Las elecciones del 6 de junio en México “importan”. Representan, a decir de la revista The Economist, la oportunidad de los mexicanos para “frenar al presidente mexicano hambriento de poder” y dedica su próxima portada a Andrés Manuel López Obrador bajo el encabezado: “El falso mesías de México”.

En el artículo, la revista británica cuestiona al Mandatario, a quien califica de “peligro para la democracia”. Y aunque su nombre no figura en las urnas para el 6 de junio, “los votantes tienen la oportunidad de controlar a su Presidente rechazando a su partido”, Morena.

De forma directa, The Economist señala que “los votantes el 6 de junio deberían apoyar a cualquier partido de oposición que esté en mejor posición de ganar. Los partidos de oposición deberían trabajar juntos para frenar al Presidente”.

La publicación reconoce que López Obrador sigue contando con el apoyo de la mayoría de mexicanos, con una aprobación personal de 61%, aunque no se pueda decir lo mismo de su gestión del país.

Muchos mexicanos, acota la revista, sienten que a AMLO le “importa el pueblo, aunque no haya mejorado sus vidas materialmente”. A ello se suma que “los partidos de oposición no han logrado ofrecer una alternativa coherente”.

A decir de The Economist, si Morena logra retener la mayoría en el Congreso, aunque sea con ayuda de otros partidos aliados, López Obrador podrá seguir con sus planes para México.

Los próximos tres años, alerta el artículo, “determinarán la profundidad y duración del daño” que López Obrador “haga a México y a su democracia”.

Si bien la Constitución le impide buscar la reelección, su intento por extender el periodo de un juez aliado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha generado temor de que se trate de un precedente.

“Las instituciones mexicanas son fuertes, pero pueden ceder bajo el constante ataque de un fanático con apoyo popular”, insiste el semanario.

La oposición, indica, debería aprender de sus propios errores… y de López Obrador.

Es un líder popular, considera, porque los otros partidos hicieron, estando al mando del país, “un deficiente trabajo en ayudar a quienes se quedaron atrás durante el boom que siguió a la liberalización económica en los 80, y también debido a que gran parte de la clase dirigente es realmente corrupta”.

Aunque la estrategia del actual Mandatario no ha “limpiado” a México de la corrupción, él se dedica a insistir en la necesidad de “limpiar”.

Andrés Manuel López Obrador, admite el artículo, “no es personalmente corrupto” y ha tenido logros como “elevar pensiones y subsidiar el aprendizaje de los jóvenes. Aun siendo un izquierdista, ha mantenido bajo control el gasto y la deuda, por lo que la calificación crediticia de México sigue siendo tolerablemente firme”.

Más allá, hizo sentir a muchos mexicanos que le “importa el pueblo, aunque no haya mejorado sus vidas materialmente”. A ello se suma que “los partidos de oposición no han logrado ofrecer una alternativa coherente”.

La peligrosidad de López Obrador, a quien el artículo describe como un “populista” que ha “logrado escapar de los reflectores”, radica, según la revista, en que sufre lo que el columnista venezolano Moisés Naím llamó “necrofilia ideológica”: un amor por ideas que ya han sido probadas en el pasado y fracasaron.

Sus ideas atadas al pasado, insiste, no funcionan. Empezando por la monopolización de la industria petrolera, basada en sus recuerdos de los años 70.

“Intenta recrear algo similar, prohibiendo prácticamente la inversión privada en hidrocarburos y obligando a comprar la energía eléctrica primero de fuentes estatales, sin importar cuán costosas y sucias sean”.

El artículo critica el desdén del Mandatario mexicano por las voces críticas, a la supervisión, su falta de oído. “Es conocido por no escuchar consejos. Su lema en las reuniones del gabinete es ‘¡Cállate!’”.

Entre las acciones que la revista describe como más preocupantes están su forma de “burlarse de las reglas”, su decisión de poner al Ejército a construir su tren, a manejar puertos y combatir el crimen cuando en otros países —menciona a Egipto y Paquistán— que han “invitado a los hombres armados a manejar grandes sumas de dinero público con escasa supervisión” los resultados han sido “catastróficos”.

Estados Unidos, concluye la revista, también tiene un rol que jugar. El presidente Joe Biden, manifiesta, debería dejar claro que “está poniendo atención” a lo que ocurre en México. “Estados Unidos no debería voltear la vista ante el artero autoritarismo en su patio trasero. Al mismo tiempo que envía vacunas, incondicionalmente, Biden debería enviar advertencias silenciosas”.

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