Ante las crítica hechas por algunos sacerdotes católicos de su estrategia de seguridad, el presidente ofreció “amor y paz” al clero, pero advirtió que “hay una mano negra” por parte de sus adversarios que busca “echarnos encima” a la iglesia. 

En conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, y al manifestar que "nadie se confunda", el jefe del Ejecutivo federal afirmó que su gobierno lleva “muy buenas relaciones” con todas las iglesias. 

 

“Los adversarios nuestros como no han podido  imponerse, ahora están queriendo que nosotros entremos a una, no; hablando de lo mismo: ¡Amor y paz!. 

“Nos identificamos muy bien con el Papa Francisco, y también tenemos muy buenas relaciones con pastores, con ministros de otras iglesias, pero ya estoy viendo la mano negra de los conservadores que quieren ahora echarnos encima a las iglesias, no, que nadie se confunda (…) Llevamos muy buena relación con todas las iglesias. Esto lo estoy viendo porque los estrategas del conservadurismo están pendientes y están viendo , porque no le salen las cosas”, dijo.


ardm

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