Margarita Zavala está de regreso. Militó 33 años en el PAN y renunció en octubre de 2017. Fue candidata a la Presidencia de la República por la vía independiente y ahora busca crear un partido político que sea un camino de participación ciudadana.

El camino para crear un instituto político es largo, y si todo sale bien, en enero de 2020 la asociación civil Libertad y Responsabilidad Democrática (México Libre) se convertirá en partido político.

Zavala describe que su campaña presidencial como independiente fue muy aleccionadora y reconoce que los partidos políticos tienen un enorme descrédito, aunque, asegura, son el instrumento más eficaz para incidir en la vida pública.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la ex primera dama acepta que en las candidaturas independientes, aunque son necesarias, es imposible competir con los partidos.

Explica que el crear este movimiento era un deber político porque la participación de los ciudadanos no se puede agotar en las redes sociales.

De buen ánimo y con una postura relajada, acepta que a su proyecto le puede costar muchos años competir contra Morena, el PRI o PAN. Adelanta que no creará un partido político para lanzar una candidatura presidencial, aunque en caso de crear el organismo político, sí será dirigente.

Rechaza que México Libre sea un nuevo PAN, pero reconoce que habrá panistas que tendrán que renunciar a su militancia.

Sobre el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador refiere que le preocupan las contradicciones, exclusiones y la sensación de que todo depende de una sola persona. Se dice a favor del combate al crimen organizado, en todas sus manifestaciones, pero critica que la lucha contra el huachicoleo se haya improvisado.

¿Qué ha hecho desde la elección presidencial hasta ahora?

—No he cambiado de trinchera, la vocación es la vocación y el amor a la patria crece en la medida en que sigues pensando en ella. Seguí trabajando con un equipo que lo vi apoyarme, pero estuve buscando un camino para trabajar por México.

La campaña fue muy aleccionadora. Vi que muchos ciudadanos tienen un modo honesto de vivir, no buscan el voto útil, sino los ideales, ponen a México en el interés superior.

¿En qué momento decide fundar un partido político?

—Cuando retiré la candidatura a la Presidencia mucha gente me preguntó: ‘¿Qué es lo que sigue?’.

Sabía que tenía que hacer una organización para que diéramos cauce a una inquietud política a partir de tres valores: libertad, responsabilidad y democracia. La ley me decía que en enero de 2019 o hasta enero de 2025, pero nuestro país exige una acción rápida. Eso me obligó a acelerar y tomar esa decisión.

¿Cómo va la conformación?

—Lo más importante es que es un canal de participación ciudadana. Mi llamado es a estudiantes, papás, mamás, profesionistas, a todos los mexicanos. Es un movimiento para ellos. Era un deber político, la participación no se debe agotar en redes sociales.

La gente dice: “¡Ya no queremos más partidos!”.

—Los partidos tienen un descrédito enorme, tuvimos una elección en la que era increíble, no había habido una con tal desconfianza.

La gente votó por partidos porque legalmente es lo único que hay para un eficaz acceso e incidencia a la vida pública, no lo digo como un mal necesario, lo que tenemos que cambiar es la manera de hacer política.

Tenemos que cambiar a los partidos por mejores.

¿Los partidos son la única vía para llegar al poder?

—Son el instrumento más eficaz, no es el único. Las candidaturas independientes son la figura necesaria, pero la desconfianza y el descrédito de los partidos se resuelve con mejores organismos políticos.

¿Un independiente jamás iba a llegar a la Presidencia?

—No me gusta absolutizar. Sí pensé que abriendo una grieta podríamos pasar por ahí, pero la inequidad fue exponencial y el propio electorado, al final de cuentas, buscó el instrumento de siempre: los partidos.

El movimiento que hacemos es una nueva manera de organizarnos con mucho más fluidez, que pertenezca a ellos [la población] sin la necesidad de que sean de cúpulas y grupos.

¿Es muy difícil llegar a la Presidencia como independiente?

—La competencia lo hace imposible, pero para eso es necesario cambiar todas las reglas. Entonces, no es producto de una decepción [la derrota electoral], porque fue un tema temporal, pero la manera de organizarse políticamente como quiera es un derecho humano natural.

