A seis años de que se levantaron en armas para combatir al entonces Cártel de Los Caballeros Templarios, líderes de los tres grupos de autodefensas que aún persisten en Michoacán coinciden en que el estado no tiene dueño.

De los 32 grupos de comunitarios que se formaron en 2013, actualmente sólo tres sobreviven en Coahuayana, Ostula y La Ruana. En Coahuayana mantienen la paz, en Aquila regresó el asedio criminal, mientras que en La Ruana padecen por la violencia.

Los demás grupos de autodefensas se convirtieron en policías municipales, se diluyeron y desaparecieron, se transformaron en bandas delincuenciales o se fueron a las filas del crimen organizado.

Los guardias civiles de Buenavista formaron su propio cártel, Los Viagras, el cual sostiene una cruenta lucha por el territorio con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), principalmente en la Tierra Caliente y en la zona colindante con Jalisco.

Nuevos brotes de violencia

En el municipio de Aquila se han registrado diferentes ataques entre las células de Los Caballeros Templarios, pero también entre quienes formaron parte de los autodefensas.

Recientemente, habitantes y autoridades comunales reportaron a finales de febrero ocho personas asesinadas a tiros, apiladas en la batea de una camioneta abandonada en la ranchería Los Nuevos.

A este caso se suma el multihomicidio de otras seis víctimas en la misma localidad ubicada en la parte más alta de la Sierra-Costa, donde convergen los municipios de Aquila, Coalcomán y Lázaro Cárdenas.

Los comunales señalaron que cada vez son más las balaceras entre sicarios al servicio de Fernando Cruz Mendoza, El Tena, exlugarteniente de Los Caballeros Templarios, y el grupo armado conocido como el Cártel de los Autodefensas.

Germán Ramírez Sánchez, alias El Toro, comandante de la guardia comunal de Ostula, indicó que el acecho criminal por un lado viene desde Colima, donde generan violencia los lugartenientes de Federico González, Lico, exlíder templario y actualmente preso.

Por la parte sur, El Toro detalló que ha re gresado la violencia a las comunidades de Huahua, Tizupan, Arenas, Pichilinguillo y Plaza Azul, hasta Lázaro Cárdenas. “Extemplarios, templarios, las mismas cochinadas de siempre, que nos les gusta trabajar, que roban, despojan de vehículos, matan, secuestran y cosas de ésas”, afirmó.

Este grupo de autodefensas presuntamente fue contratado como cuerpo de seguridad municipal por el anterior alcalde José Luis Arteaga Garibay (PRD), quien terminó en conflicto con ellos por no pagarles los sueldos que habían acordado.

El actual presidente municipal de Aquila, Mohammed Ramírez Méndez (PVEM), no reconoce el adeudo con el grupo de autodefensas, pues aseguró “que no ha extendido ningún nombramiento de Policía Municipal a integrantes de la guardia comunal de Ostula y, por lo mismo, no tiene ningún adeudo en este sentido”; además, advirtió que interpondrá una denuncia penal contra Germán Ramírez por extorsión.

Al respecto, El Toro acusó una persecución en su contra por parte del ayuntamiento, pero aseguró que seguirán en labores de vigilancia: “Ahora estamos más jodidos, pero no dejamos de brindar la seguridad gracias a la lucha y a la voluntad de la gente para salvaguardar el territorio contra aquellas personas que están en el crimen organizado”.

Optan por capacitación

A menos de 10 kilómetros de Aquila las cosas son diferentes. En Coahuayana, los autodefensas se capacitan a pesar de que no se han incorporado a la Policía Municipal y no tienen recursos para operar.

Tras el asesinato de su hermano, en enero de 2014, Héctor Zepeda Navarrete, alias Teto, fundó el grupo de autodefensas de Coahuayana, municipio que colinda con Colima.

Bajo el mando de Teto, los comunitarios se encargaron desde entonces de la seguridad de esa región —localizada a 590 kilómetros de la capital michoacana— y tienen a ese municipio como uno de los más seguros del estado.

