los efectos de las amenazas.
“Reino Unido, Alemania, Francia y España son los principales focos de las peticiones de ataques, pero los terroristas intentan extender el mensaje en países como México, Argentina o Nicaragua. Tratan de hacer su expansión no sólo en Europa, sino también en Latinoamérica”, señala a EL UNIVERSAL Carlos Seisdedos, responsable de ciberinteligencia de Internet Security Auditors y quien ha participado en los análisis del observatorio.
El experto monitoreó los canales cibernéticos utilizados por las plataformas afines al EI y contabilizó hasta mil 622 rutas de propaganda que los terroristas utilizan a nivel planetario para difundir sus amenazas y reclutar nuevos seguidores. “La monitorización del último semestre refleja que ha habido un aumento con relación al primer semestre de 2018 del volumen de mensajes yihadistas en castellano y también un aumento de productoras no oficiales, afines a Daesh [el Estado Islámico], que han provocado un repunte en las comunicaciones y también en la publicidad”, advierte el experto, quien adelanta que las cifras actualizadas se darán a conocer en un reporte del observatorio.
Antiguamente estos grupos terroristas se centraban en redes como Facebook o Twitter, pero ahora se están trasladando a medios más seguros como Telegram, que se ha convertido en la zona cero de difusión para llegar a otras redes, dice.
Según un informe de 2017 del Proyecto Contra el Terrorismo, “Telegram permitió que el EI y otros grupos terroristas y extremistas religiosos usen su plataforma de mensajes a pesar de la evidencia creciente de su papel en numerosos ataques”. De acuerdo con el observatorio, al menos 39.13% de los mensajes se han compartido por esa red social.
“El 60% del contenido que se difunde en este tipo de canales tiene un perfil audiovisual, porque 80% de la retención es de carácter visual. Muchos videos, muchos podcast, con mucha violencia, muy llamativos, para que los jóvenes vayan interiorizándolos”, puntualiza el especialista en ciberinteligencia.
Un documento del observatorio detalla que en 2018 se compartieron 347 mil 105 videos, un millón 902 mil 204 imágenes, 190 mil 679 audios, 55 mil 224 archivos comprimidos en zip o rar, y 81 mil 729 documentos en PDF.
El objetivo principal de los terroristas es la difusión del mensaje para captar al mayor número de personas. La implantación del idioma español a nivel global, desde 2017, y el hecho de que muchos magrebíes de segunda generación nacidos en países europeos, fundamentalmente marroquíes, hablen árabe, pero no sean capaces de leerlo correctamente, han potenciado la producción de los mensajes yihadistas en castellano dirigidos a este sector que sigue vinculado a las prácticas islamistas, subraya el experto.
“Con las comunicaciones tradicionales en inglés o árabe no podrían llegar a ellos”, precisa. Frente a la perseverancia yihadista para lanzar su propaganda en las redes sociales a través de canales más o menos blindados, existe la dificultad de las fuerzas de seguridad internacionales para contrarrestar sus mensajes.
“La plataforma en la que trabajan [es sobre todo] Telegram, no está por la labor de neutralizarlos. Su política es que mientras no se promocione la pornografía infantil, se trata de grupos que actúan mediante canales privados, no públicos, por lo que no acepta ninguna petición gubernamental para cerrarlos. Si es yihadismo, no aporta ningún tipo de información a las autoridades y sin colaboración de las plataformas tecnológicas es muy difícil que el fenómeno disminuya”, concluye el experto.