Con un partido emergente, ¿cómo competir contra las maquinarias de Morena, PRI y el PAN?

—Puede costar muchos años y requiere de la constancia y de la valentía, del nivel de convencimiento que tengamos los ciudadanos y de la generosidad que tengamos para servir al país y para participar.

¿Usted y Felipe Calderón tienen un liderazgo como el de López Obrador para que un partido emergente gane la Presidencia?

—Felipe no puede ser candidato a la Presidencia. Este no es un movimiento para mi candidatura.

¿Está garantizado que usted no será candidata a la Presidencia de la República?

—Sí, porque lo he expresado toda mi vida, aquí no gira alrededor de una u otra persona, rebasa las biografías personales, al contrario, se debe nutrir de nuevas biografías que se tienen, de mujeres y hombres que se abren paso todos los días.

¿Cuántos agremiados o militantes tiene México Libre?

—No es un partido político de masas, no estamos jugando una elección, estamos respondiendo al deber de hacer política, de comprometerte con la patria, de construir el bien común de manera responsable.

¿Qué ideología tendrá?

—Es un movimiento que buscará trabajar sobre el principio de dignidad de la persona humana, del bien común, del Estado de derecho, de las libertades políticas, económicas, pero también con un cambio democrático de estructuras que mirará a los que menos tienen, no de manera autoritaria ni paternalista, ni asistencialista. Seremos de centro hacia la derecha.

¿No es un nuevo PAN?

—No, en realidad es una nueva organización en la que muchos veremos caras nuevas.

Seguramente habrá [panistas], pero tienen que renunciar a los otros partidos. Creo que hay millones de mexicanos y mexicanas que justo no encontraron espacios [de representación política] y para ellos es.

¿Con este proyecto usted ya le dijo adiós a Acción Nacional?

—Ya di la explicación hace más de un año. Estoy convencida y emocionada de que podamos crear esto porque vi que se necesitaba.

¿Hay un compromiso entre usted y Felipe Calderón para no lanzarse como candidatos en la primera elección presidencial?

—Hay un compromiso de dedicarme a la organización. Por supuesto sé que hay ejemplos, y no es el actual en el que todo gira en torno a una persona, pero yo estoy convencida de que lo mejor para un país es que gire a la propia organización y ahí me voy a enfocar. Dirigente espero sí ser, trabajaré, por supuesto, y habrá dirigencias nacionales, estatales y municipales.

¿Cómo ve el inicio del gobierno de López Obrador?

—Me preocupan las contradicciones, las exclusiones, esa sensación de que todo depende sólo de una persona.

Me preocupa lo que tengan que tener como consecuencia las libertades. Llevamos 60 días, de pronto creemos que lleva como tres años, estamos como agotados todos, pero en realidad en 60 días ha sido muy intenso, así que es difícil calificarlo.

Sí me preocupa que el gobierno entre en contradicciones, esa sensación de que no se están explicando bien las cosas, de que no se atienden las consecuencias en términos económicos, ni siquiera sociales, por eso es tan importante que participemos y que se respete la libertad de asociación, desde el poder federal e incluso de los seguidores políticos.

¿El combate al huachicoleo es para legitimar su administración independientemente de los 30 millones de personas que votaron por López Obrador?

—Los 30 millones de votos le dieron la Presidencia, pero no dan cheque en blanco ni excluye la posibilidad de que alguno de esos 30 millones de votos digan lo que piensan de manera distinta, no excluye la libertad democrática de opinar.

Si algo no se le puede criticar a Felipe [Calderón] ha sido el combate valiente contra el crimen organizado. Yo siempre he señalado a la seguridad como uno de los fines más importantes del Estado. La posibilidad de brindar seguridad sólo la tiene el Estado, claro que estoy convencida de combatir el crimen organizado en sus expresiones, hoy en día expresado mucho más en el tema del huachicoleo, de robo de combustible, pero hubo una improvisación en la estrategia. Yo no me quejé de las filas de gasolina, me quejé de que sentía que no había estrategia o planes y no de que tuviera que esperar, la sociedad cuando ve un buen fin coopera.

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