En cinco años de lucha civil armada, en Coahuayana se han registrado solamente 11 homicidios dolosos, dos casos de extorsión —en los que se detuvo a los responsables— y ningún secuestro, de acuerdo con cifras de la Fiscalía General del Estado (FGE).

En esta localidad, en un hecho inédito, los civiles armados se capacitan en criminología y criminalística —bajo los estándares del Nuevo Sistema de Justicia Penal— para poder realizar la labor de primer respondiente en algún caso de delito o accidentes.

La abogada María del Carmen Montes Salas se encarga de la capacitación de los autodefensas de manera gratuita porque, asegura, su intención es que los habitantes tengan cuerpos de seguridad mejor preparados.

“Van a tener el conocimiento de cómo llegar al lugar del hecho, cómo estudiar las vinculaciones, cómo tener un plan más adecuado para nuestra seguridad”, explicó.

El alcalde de Coahuayana, Roberto Nevares Domínguez, reconoce que los autodefensas han dado la seguridad de primer nivel a su municipio y detalla que actualmente sólo 18 personas emanadas de esos grupos son parte de la Policía Michoacán y otros adherentes funcionan como fuerza rural.

Asegura que el gobernador Silvano Aureoles Conejo le externó su voluntad de regularizar a los 43 autodefensas que falta por ser dados de alta como policías municipales.

“Como alcalde voy a poner todo lo que esté de mi parte. Las autoridades civiles y militares nos están aportando su granito de arena para que esto se regularice y que nadie esté por encima de la ley, lo cual yo también apoyo”, dijo Roberto Nevares.

La Ruana, bajo fuego

La tenencia de La Ruana, perteneciente al municipio de Buenavista, se ha convertido en uno de los principales campos de batalla de dos cárteles.

El pasado 20 de febrero, un mando militar y ocho civiles murieron durante un enfrentamiento a tiros entre grupos armados contra fuerzas federales y estatales. Días antes, una prolongada balacera generó pánico entre los alumnos del Colegio de Bachilleres, quienes registraron en video cómo se resguardaban en su salón de clases tirándose al piso para evitar ser alcanzados por las balas. Los menores reflejaban en sus rostros el temor ante los estruendos de los disparos.

Ese miedo es generalizado e imperante en la región de Tierra Caliente por la imparable ola de violencia desatada por la guerra entre el grupo de Los Viagras (exautodefensas) y el Cártel Jalisco Nueva Generación.

En La Ruana se levantaron los primeros civiles armados a defender su territorio, el 24 de febrero de 2013, liderados por Hipólito Mora Chávez, un ganadero y agricultor de la zona.

“Ya hace seis años que nos levantamos en armas aquí en La Ruana. Al principio todo iba bien, pero hoy estamos peor que nunca: muertes, secuestros, levantones, extorsiones, hay de todo aquí en el municipio”, lamentó.

Mora Chávez reconoce que la inseguridad se agudizó en La Ruana y que no ve el fin de la violencia en esta tierra que vio nacer la lucha civil armada.

“Lo que más deseamos los habitantes es que nos dejen vivir en paz los grupos criminales; que el gobierno haga su tarea y no se pongan del lado de ningún grupo criminal, y a darles duro a todas esas personas que están haciendo daño a la sociedad”, añadió.

Recordó que muchas de las personas que iniciaron en los autodefensas regresaron a sus actividades, “otros se equivocaron, se fueron del lado de Los Viagras, del lado del CJNG y les ha ido muy mal”.

A decir de Mora Chávez, a los grupos de autodefensas que apoyaron a las bandas criminales, las autoridades los fertilizaron, les dieron poder, les dieron fuerza y ahora esas autoridades no saben qué hacer con ellos.

“Se le ha puesto [al Estado] muy difícil lograr la paz y tranquilidad en los municipios. Ojalá se coordinen las fuerzas estatales con las federales, y a darles duro para que recuperemos la paz en la entidad y en todo México”, resaltó.

Al final, los líderes de los grupos armados en las diferentes zonas coincidieron en que Michoacán no tiene dueño.

Mora Chávez, Héctor Zepeda y Germán Ramírez advirtieron que mientras exista el asedio del crimen organizado hacia sus pueblos, no bajarán la guardia y continuarán su lucha.

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