Los 143 mexicanos que esperaban ser repatriados desde la zona de conflicto entre Israel y Palestina arribaron anoche a la Base Aérea Militar de Santa Lucía, Estado de México, en punto de las 19:14 horas; la primera mexicana en descender de la aeronave besó el suelo mexicano como una forma de dar gracias por estar nuevamente en su país.

Con lágrimas de alegría, el grupo, entre el que se encontraban personas vulnerables, familias y el equipo femenil de gimnasia, celebró al pisar de nuevo la República mexicana tras haber permanecido un par de días en el aeropuerto “Ben Gurion”, de Tel Aviv, para ser rescatados de la zona de conflicto.

Al ritmo del Son de la Negra, bajaron las escaleras de la aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana, con matrícula 3528.

“Ay, ay, ay, ay, canta y no llores porque cantando se alegran cielito lindo los corazones”, cantaron los repatriados en agradecimiento al personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que los ayudó con las labores de rescate para traerlos sanos y salvos desde Medio Oriente.

Los connacionales son originarios de los estados de Nayarit, Michoacán, Guerrero y la Ciudad de México.

De acuerdo con la Sedena, la aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana despegó de Israel a Turquía, con un tiempo de vuelo de tres horas.

Posteriormente, llegó a Irlanda del Norte, después de 5 horas con 50 minutos de vuelo.

De Irlanda del Norte arribó a Canadá y de este último país se trasladó a Carolina del Norte, Estados Unidos, ciudad de la que partió con rumbo a la Ciudad de México.

Una hora antes de que el avión entrara al espacio aéreo de la Ciudad de México, Jaime Sulkin y Janet Sarfad acudieron a la Base Aérea Militar de Santa Lucía para recibir a su hijo David Sulkin, un joven de ascendencia judía que estaba en Israel para adiestramiento militar, cuando se registraron los nuevos ataques armados de Hamas.

"Él se quería quedar, estaba muy seguro sabía que todo iba a continuar, que la vida continúa en Israel, que es un lugar muy seguro".

Relató que al sonar las alarmas que advertían de posibles ataques de Hamas, su hijo David Sulkin, de 18 años de edad, se iba a los refugios. Cuando lo vio en suelo mexicano, lo primero que hizo fue abrazarlo y llenarlo de besos.

Así como ella, otras decenas de personas, entre hermanos, hermanas, padres, madres y amigos, recibieron llenos de júbilo a sus seres queridos.

“Estamos muy contentos, pero a la vez tristes porque hay muchos mexicanos que siguen allá. Ya queríamos ver a mi hijo y, qué te puedo decir, gracias a Dios estamos acá. Oremos por toda la gente que aún sigue en Israel, porque son muchos mexicanos, pero confío en que volverán pronto y en que la paz se restablecerá en Israel”, dijo Miriam Hernández quien viajó con su esposo Eder para pasar unas vacaciones largas en Tiberiades.

Con tres horas de diferencia, arribó a las 10 de la noche el segundo avión de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) con 144 connacionales más, para un total de 287 mexicanos repatriados de Israel en una primera etapa.

Los familiares de este grupo también cantaron “Cielito Lindo” y portaban banderas de México y pancartas para darles la bienvenida a sus seres queridos.

El general piloto aviador, Leobardo Ávila Bojórquez, señaló que en este vuelo venían tres mujeres embarazadas que llegaron bien, sin ninguna complicación, además de que estuvieron en todo momento supervisadas por una médico cirujano de la Sedena.

“Nos sentimos satisfechos de que a pesar de que fue un vuelo largo, una jornada muy intensa, llegaron bien, sin ninguna complicación y se les estuvo atendiendo de una manera muy profesional y bajaron por su propio pie, contentos de estar aquí en México”, apuntó.

Finalmente, tras bajar del avión de la FAM, los connacionales rescatados de Israel estallaron en júbilo tras la amarga experiencia vivida en Medio Oriente al que algunos viajaron para conocer la Tierra Santa y otros para reencontrarse con sus orígenes judíos.


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